Gris plomo
La Maestranza ten¨ªa un toldo de nubes grises antes de empezar la corrida, vino el ventarr¨®n en remolinos, volaron papeles, se levant¨® polvareda y toda la plaza adquiri¨® un color plomizo, incluido el albero, que es rubio de natural. Despu¨¦s, la corrida result¨® igual de gris. S¨®lo tuvo un poquito de luz y color salvada su primera mitad, cuando Jos¨¦ Luis Parada dibuj¨® el pase en redondo (uno) y adem¨¢s sali¨® entonces el sol para ilustrar la inspirada suerte torera y facilitar la figura ret¨®rica.El tiempo presagiaba tormenta pero no hubo tormenta. Las banderas que coronan los tejadillos de la Maestranza llegaron a caer mansamente a lo largo de sus m¨¢stiles y la corrida se dio entera sobre el enjuto ruedo, sin que la afici¨®n necesitara abrir los paraguas ni parar los capotes camperos, de todo lo cual iba bien pertrechada.Esta es tierra ganadera y la afici¨®n con posibles dispone de impedimenta adecuada para defenderse del meteoro, con la que tambi¨¦n est¨¢ guapa En cambio la de menos posibles no la necesitaba, pues se api?aba bajo cubierto en las gradas, bien calentita.Si no se hubiera celebrado la corrida habr¨ªa dado lo mismo, pporque apenas sucedi¨® nada de relieve: el redondo dicho, unos aseados pares de banderillas de V¨ªctor Mendes, otro muy emocionante de Chocolate, la cornada que el cuarto toro le peg¨® a un caballo.
Rojas / Parada, Robles, Mendes
Toros de Gabriel Rojas, bien presentados, correosos, con dificultades. Jos¨¦ Luis Parada: tres pinchazos, estocada delantera y descabello (silencio); pinchazo y media estocada ca¨ªda; aviso con minuto y medio de retraso (ovaci¨®n y saludos). Julio Robles: pinchazo y estocada atravesada que asoma (silencio); pinchazo hondo bajo, rueda de peones, pinchazo y dos descabellos (silencio). V¨ªctor Mendes: cuatro pinchazos y tres descabellos (silencio); estocada ladeada (silencio). Plaza de la Maestranza, 21 de abril. S¨¦ptima corrida de feria. M¨¢s de tres cuartos de entrada.
Correoso
El cuarto toro, correoso y con poder, derrib¨® al caballo en el primer encuentro y luego cometi¨® la felon¨ªa de hurgarle las acolchadas enaguas para meter un pit¨®n por el manguito.Toro malaje. Aunque luego no result¨® tan malaje y embisti¨® a Jos¨¦ Luis Parada sin excesivos problemas. M¨¢s de 10 minutos le estuvo embistiendo. Jos¨¦ Luis Parada ensayaba derechazos en los medios o en el tercio, abusando del pico, sin conseguir acoplarse, hasta que traz¨® aquel redondo colorido y luminoso.Lo construy¨® tirando del toro, embarcando al comp¨¢s del giro lento de su propia cintura, vaciando detr¨¢s de la cadera. Y, sin soluci¨®n de continuidad, a?adi¨® trincherilla, cambio de mano, pase de pecho hondo... ?Sali¨® entonces el sol!
Sali¨® el sol unos segundos y se ocult¨® r¨¢pido porque Jos¨¦ Luis Parada tuvo la ocurrencia -?a aquellas alturas de la faena: siete minutos!- de intentar naturales, otra vez derechazos, de nuevo naturales...
Malos toros
Lo peor que le pueden ocurrir al p¨²blico en general, a la afici¨®n en particular, al toro, hasta al sol que nos alumbra, es que pise el albero un diestro pegapasista y pelmazo. Afortunadamente entr¨® a matar cuando le dio por ah¨ª, y tuvieron la oportunidad de comparecer Julio Robles y V¨ªctor Mendes, que ya empezaban a dormirse en el burladero.Tuvieron la oportunidad de comparecer, pero s¨®lo eso. Les correspondieron malos toros. A todo el mundo le correspondi¨® malos toros ayer. Parada no pudo confiarse con el primero, que ten¨ªa genio. Ni V¨ªctor Mendes con el reserv¨®n sexto. Ni Julio Robles con los suyos, pues le avisaban tir¨¢ndole ga?afones y entonces el avisado era ¨¦l. Ya se sabe que de los avisados sales los espabilados y Julio Robles no tiene de tonto un pelo.El tercero repiti¨® algunas embestidas lentas y V¨ªctor Mendes se las consinti¨® con valent¨ªa para sacarle algunos derechazos. Tambi¨¦n banderille¨® V¨ªctor Mendes. Lo hizo vistosamente, aunque no tanto como para que saliera el sol, ni nada.
As¨ª que, al final de todo, acab¨® la fiesta entre grisuras y, no bien hubo conclu¨ªdo, se fueron muy lejos las nubes mientras un solazo encendido pon¨ªa a refulgir las almenas de la Torre del Oro. De donde se deduce que la corrida pudo estar gafada.
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