Las mujeres trabajadoras europeas
La autora analiza las conclusiones del II F¨®rum Anual de Mujeres, organizado por el Parlamento Europeo y celebrado recientemente en Bruselas. Con el sugestivo t¨ªtulo de La mujer, el empleo y los a?os noventa, m¨¢s de 100 participantes estudiaron la situaci¨®n de la mujer en relaci¨®n con el mercado de trabajo y las graves dificultades a las que han de hacer frente d¨ªa a d¨ªa para poder incorporarse a la vida laboral, de pleno derecho y en igualdad de condiciones.
Se parte de un principio irrenunciable: el derecho de la mujer al trabajo, como paso imprescindible para su independencia econ¨®mica, lo que entra?a un empleo digno y salarios iguales para trabajos de igual valor. No obstante lo anterior, la triste realidad es que, en todos los pa¨ªses comunitarios y a todos los niveles, es un hecho la falta de igualdad de oportunidades de la mujer en el trabajo. De la situaci¨®n de las mujeres europeas destacar¨ªa los siguientes rasgos, comunes a todos los pa¨ªses:- Soportan con un peso infinitamente mayor el desempleo que los hombres: m¨¢s del 50% de los parados europeos son mujeres, situaci¨®n que se agudiza en colectivos y zonas concretas.
- Se siguen teniendo importantes diferencias salariales, a pesar de que la ley recoja la igualdad y la no discriminaci¨®n en el trabajo.
- Ocupamos las profesiones netamente femeninas, con una gran dificultad objetiva de incidir en las que hist¨®ricamente hemos estado infrarrepresentadas.
- La representaci¨®n de la mujer en cargos de responsabilidad medios y altos es de una pobreza preocupante, aunque, bueno es decirlo, se hayan producido algunos t¨ªmidos avances en pa¨ªses aislados. Asimismo contin¨²a la discriminaci¨®n en los programas formativos, tanto en la empresa como fuera de ella.
- El trabajo a tiempo parcial afecta cada vez a m¨¢s mujeres, pero, y esto es lo importante, es un trabajo involuntario, no aceptado, sino impuesto y en muchos casos seudosumergido, por lo que no se tiene derecho a Seguridad Social.
- En todos los Estados miembros son las mujeres las que: realizan con m¨¢s frecuencia un trabajo at¨ªpico, existiendo diferencias seg¨²n las regiones en lo que se refiere a la proporci¨®n, forma y circunstancias. Las formas de este tipo de trabajo son el trabajo a tiempo parcial, el eventual, por cuenta propia, a domicilio, de fin de semana y nocturno.
En Espa?a, la situaci¨®n de la mujer en el mercado de trabajo es a¨²n m¨¢s preocupante, tanto por sus bajas tasas de actividad (33% frente al 31% de Italia, el 55% en Francia o el 60% en el Reino Unido), como en la tasa de desempleo, muy superior a la media europea.
En este contexto, un aspecto important¨ªsimo y muy poco abordado, a tener en cuenta en los pr¨®ximos dos a?os, deber¨¢ ser el de las repercusiones que para el empleo de la mujer va a tener el mercado interior.
Los a¨²n insuficientes estudios de la Comisi¨®n han identificado un n¨²mero de sectores de la industria y de los servicios particularmente sensibles, como la confecci¨®n, el textil de ¨¢mbito dom¨¦stico, el calzado, los juguetes y los art¨ªculos de deporte, el material fotogr¨¢fico, el cacao, el chocolate, el az¨²car, el algod¨®n, las joyas y los productos farmac¨¦uticos. Las mujeres constituyen el 45% o m¨¢s de los empleados de estos sectores.
Mercado ¨²nico
Como indica la doctora Pauline Conroy Jackson en la ponencia presentada en el Parlamento Europeo, "existe el riesgo de que el mercado interior ocasione un aumento del n¨²mero de mujeres desempleadas", adem¨¢s de que, dado que las mujeres, m¨¢s que los hombres, aceptan puestos de trabajo eventuales menos remunerados, "esto podr¨ªa ocasionar un aumento del car¨¢cter provisional e informal del empleo de la mujer".
Exist¨ªa asimismo en todas las participantes el sentimiento generalizado de que el Parlamento no tiene entre sus prioridades el tema de la mujer, que al igual que en los Parlamentos nacionales es algo colateral en la agenda de Gobiernos y pol¨ªticos en general, salvo muy pocas excepciones.
A modo de ejemplo dir¨¦ que existen directivas comunitarias de gran importancia paralizadas, como la del derecho a la maternidad, para que pueda coger el permiso el padre o la madre, o la de la carga de la prueba, que como es sabido exigen unanimidad para su aprobaci¨®n y puesta en pr¨¢ctica, pero que, estando de acuerdo 11 pa¨ªses, hay uno en contra (el Reino Unido de la se?ora Thatcher), lo que resulta a¨²n m¨¢s parad¨®jico.
De las conclusiones sacadas en este foro quiero resaltar las siguientes: la puesta en marcha de medidas positivas que ampl¨ªen las posibilidades de las mujeres para ocupar sectores donde ahora tienen una baja representaci¨®n; creaci¨®n de una red adecuada de guarder¨ªas asequibles; medidas de seguridad para proteger a las mujeres embarazadas en el trabajo y permiso para cualquiera de los dos padres, reduciendo as¨ª la doble carga de las mujeres; el hacer un llamamiento a las mujeres de m¨¢s edad para que se reintegren al mercado de trabajo; y a los Gobiernos, as¨ª como a la CE, para que destinen m¨¢s recursos a educaci¨®n, formaci¨®n y reciclaje. Estas medidas, aunque t¨ªmidas, es necesario que sean atendidas por el Parlamento Europeo, al igual que los tres puntos propuestos por las mujeres de la CES:
1. El derecho al empleo y sus connotaciones.
- Realizaci¨®n de un informe sobre las repercusiones del mercado ¨²nico en el empleo de la mujer, as¨ª como sobre las exigencias que se deriven para la formaci¨®n profesionaL
- Rechazar el trabajo en precario y las distribuciones del horario del trabajo, impuestos por los empresarios, exigiendo una directiva sobre trabajo a tiempo parcial, trabajo temporal y trabajo a domicilio.
2. El derecho al empleo y a la maternidad / paternidad y sus connotaciones con la puesta en marcha de directivas que aborden este aspecto.
3. El derecho a la formaci¨®n profesional.
En definitiva, a las mujeres europeas nos queda un largo camino hacia la igualdad en el empleo que debemos recorrerlo juntas, forzando a que se haga en el menor tiempo posible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.