Peque?o, t¨ªmido, humilde y casi siempre callado
Peque?o de estatura, t¨ªmido y muy callado, Augusto Roa Bastos disimula toda la sabidur¨ªa de su raza: la guaran¨ª.Cuarenta a?os de exilio, que parecen haber terminado, no han podido doblegar su fortaleza interior. Cada tantos a?os, muy despacio y cuando menos se espera, sorprende con un golpe de fuerza tremenda como Hijo de hombre, Yo el supremo o el Premio Cervantes.
Como le gusta jugar con las cosas, permite que la Prensa construya peri¨®dicas quemas de originales. La vieja imagen del escritor en conflicto consigo mismo, tirando los folios, ha perdido vigencia desde que Roa incorpor¨® el ordenador. Sus lectores aprendimos a tener paciencia, y a sus editores no les ha quedado otro remedio que tenerla tambi¨¦n.
Ya vendr¨¢ un nuevo golpe imprevisible pero certero, porque estas magistrales apariciones de Augusto Roa Bastos tienen que ver con la esencia de su personalidad, que no es otra que la especial forma de ser que ha desarrollado durante siglos el hombre guaran¨ª, esa cultura ind¨ªgena en extinci¨®n que sin embargo todav¨ªa marca al pueblo paraguayo y a una parte significativa de argentinos del Noroeste, que siguen hablando y transmitiendo la lengua. En este mundo guaran¨ª es donde est¨¢ la fuerza de Roa Bastos, la que sostiene su obra literaria, su labor de difusi¨®n pol¨ªtica, su misma reconstrucci¨®n personal y familiar cada vez que fue necesario.
Viejo refr¨¢n
Una vigilia silenciosa, algo felina, le acompa?a siempre. Una humildad que contrasta con muchos de los grandes escritores latinoamericanos, y que es profundamente paraguaya. Hace tiempo, en Par¨ªs, hablando una noche de ese contraste entre su silenciosa discreci¨®n y la llamativa efectividad de sus hechos y sus obras, me cont¨® que en el folclor paraguayo, hab¨ªa un viejo refr¨¢n guaran¨ª que serv¨ªa para entender esa forma de ser. Con su letra clara y ordenada, lo escribi¨® en mi cuaderno: "Ah¨¢ta aiporok¨²tu-imi ha aju". En castellano quiere decir "voy a dar una pu?aladita y vengo".
Pu?aladitas
La vida de Augusto Roa Bastos es una serie de pu?aladitas muy bien repartidas a lo largo de los a?os, y el Premio Cervantes, sin lugar a dudas, una de las m¨¢s importantes. Pu?aladitas a los gobiernos autoritarios, como el de Stroessner en Paraguay, que crey¨® que 40 a?os de exilio lo har¨ªan olvidar su cultura, su lengua y su pueblo, o como el de la dictadura argentina, que lo ech¨® del pa¨ªs en que m¨¢s tiempo ha vivido y donde escribi¨® casi toda su obra.Pu?aladita a los bur¨®cratas de una universidad francesa, que lo sancion¨® porque una vez se demor¨® en reiniciar las clases, ese a?o que viaj¨® clandestinamente a Paraguay, para inscribir a su nuevo hijo. Cuando lo descubrieron, el ministro del Interior dio orden de que se lo expulsara de inmediato, y la polic¨ªa lo sac¨® del territorio nacional con gran despliegue de fuerza. ?Qu¨¦ iron¨ªa!, gran despliegue de fuerza y de armas para echar a un hombrecito de 1,60 metros, a quien el general Stroessner dec¨ªa no tener miedo.
Y pu?aladita tambi¨¦n para algunos colegas del gremio de los escritores latinoamericanos, que llevan a?os tejiendo y destejiendo los caminos hacia un gran premio Internacional.
Augusto Roa Bastos pertenece a una familia de longevos. Su abuelo vivi¨® 95 a?os. Tengamos un poco de paciencia paraguaya, y Augusto Roa Bastos nos dara unas cuantas sopresas m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.