Joan Manuel Serrat
El cantante catal¨¢n revive sus sue?os y nostalgias en Chile
Joan Manuel Serrat paraliz¨® el pasado jueves el trabajo en el palacio presidencial de la Moneda, en Santiago de Chile. Cuando lleg¨® a visitar al presidente Patricio Aylwin, las secretarias y funcionarios de la sede del Gobierno se acercaron a ¨¦l y, desde los mismos balcones que en 1973 sirvieron para la defensa de la democracia ante el golpe de Estado de la junta militar, saludaron al cantante catal¨¢n con pa?uelos. Vestido con un formal terno azul, Serrat regal¨® a Aylwin un libro sobre la historia de Catalu?a, despu¨¦s de una reuni¨®n con el presidente que se prolong¨® durante 35 minutos. "Estoy absolutamente dispuesto a colaborar con el Gobierno democr¨¢tico y con los intereses del pueblo chileno en el momento que se requiera", dijo al t¨¦rmino de la visita.Tras 17 a?os de ausencia, el cantante catal¨¢n lleg¨® el jueves a Chile, pa¨ªs en el que tuvo prohibida su entrada durante la dictadura de Pinochet, y lo primero que hizo fue visitar la c¨¢rcel de Santiago de Chile, donde, sobre una precaria tarima y con una guitarra prestada, cant¨® a las v¨ªctimas, a los luchadores y a los presos pol¨ªticos.
Despu¨¦s se reuni¨® con Hortensia Bussi, la viuda del ex presidente Salvador Allende, con dirigentes pol¨ªticos, sociales y de derechos humanos y con los amigos que dej¨® en Chile en sus visitas anteriores, en 1968 y 1972, durante la democracia. Ofreci¨® una concurrida conferencia de prensa, visit¨® Valpara¨ªso; ensay¨® para sus recitales de hoy y ma?ana en el estadio Nacional, el mismo que sirvi¨® como campo de concentraci¨®n para prisioneros pol¨ªticos en 1973; recorri¨® algunos barrios, y, sobre todo, revivi¨® sus sue?os y nostalgias. "Vengo a recuperar el tiempo perdido y a incorporarme al Chile de 1990", dijo Serrat al bajar del avi¨®n que le trajo desde Paraguay. Su relaci¨®n con Chile ha sido "profunda, amarga, abierta por la herida del pronunciamiento del 11 de septiembre de 1973", confes¨® a los periodistas.
Despu¨¦s del golpe militar, Serrat evit¨® viajar a Chile, a diferencia de otros cantantes, "para no dar carta de normalidad a un Gobierno no s¨®lo anormal, sino inconstitucional". Sus temas fueron proscritos en los d¨ªas del terror represivo y su nombre era estandarte clandestino. Los carteles que inundan hoy Santiago con la imagen del catal¨¢n dicen: "?Por fin! Serrat en Chile". No es un lema casual. En dos ocasiones la dictadura impidi¨® su entrada al pa¨ªs. En 1983, en el primer intento, Serrat firm¨® en la Embajada chilena en Argentina un documento en el que se comprometi¨® bajo juramento a no intervenir en pol¨ªtica durante su estancia en Chile. Aun as¨ª, cuando ya estaban anunciados sus recitales, el r¨¦gimen dict¨® un decreto prohibiendo la entrada de Serrat por emitir juicios "contrarios al supremo Gobierno". El segundo intento fue durante la concentraci¨®n final de la oposici¨®n en el plebiscito de 1988, cuando Chile vot¨® no a la perpetuaci¨®n de Pinochet en el poder. En la pista de aterrizaje del aeropuerto de Santiago, Serrat fue informado de que su prohibici¨®n de entrada segu¨ªa vigente. Serrat mand¨® un mensaje grabado, que escuch¨® m¨¢s de un mill¨®n de personas en el acto masivo. "Pronto, muy pronto volveremos a estar juntos de nuevo, cuando Chile sea lo que siempre fue: un pa¨ªs ejemplo de libertad, respeto mutuo y paz", dec¨ªa.
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