Investigaci¨®n judicial e investigaci¨®n parlamentaria

Opina el articulista que la constituci¨®n e una comisi¨®n parlamentaria que investigue paralelamente a la judicial sobre la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos no es m¨¢s que introducir un elemento de confusi¨®n ante la opini¨®n p¨²blica, por el previsible aluvi¨®n de declaraciones y con una claro af¨¢n desviacionista.

Si la memoria no me falla, fue Winston Churchill quien, al ser preguntado al inicio de la 11 Guerra Mundial por cu¨¢l pod¨ªa. ser la pol¨ªtica de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, contest¨® que se trataba. de "una adivinanza envuelta en un misterio metido dentro de un i enigma".Algo parecido, es lo que la opini¨®n p¨²blica espa?ola pod¨ªa decir acerca de la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos, cuesti¨®n que ha vuelto a situarse en el orden del d¨ªa de los problemas pol¨ªticos y jur¨ªdicos (con posible relevancia penal) en nuestro pa¨ªs.

Hace un par de meses, el Tribunal de Cuentas ya dio la primera se?al oficial de alarma. Se quejaba este alto ¨®rgano de que ten¨ªa que adivinar en muchos casos las cuentas presentadas por los partidos, ya que faltaba la m¨ªnima diligencia contable que debe ser exigida a una organizaci¨®n que se financia con fondos p¨²blicos a la hora de presentarlas; se sorprend¨ªa ante el misterio de la desproporci¨®n en determinados casos entre los gastos y los ingresos, llegando a resultarle enigm¨¢tico que alg¨²n partido manifestara p¨²blicamente que hab¨ªa gastado menos de lo que hab¨ªa recibido como financiaci¨®n con cargo a los Presupuestos del Estado.

El informe del tribunal, dicho en pocas palabras, era un alegato sumamente serio sobre la manera (harto defectuosa por decir poco) en que se estaba dando cumplimiento a la Ley de Financiaci¨®n de los Partidos Pol¨ªticos. O si se quiere decir de otra manera, era un alegato sobre el incumplimiento manifiesto por parte de los partidos de la Ley de Financiaci¨®n. Y afectaba a todos. Con mayor o menor intensidad, pero a todos.

Sin reacciones

En aquel momento, el informe fue recogido por los medios de comunicaci¨®n, pero apenas si se le concedi¨® mayor importancia. Y sobre todo no se produjo reacci¨®n alguna por parte de los principalmente afectados, los partidos pol¨ªticos, sin que a ninguno se le ocurriera solicitar la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria a fin de debatir cu¨¢les eran los problemas objetivos, si los hab¨ªa para cumplir la ley y si ¨¦sta deb¨ªa ser modificada, a fin de que no se produjera la falta de sinton¨ªa entre la norma y la realidad. Ni una palabra ni una sola reacci¨®n de tipo parlamentario.

Ha tenido que producirse una intervenci¨®n del poder judicial para que de pronto se descubra que el tema de la financiaci¨®n de los partidos puede ser un problema y que es conveniente la creaci¨®n de una comisi¨®n parlamentaria para su investigaci¨®n.

Se puede comprender perfectamente desde un punto de vista pol¨ªtico la iniciativa por parte del partido que ha solicitado la creaci¨®n de dicha comisi¨®n parlamentaria, pero dif¨ªcilmente se puede compartir.

Estamos ante una investigaci¨®n judicial en marcha desde hace varios meses, por lo que el fiscal jefe de Valencia ha dicho en estos d¨ªas. Se trata, seg¨²n todos los indicios, de una investigaci¨®n extremadamente rigurosa y que exige, en opini¨®n del juez, el secreto sumarial por un periodo de un mes, a fin de que pueda desarrollarse de manera eficaz.

Pienso que cualquiera que est¨¦ realmente interesado en enfrentarse de verdad con el tema de la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos lo que tiene que hacer es dejar que la investigaci¨®n judicial se desarrolle, con normalidad y que conduzca a los resultados y a las conclusiones que deba conducir.

El dedo en la llaga

Con toda seguridad va a ser una investigaci¨®n m¨¢s objetiva, m¨¢s despersonalizada y menos politizada que la que puede producirse en sede parlamentaria. Y en consecuencia, mucho m¨¢s apta para poner el dedo en la llaga e indicar por d¨®nde se han produciro las desviaciones o las infracciones m¨¢s graves en materia de financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos y para se?alar, por tanto, las posibles medidas correctoras.

Constituir una comisi¨®n parlamentaria para que efect¨²e una investigaci¨®n pol¨ªtica simult¨¢neamente a la investigaci¨®n judicial no es m¨¢s que introducir un elemento de confusi¨®n ante la opini¨®n p¨²blica, que va a ser distra¨ªda. por un aluvi¨®n de declaraciones de todo tipo, desvi¨¢ndola de donde realmente se pueden producir resultados concretos obtenidos con la t¨¦cnica de: investigaci¨®n m¨¢s fiable en todos los pa¨ªses civilizados.

Ello no quiere decir que el debate parlamentario sobre esta cuesti¨®n se deba, obviar. Todo lo contrario. Pero no es ¨¦ste el momento. Si de verdad se quiere que dicho debate sirva para algo hay que esperar a que no hay ninguna raz¨®n objetiva para tener prisa en este momento y no esperar algo m¨¢s. La investigaci¨®n pol¨ªtica como competidora de la investigaci¨®n judicial no tiene ning¨²n sentido. Es mala desde un punto de vista. jur¨ªdico, pero tambi¨¦n desde una perspectiva pol¨ªtica.

Los partidos pol¨ªticos son asociaciones de relevancia constitucional, y, por ello, son financiados con buen criterio con fondos p¨²blicos. Justamente por eso, la sociedad espa?ola tiene todo el derecho del mundo a exigir que se ponga fin en este terreno a las adivinanzas, los misterios y los enigmas. ?Por qu¨¦ no se deja que siga su curso sin introducir elementos adicionales que ¨²nicamente pueden perturbarla?