La emisi¨®n en directo de un juicio y un programa de 'delatores' provocan una gran pol¨¦mica en Italia
La pugna entre la Radio Audizioni Italia (RAI) y los canales privados de Berlusconi est¨¢ dando lugar a conflictos de tipo pol¨ªtico y social no peque?os. A ello se une la lucha por acapararse los espectadores de la televisi¨®n p¨²blica (la RAI-TV) entre sus tres canales, repartidos seg¨²n el color pol¨ªtico: democristiano el primero, socialista el segundo y comunista el tercero.En este momento est¨¢n sobre el candelero de la pol¨¦mica dos iniciativas muy concretas: una del canal Tres, de la RAI, y otra de Italia Uno, de Berlusconi.
Secuestradores
La RAI ha decidido transmitir en directo (cosa que nunca se hab¨ªa dado en la televisi¨®n de este pa¨ªs) el proceso a los tres secuestradores de Patrizia Tachella, la ni?a de nueve a?os recientemente liberada por las fuerzas del orden de la guarida donde la ten¨ªan escondida sus carceleros, tres peque?os industriales del norte del pa¨ªs, insospechados y sin precedentes penales, que sol¨ªan gritar en familia que los secuestradores de ni?os "merec¨ªan la pena de muerte", como ha confesado la esposa de uno de ellos.Se trata de un proceso que excita los ¨¢nimos y el subconsciente de la opini¨®n p¨²blica, empujada a pedir el fusilamiento para los secuestradores de personas, sean ¨¦stas chicas o grandes.
Que la RAI pueda o no transmitir en directo el proceso depender¨¢ en parte de los tres imputados, ya que s¨®lo con su permiso ser¨ªa posible. Pero sus abogados han aconsejado ya a los tres secuestradores que den el visto bueno.
El peligro, seg¨²n no pocos psic¨®logos y soci¨®logos, es que un proceso frente a las c¨¢maras de televisi¨®n, en un pa¨ªs donde tanto gusta la representaci¨®n y el espect¨¢culo y donde cada ciudadano se siente un actor en ciernes, acabe condicionando a todos: imputados, abogados, jueces, familiares, testigos y p¨²blico.
Y se preguntan si es posible de este modo llevar a cabo con serenidad y seriedad un proceso tan delicado. Pero la RAI se defiende diciendo que no puede dejar todo lo apetecible y espectacular a la competencia de las televisiones privadas.
Por su parte, el canal privado de Berlusconi, Italia Uno, propondr¨¢ a partir del 15 de mayo un programa de Gianni Ippoliti titulado La voz de la conciencia, en el que los telespectadores ser¨¢n llamados a denunciar a sus semejantes, vecinos, familiares o amantes tracioneros. Y a hacerlo con nombre y apellidos, para que pueda despu¨¦s intervenir la polic¨ªa o la justicia.
Denuncias
El programa, aun antes de salir, ha sido ya criticado como una "f¨¢brica de delatores", pero Ippoliti, su creador, responde que lo que ¨¦l pretende es "hacer una televisi¨®n que sea ¨²til a todos", y a?ade que est¨¢ harto de ver c¨®mo en televisi¨®n se critica todo lo habido y por haber "sin que despu¨¦s pase nunca nada, sin que ninguno de los responsables acabe en la c¨¢rcel porque nadie denuncia los nombres y apellidos de los culpables".Por eso, a?ade, no basta con decir, por ejemplo, que la gente no paga los impuestos. Lo que ¨¦l desea es que un cliente que, por ejemplo, sabe que su carnicero vende mucho, vive como un rey y no paga los impuestos, lo denuncie con todas sus generalidades.
Y lo mismo el vecino que no duerme porque encima de su piso los ni?os del vecino patalean de noche o dejan el televisor encendido a todo volumen. O la mujer que se ha sentido traicionada o maltratada.
A la pregunta de si esto no ser¨¢ "una invitaci¨®n a delatar a la gente", Ippoliti responde: "S¨ª, pero ser¨¢ ¨²til si conseguimos descubrir a un evasor fiscal, destapar a corruptores y corrompidos, a culpables de cohecho o a sinverg¨¹enzas".
?Pero no teme el responsable del programa que dichas denuncias puedan desencadenar un sinf¨ªn de casos policiales y judiciales?. Su respuesta ha sido: "Eso depende de la responsabilidad y madurez de los italianos".
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