Noche de senos

Cre¨ªan -ioh, ilusas hembras!-que tantos a?os de lucha por su liberaci¨®n iban a servir para algo; pensaban que pod¨ªan llegar a ser personas, que nosotros, orgulloPasa a la p¨¢gina siguiente

Viene de la p¨¢gina anterior

sos varones, permitir¨ªamos su irrupci¨®n, en el mundo vivo. ?Ah, est¨²pida camama! No han podido; han sido derrotadas en su soberbia. Porque Televisi¨®n Espa?ola acudi¨® el viernes por la noche en ayuda del machismo, obsequi¨¢ndonos con un sabroso programa de Viva el espect¨¢culo. Una surtida colecci¨®n de tetas, tetas inmensas, tetas mortificantes, tetas brutales. Muchachitas de violentas curvas surgieron ante la peque?a pantalla; mujercitas que parec¨ªan tener el trasero por delante tornearon sus cuerpos y agitaron sus nutridas mamas hasta provocar la indigesti¨®n, cantando con voz de tontitas canciones rom¨¢nticas: Sabrina, Marta S¨¢nchez, Samantha Fox, Carmen Rousso, Regina do Santos. Nada que hacer, nosotros ganamos. Emergieron en sus apartamentos desde la trepidaci¨®n de la calle los maridos honestos, los aplicados estudiantes, los esforzados currantes, y encendieron el televisor y se sentaron impacientes en sus sillones m¨¢s c¨®modos. En La forja de un rebelde ya los rabitos les saltaban chispeantes por los nervios, y la indignaci¨®n se les sub¨ªa a la garganta: "?Y a qui¨¦n le importan los sufrimientos de ¨¦pocas hace tiempo pasadas?". Hacia las diez brot¨®, por fin, entre alegres luces de colores el gran espect¨¢culo. Notaron c¨®mo la lengua les temblaba y les golpeaba excitada en el paladar: tetas, tetas gigantes, la mujer convertida en maceta. Nada que hacer, nosotros ganamos. Gracias a Televisi¨®n Espa?ola por demostrar que es capaz de mandar a la, mierda d¨¦cadas enteras de lucha de las mujeres por su dignidad y sus derechos.- Legan¨¦s,