Bush, dispuesto a subir los impuestos indirectos para hacer frente al d¨¦ficit

El presidente George Bush, que durante su campa?a electoral se comprometi¨® a no subir los impuestos con la c¨¦lebre frase "read my lips: no new taxes" ("lean mis labios: no nuevos impuestos"), indic¨® ayer por primera vez que estar¨ªa dispuesto a considerar una subida de la presi¨®n fiscal indirecta con el fin de recaudar nuevos fondos que sirvan para reducir el creciente d¨¦ficit presupuestario norteamericano.

La Casa Blanca anunci¨® ayer la formaci¨®n de una comisi¨®n bipartita Gobierno-Congreso para discutir "sin condiciones previas" el d¨¦ficit, que amenaza con alcanzar el pr¨®ximo a?o fiscal la exorbitante cifra de 165.000 millones de d¨®lares, m¨¢s de 100.000 millones de los previstos en la enmienda que establece un l¨ªmite de 64.000 millones para el ejercicio de 1991.El portavoz presidencial, Marlin Fitzwater, manifest¨® que las conversaciones, en las que participar¨¢n representantes de la Administraci¨®n y los l¨ªderes de las dos c¨¢maras del Congreso, tendr¨¢n como objetivo reducir el d¨¦ficit de forma sustancial en los pr¨®ximos a?os, permitir un crecimiento sostenido de la econom¨ªa, reforzar el proceso presupuestario y evitar los efectos econ¨®micos adversos que la actual situaci¨®n deficitaria puede provocar, caso de no ser resuelta.

La frase clave del comunicado presidencial se resume en tres palabras: "sin condiciones previas". En el pasado, Bush se hab¨ªa negado a mantener con el Congreso ninguna negociaci¨®n que pudiera implicar una posible subida de la presi¨®n fiscal con el fin de no renegar de su promesa electoral. Por su parte, la oposici¨®n dem¨®crata no se hab¨ªa atrevido a plantear un incremento de la presi¨®n fiscal para no tener que defenderse de los continuos ataques republicanos, que presentaban a los dem¨®cratas como el partido del despilfarro y de la subida de impuestos.

Pero ahora la realidad de los n¨²meros parece que se va a imponer sobre las promesas electorales de Bush, quiz¨¢ porque el presidente puede hacer frente a una cierta impopularidad dado el alto porcentaje de aceptaci¨®n, entre el 80% y el 86%, que goza entre sus conciudadanos.

En su propuesta original al Congreso el pasado enero, Bush predijo un d¨¦ficit para el a?o fiscal 1991, que comienza el pr¨®ximo octubre, de unos 100.000 millones de d¨®lares. Sin embargo, y como consecuencia del coste del rescate de las cajas de ahorro en suspensi¨®n de pagos -cuya cifra final puede ascender a 500.000 millones de d¨®lares-, el d¨¦ficit presupuestario proyectado alcanza los 165.000 millones.

Los republicanos, temiendo las acusaciones de la oposici¨®n dem¨®crata en un a?o como el actual, en el que se renuevan parte de las dos c¨¢maras, se han apresurado a manifestar que una eventual subida de la presi¨®n fiscal no afectar¨¢ para nada a los impuestos directos, sino que se tratar¨¢ de diluir en los indirectos, como la gasolina, el tabaco, el alcohol, y otros como la tasa de aeropuertos y similares.