Ripa de Meana: "No se puede cerrar los ojos a la cat¨¢strofe de Do?ana"
El comisario de la CE para Medio Ambiente planea crear un impuesto especial para quien contamine
"No se puede cerrar los ojos a la cat¨¢strofe de Do?ana, una zona sagrada para la memoria de los europeos", afirma Carlo Ripa di Meana, comisario de la CE para Medio Ambiente. La Comisi¨®n Europea ha iniciado una investigaci¨®n sobre el tema. De sus enfrentamientos con el Gobierno espa?ol, Ripa di Meana dice que se han eliminado las crispaciones, pero falta por resolver los problemas, El comisario proyecta un impuesto especial para quien contamine y un acuerdo con los pa¨ªses del Este para reforzar la seguridad de las centrales nucleares de tecnolog¨ªa similar a la de Chern¨®bil.
Carlo Ripa di Meana, comisario europeo desde 1985, cuenta a sus 58 a?os con un r¨ªo peque?o bagaje pol¨ªtico, actividad a la que escal¨® desde el periodismo. Como responsable de la protecci¨®n del medio ambiente, asegura que no le asusta la pelea. Con su correligionario socialista el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Gianni de Michelis, promotor de Venecia como sede de la Feria Universal del a?o 2000, mantiene un pulso que inunda los peri¨®dicos. "Hay que pensar en los destrozos, acaso irreparables, que producen decenas de millones de visitantes, y nadie ha pensado en ello a la hora de concebir las obras; de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona o de la Exposici¨®n Universal de Sevilla", dice. Seg¨²n Ripa di Meana, ha sonado la hora de defender el entorno.Pregunta. Usted es un comisario enfrentado con el Gobierno espa?ol, al que acusa de no cumplir normas de medio ambiente.
Respuesta. Primero quiero precisar que con la presidencia espa?ola de la CE hemos arreglado el problema m¨¢s complicado que hab¨ªa sobre la mesa, el de la contaminaci¨®n de los autom¨®viles peque?os. El ministro Cosculluela gui¨® bien la caravana. Y adem¨¢s quiero rendir homenaje al gran esfuerzo hecho por Espa?a para adaptar en poco tiempo gran n¨²mero de directivas medioambientales de la CE. Dicho esto, tengo que admitir que el problema sigue abierto.
Zona sagrada
P. Pero ?cu¨¢l es el problema?R. Desde mi observatorio de Bruselas, veo que la autonom¨ªa regional es tan grande que el esfuerzo del Gobierno central debe filtrarse a trav¨¦s un sistema complejo. No es el ¨²nico caso ni el peor dentro de la CE, pero en Espa?a se da el hecho de que la pol¨ªtica medioambiental es un n¨²cleo reducido dentro del vasto Ministerio de Obras P¨²blicas.
P. Y, salvado el roce, tras la visita reciente de expertos europeos a Madrid, ?no existen ya recriminaciones?
R. ?sa es la otra cara del problema. Tomemos el caso c¨¦lebre de Do?ana, por poner un ejemplo. ?Por qu¨¦ estamos tan encima? Es que no se puede cerrar los ojos a una cat¨¢strofe en una zona sagrada para la memoria de los europeos. Todos saben que, cuando se pierde la marisma, ¨¦sta es irrecuperable, con todo lo que eso comporta. No se trata de desconfianza hacia el Gobierno, y a partir de ahora la Comisi¨®n Europea va a estar m¨¢s pr¨®xima.
P. Un buen camino ser¨ªa conceder a Madrid la sede de la Agencia Europea del Medio Ambiente.
R. Existen 11 candidaturas, y ¨¦se es un asunto de los Gobiernos. Pero la mejor raz¨®n para que la Agencia est¨¦ en Espa?a. es que debemos englobar al Mediterr¨¢neo en la pol¨ªtica de medio ambiente europeo. Tengo la preocupaci¨®n de que ¨¦sta no sea vista como una cuesti¨®n n¨®rdica, un asunto de alemanes u holandeses que van en bicicleta. Y Espa?a nos abre cultural y pol¨ªticamente las puertas del continente americano.
El Sur, olvidado
P. ?En el visto bueno a la autov¨ªa vasco-navarra, pes¨® la pol¨ªtica?R. Nuestro control es de procedimiento, y la autov¨ªa cumple la directiva sobre impacto medioambiental. No podemos tomar en cuenta las razones de cada Gobierno; siempre hay elecciones. Si tardamos en dar la respuesta, fue porque inicialmente la informaci¨®n se nos dio a trozos, y exist¨ªan quejas que hab¨ªa que analizar.
P. Espa?a argumenta que la pol¨ªtica de la CE est¨¢ volcada, al Norte.
R. En el Sur, la CE ha olvidado los problemas de desertizaci¨®n o de erosi¨®n con el esp¨ªritu de corregir la distancia de desarrollo, y no ha tomado en cuenta el gran da?o medioambiental. Decenas de millones de turistas descienden a estas costas cada a?o, y no se ha destinado dinero suficiente a proteger este entorno. Eso es cierto.
P. ?Cu¨¢les son sus proyectos prioritarios?
R. Me gustar¨ªa hablar de proyectos nuevos, porque el coche limpio, el saneamiento del Mediterr¨¢neo o la Agencia Europea est¨¢n ya en marcha. Pero en materia de autom¨®viles har¨¦ muevas propuestas para limitar la velocidad, no s¨®lo por razones de la seguridad vial, sino por el consumo excesivo y la mayor contaminaci¨®n ambiental que genera. Pero mi mayor ambici¨®n es el Mediterr¨¢neo, y aunque el presupuesto de nuestro plan es limitado, tenemos acuerdos para disponer de cr¨¦ditos del Banco Mundial y del Banco Europeo de Inversiones por valor de 250.000 millones de pesetas.
P. ?Y qu¨¦ va a pasar con el deterioro de las ciudades?
R. A primeros de junio lanzar¨¦ la pol¨ªtica global sobre el medio ambiente urbano, que incluir¨¢ el ruido, la poluci¨®n, el tr¨¢fico y el impacto del turismo de masas sobre la ciudad. Mi intenci¨®n es tambi¨¦n crear una pol¨ªtica medioambiental paneuropea. Para eso hemos propuesto la reuni¨®n ministerial del 16 de junio en Dubl¨ªn con los pa¨ªses de Europa central y oriental. La degradaci¨®n en el Este tiene consecuencias sobre la CE, sobre la atm¨®sfera y los mares compartidos. Y hay un riesgo enorme que nos amenaza a todos, que son sus centrales nucleares de tecnolog¨ªa sovi¨¦tica comparable a la de Chern¨®bil. Queremos llegar a acuerdos y estamos dispuestos a incrementar las ayudas.
P. ?Los intereses econ¨®micos limitan sus proyectos?
R. El peso de la realidad econ¨®mica era tan fuerte hasta ante ayer que llegaba a limitar la acci¨®n de la Comunidad en materia de medio ambiente al aspecto puramente jur¨ªdico. ?se era el gran resultado para los oposito res, que logran bloquear a veces el cumplimiento de las normas o que se aprueben otras nuevas.
P. Es decir, del ideal a lo real va mucho trecho.
R. Por explicarlo de una forma gr¨¢fica, se consigue el 50% o el 60% del m¨¢ximo proyectado. Queda un 40% que no se corresponde a las necesidades y, sobre todo, a la ambici¨®n. En materia fiscal y de presupuesto estamos en la prehistoria. Por ejemplo, para conseguir los 47 millones de ECU para el programa del Mediterr¨¢neo fue una lucha pr¨¢cticamente de cuchillos.
P. Pero ser¨¢ partidario de instrumentos eficaces de sanci¨®n.
R. Claro, aunque no se me oculta la dificultad. Ello no impedir¨¢ que hacia finales de a?o ponga sobre la mesa propuestas en este sentido. Yo estoy firmemente convencido de que es necesario crear un impuesto que grave a quienes contaminan y de bonificaciones fiscales para quienes elijan producciones limpias.
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