Moderaci¨®n iran¨ª
LA RECIENTE liberaci¨®n de dos rehenes norteamericanos en manos de grupos fundamentalistas proiran¨ªes parece apuntar, junto con otros signos detectados en los ¨²ltimos tiempos, a un cambio en la pol¨ªtica de relaciones del r¨¦gimen isl¨¢mico de Ir¨¢n con los pa¨ªses de Occidente. La ocupaci¨®n de la Embajada de EE UU en Teher¨¢n por los jorneinistas y el secuestro de sus funcionarios fue la se?al para que la rep¨²blica isl¨¢mica, con la excusa de estar empe?ada en un combate a muerte con "el gran Sat¨¢n", iniciara o favoreciera la comisi¨®n de una serie de tropel¨ªas impropias de un miembro de la comunidad internacional. En los 10 a?os transcurridos desde entonces se han sucedido raptos, encarcelamientos, acciones terroristas del m¨¢s variado signo, que culminaron, hace poco m¨¢s de un a?o, con la infamia de la p¨²blica condena a muerte del escritor Salman Rushdie. Este asunto acab¨® de marginar a Ir¨¢n de la comunidad de naciones.La muerte de Jomeini y el acceso al poder del mucho m¨¢s pragm¨¢tico Hachem¨ª Rafsanyani no pareci¨¦ron mejorar la posici¨®n internacional del r¨¦gimen iran¨ª, hasta que las autoridades de Teher¨¢n decidieron presionar" -l¨¦ase forzar- a las bandas de guerrilleros libaneses de ideolog¨ªa afin al jomeinismo para que pusieran en libertad a algunos de los rehenes norteamericanos retenidos en Beirut; as¨ª ocurri¨® con dos de ellos. Esta "se?al de buena voluntad" segu¨ªa a la liberaci¨®n negociada por el Gobierno de Par¨ªs de varios rehenes franceses raptados en su d¨ªa por los terroristas. ?Qu¨¦ hab¨ªa pasado para que se diera este repentino acceso de cordura en el Gobierno iran¨ª?
Las razones son tres. Por un lado, Ir¨¢n necesita conseguir respetabilidad y dinero l¨ªquido en Occidente. Si la guerra Ir¨¢n-Irak se sald¨® con enormes p¨¦rdidas humanas y econ¨®micas para Teher¨¢n, la paz no resolvi¨® su aislamiento. Ning¨²n r¨¦gimen, por encendidas que sean sus pasiones, resiste indefinidamente la condici¨®n de paria apestado. En segundo lugar, tanto la revoluci¨®n fundamentalista (ahora seriamente cuestionada en alguno de los pa¨ªses isl¨¢micos, como, por ejemplo, Egipto y Argelia) como la posici¨®n estrat¨¦gica de Ir¨¢n necesitan de un cierto grado de aceptaci¨®n en los hermanos ¨¢rabes.
Ello no es posible sin que ¨¦stos comprueben que Teher¨¢n ha iniciado un regreso a la moderaci¨®n y quiere dejar de ser un elemento desestabilizador en la zona. Finalmente, Siria -tradicional aliado de Ir¨¢n- tambi¨¦n presiona porque sabe que una mayor respetabilidad de los iran¨ªes ha de redundar, a su vez, en una mayor aceptaci¨®n del r¨¦gimen de Damasco por los occidentales, como de hecho ha empezado a ocurrir respecto de EE UU.
Al acuerdo que Teher¨¢n alcanz¨® con Par¨ªs sigui¨® el que condujo a la liberaci¨®n de los dos rehenes norteamericanos. O, m¨¢s bien, la puesta en libertad de ¨¦stos facilit¨® un acuerdo en el Tribunal de Reclamaciones EE UU-Ir¨¢n establecido en, La Haya en 1981 para dar salida al tema de la congelaci¨®n de fondos iran¨ªes en Estados Unidos ocurrida a ra¨ªz de la ocupaci¨®n de la embajada norteamericana. Las autoridades de Washington se mueven ahora con gran cautela; hacen bien, porque en L¨ªbano quedan a¨²n m¨¢s de diez estadounidenses en poder de bandas shi¨ªes y resulta muy dif¨ªcil calibrar cu¨¢ntas concesiones ser¨¢n necesarias en La Haya para lograr su liberaci¨®n en Beirut.
Los progresos conseguidos por Par¨ªs y Washington han incrementado las presiones que ejercen las opiniones p¨²blicas de otros pa¨ªses de la CE, especialmente del Reino Unido, sobre sus Gobiernos para que se llegue a acuerdos similares con Ir¨¢n, por desagradable que resulte negociar con secuestradores. Como consecuencia de ello, y sobre todo porque es a petici¨®n iran¨ª, esta semana el triunvirato comunitario (los ministros de Exteriores,de Irlanda, Francia e Italia) se reunir¨¢ en Dubl¨ªn con una delegaci¨®n de Teher¨¢n. El primer y principal tema: c¨®mo hacer que sea levantada la indigna condena a muerte que pesa sobre Salman Rushdie.
A este indulto sine qua non o a una f¨®rmula que, teniendo el mismo efecto, permita a los iran¨ªes salvar la cara, debe seguir la liberaci¨®n de los restantes rehenes retenidos en Beirut y en Teher¨¢n. S¨®lo despu¨¦s de ello podr¨¢ entrarse a examinar la posibilidad de ayudar a Ir¨¢n a regresar dignamente a la comunidad de naciones.
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