Valdano: "Quiero perder con limpieza"
El jugador argentino considera que estaba en condiciones de jugar el Mundial de Italia
Jorge Valdano ha regresado a Espa?a en las v¨ªsperas de un Mundial que le ha tenido ocupado en una aventura fascinante. Siete meses despu¨¦s de iniciar el regreso al mundo de la competici¨®n, el ex delantero madridista conoci¨® la decisi¨®n de Carlos Bilardo, entrenador de la selecci¨®n argentina, que el pasado domingo le descart¨® del grupo de jugadores que participar¨¢n en el Mundial. Valdano se confiesa frustrado, toda vez que se sent¨ªa en condiciones de afrontar el gran reto, pero afirma que est¨¢ dispuesto a perder con limpieza.
Pregunta. Al final, la aventura no se ha completado. ?Qu¨¦ sentimientos tiene en este momento sobre la decisi¨®n de Bilardo?
Respuesta. Estoy decepcionado. Me siento desilusionado. Estoy frustrado. Se me escap¨® el p¨¢jaro m¨¢s lindo del bosque, la oportunidad ¨²nica de vivir de nuevo el fen¨®meno que m¨¢s me apasiona. No hay nada mejor en el mundo que te bajen de la tribuna y te inviten a jugar y no hay nada m¨¢s feo y doloroso que te saquen de la cancha y te sienten en la butaca.
P. Bilardo le descart¨® de la lista de seleccionados el pasado domingo, justo cuando usted parec¨ªa totalmente recuperado de la dolencia muscular en su pierna derecha. ?Hasta qu¨¦ punto confiaba en jugar el Mundial de Italia?
R. Me ve¨ªa cantando el himno, pero de repente vi que mi sue?o quedaba interrumpido violentamente. Me despertaron. En la vida suceden estas cosas. En cualquier caso, tengo que decir que a Bilardo le asiste el leg¨ªtimo derecho de elegir a los 22 que ¨¦l considera id¨®neos. Lo ¨²nico que s¨¦ es que mi tristeza es equiparable a la alegr¨ªa del jugador que ocupe mi lugar.
P. ?Cu¨¢l era el alcance real de la lesi¨®n y qu¨¦ previsiones se tomaron tras detectarse la dolencia?
R. El d¨ªa 5 de mayo sufr¨ª en Suiza una rotura muscular de mediana importancia. Los plazos eran preocupantemente cortos y decid¨ª reunirme con el doctor Madero, m¨¦dico de la selecci¨®n, y con Bilardo para pedirles que actuaran con total libertad.. Les suger¨ª que me desconvocaran, entendiendo siempre sus previsiones. Esa lesi¨®n le provocaba al entrenador cierta incertidumbre, pero me pidi¨® que siguiera, puesto que siempre quedaba la posibilidad de jugar los 30 ¨²ltimos minutos de cada partido, algo que respond¨ªa a la propuesta inicial del entrenador. La lesi¨®n tuvo una evoluci¨®n muy buena. A los cinco d¨ªas ya trotaba; a los ocho hac¨ªa esfuerzos de mediana intensidad. A los 12 d¨ªas entend¨ª que la dolencia estaba curada. El d¨ªa 19, uno antes de lo establecido como l¨ªmite para tomar la decisi¨®n final, practiqu¨¦ y jugu¨¦ con el resto del grupo. Desde mi punto de vista, todo era satisfactorio, e incluso las pruebas que me hab¨ªa practicado el doctor Dal Monte eran absolutamente alentadoras.
Complicaciones
P. ?Esperaba una decisi¨®n tan fulminante?
R. El d¨ªa 20 me cruc¨¦ en un pasillo con Bilardo. Me pidi¨® que le acompa?ara a su habitaci¨®n y all¨ª me comunic¨® su decisi¨®n. Me dijo que no me ve¨ªa en condiciones para afrontar las exigencias del Mundial. Seg¨²n su criterio, las lesiones hab¨ªan interrumpido los planes de trabajo y, en su opini¨®n, yo no hab¨ªa alcanzado la progresi¨®n esperada.
P. Esta postura parece contradecir todo el inter¨¦s de Bilardo por su participaci¨®n y continuidad en la concentraci¨®n.
R. Son enigmas que debe resolver Bilardo. Me he hecho muchas preguntas, pero no estoy en condiciones de contestar a ninguna.
P. La reacci¨®n de Maradona ha sido muy significativa. Tampoco el astro estaba de acuerdo con la decisi¨®n del t¨¦cnico.
P. Los comentarios de Maradona los tomo, en primer lugar como un acto de amistad. Despu¨¦s, es la expresi¨®n sincera de un hombre que no sabe guardarse nada. Maradona hace siempre lo que piensa y afronta las consecuencias. No hay dos Maradona, uno en la cancha y otro en la calle.
P. ?C¨®mo vivi¨® las ¨²ltimas horas junto a Maradona y sus viejos compa?eros?
R. El mismo domingo mantuve una larga conversaci¨®n con Maradona, en compa?¨ªa de la vieja guardia. Diego acogi¨® la medida de Bilardo con sorpresa, una perplejidad que ven¨ªa de la falta de indicios previos. Al menos, yo no los detectaba. Diego me anim¨® y yo trat¨¦ por todos los medios de evitar que volviera a N¨¢poles, como pretend¨ªa en aquellos momentos. En la despedida, me pidi¨® perd¨®n por haberme solicitado que intentara este regreso a la selecci¨®n.
P. ?Qu¨¦ conclusiones ha sacado de esta experiencia?
R. Como experiencia f¨ªsica ha sido muy desagradable, sobre todo en las primeras semanas. Como reto ha sido fascinante en todos los sentidos. Como desenlace, terrible. Pero tambi¨¦n es cierto que me ha sido posible vivir una experiencia integral que me ha ayudado a conocerme mejor; por ejemplo, que cuando me echo a la espalda el amor propio soy una cosa seria, y tambi¨¦n he aprendido bastantes cosas sobre el f¨²tbol y sobre los dem¨¢s. Tengo que decir sin pudor que me felicito por haberme entregado sin reservas a esta causa.
P. ?No le cambia todo este desenlace tan duro?
R. Me gustar¨ªa saber perder con la misma limpieza con la que me he entregado a la tarea del regreso a la competici¨®n. Que mi diagn¨®stico no coincida con el de Bilardo no significa que no respete sus decisiones. Como epitafio me llevo uno muy claro: la actitud de Maradona, el afecto de los viejos rockeros del f¨²tbol argentino y algunas l¨¢grimas de los m¨¢s j¨®venes en el momento de la despedida. Adem¨¢s, la aventura por s¨ª misma ya es suficientemente gratificante, aunque cuando un futbolista se embarca en un reto de esta envergadura, sabe desde el comienzo que hay algo de delirio.
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