Kyli¨¢n asociados
Lleno total en el Centro Cultural de la Villa para ver al Nederlands-2, la compa?¨ªa j¨²nior de la c¨¦lebre agrupaci¨®n holandesa, con la que se aplacan las ansias de las plazas modestas (como a efectos de danza es Madrid) que no pueden pagarse el producto aut¨¦ntico. Y un programa que inclu¨ªa dos piezas recientes -Chansons madecasses y Nafloresta- de Nacho Duato, el flamante director del Ballet del Teatro L¨ªrico Nacional.El grupo -13 bailarines menores de 21 a?os- no decepcion¨®: su entrega y falta de afectaci¨®n, junto con un buen dominio de la t¨¦cnica y el estilo de comunicaci¨®n directa que caracterizan a la compa?¨ªa madre, arrastraron los aplausos. Sobre todo la obra que cerr¨® el programa, Septet extra, deliciosa parodia de los ballets de "visualizaci¨®n musical" que Hans van Manen -uno de los fundadores del Nederlands y pionero de la renovaci¨®n coreogr¨¢fica europea- ha montado sobre Saint S¨¢ens, al que desnuda literalmente, dej¨¢ndolo reducido a su esencia amanerada y ret¨®rica, con el oficio y el sentido del humor de un verdadero Maestro.
Nederlands Dans Theater-2
Chansons madecasses (Duato-Ravel), Nomaden (Kyh¨¢n-Stravinski), Nafl¨®rest (Duato-Villalobos). Septet extra (Van Manen- Saint- Sa¨¦ns). Directora: Arlette van Boven. Centro Cultural Villa de Madrid.Madrid, 23 de mayo.
N¨®madas, la ¨²nica muestra de la coreograf¨ªa del gran patr¨®n, Kyli¨¢n, no es ni de lo mejor ni de lo m¨¢s representativo de su estilo: uno de los ballets que el director del Nederlands mont¨® despu¨¦s de una prolongada estancia en Australia estudiando las danzas abor¨ªgenes. El core¨®grafo -al que a menudo se atribuye haber humanizado la t¨¦cnica cl¨¢sica- busca aqu¨ª, mediante la fragmentaci¨®n de la l¨ªnea y del flujo, un terreno intermedio entre el movimiento animal y el humano, que por momentos sugiere un ambiente circense. Como casi todo lo de Kyli¨¢n tiene inter¨¦s y va a m¨¢s conforme se desarrolla; la m¨²sica de Stravinski le lleva tambi¨¦n a soluciones menos habituales que sus piezas de soporte m¨¢s mel¨®dico, as? como el hecho poco frecuente en ¨¦l de prescindir de las zapatillas.
Copiarse a s¨ª mismo
El Kyli¨¢n m¨¢s familiar y querido -el de los saltos que parecen inaugurar una ma?ana de fiesta, los giros en verso y la emotividad a flor de piel- lo proporciona, en una versi¨®n algo m¨¢s fr¨ªa, Nacho Duato, quien parece haber ascendido de brillante alumno a disciplinad o ejecutivo de la Kyli¨¢n Inc.Pero el kylianismo como f¨®rmula no siempre funciona y las Chansons madecasses de Ravel se comen -incluso con el mediocre sonido del Centro Cultural de la villa- la coreografia. Na floresta (sobre Villalobos) insin¨²a algo
a¨²n m¨¢s grave: Duato ya no s¨®lo sigue a Kyli¨¢n sino que se contenta de copiarse a s¨ª mismo: los paralelismos entre esta obra, de 1990, y la Sinfon¨ªa india de 1984, son ineludibles, hasta el punto de no entenderse por qu¨¦ ha cambiado de m¨²sica ya que la de Chavez sirve mejor los prop¨®sitos.
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