El contacto espa?ol de Gerald Bull, 'padre' del superca?¨®n iraqu¨ª, oculta su actividad en ?lava
Miguel Gald¨®s, el contacto espa?ol de Gerald Bull, asesinado en marzo pasado en Bruselas, ingeniero, experto en armamento, mantiene ocultas sus actividades de ingenier¨ªa industrial tras los muros de una villa en la localidad alavesa de Murguia, donde tiene su sede social la empresa Martec. Gerald Bull fue dise?ador del superca?¨®n que pretende construir Irak, cuyos componentes se est¨¢n fabricando en diversos puntos de Europa.Gald¨®s declina explicar si prolong¨® sus relaciones comerciales con Bull hasta que fue asesinado en Bruselas el pasado 22 de marzo, tras marcharse de la firma vasca Trebelan, de la que era gerente. Un portavoz de Martec neg¨® incluso que aquello fuera una empresa. Miguel Gald¨®s sali¨® de Trebelan el pasado mes de diciembre para montar Martec. Este industrial mantuvo relaciones comerciales con la firma Space Research Corporation (SRC), cuyo presidente era el ingeniero canadiense Gerald Bull, experto en bal¨ªstica, mientras permaneci¨® en la empresa radicada en Vitoria, Trebelan.
Varios Gobiernos, entre ellos el espa?ol, alertado por la Embajada brit¨¢nica en Madrid, investigan la implicaci¨®n de algunas empresas que podr¨ªan estar fabricando componentes del superca?¨®n iraqu¨ª. En la Rep¨²blica Federal de Alemania, Reino Unido, Italia, Grecia y Turqu¨ªa han sido retenidas piezas que, una vez en Irak, dejar¨ªan ultimado el proyecto. Martec, la actual firma de Miguel Gald¨®s, montada con cierta prisa y con el equipo de ingenieros que se llev¨® de Trebelan, est¨¢ registrada en Madrid y dada de alta con el ep¨ªgrafe de Servicios de Ingenier¨ªa Industrial en la localidad alavesa de Murgu¨ªa, donde est¨¢ ubicada.
Actividades silenciosas
Gald¨®s oculta celosamente los trabajos que desarrolla su equipo, hasta el punto que una portavoz de la empresa neg¨® en la misma puerta de Martec que aquello fuera un centro de trabajo. El chal¨¦ no tiene ning¨²n distintivo especial que permita identificarlo. Uno de los coches aparcados en las inmediaciones pertenece, sin embargo, a uno de los ingenieros que Gald¨®s se llev¨® de Trebelan a su nueva empresa. Por tel¨¦fono la misma voz femenina se negaba insistentemente a facilitar la direcci¨®n. Veinticuatro horas despu¨¦s dos perros, uno de ellos suelto y perfectamente adiestrado, a juzgar por su agresividad, custodiaban el acceso a Martec.La misma se?orita que neg¨® cualquier vinculaci¨®n con Miguel Gald¨®s reconoci¨® entonces, el pasado viernes, que ambos trabajaban en ese mismo lugar, pero que el industrial no quer¨ªa explicar cu¨¢l era su relaci¨®n con Bull o Gobierno iraqu¨ª. Trebelan, con Gald¨®s al frente, ha estudiado diversos proyectos con Irak, como la instalaci¨®n de una planta para la producci¨®n en serie de vasos de munici¨®n de un nuevo tipo de artiller¨ªa.
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