Los presidentes de los grandes bancos despidieron a Termes

Los presidentes de los grandes bancos nacionales despidieron ayer al ex presidente de la patronal bancaria Rafael Termes, en el transcurso de una de las tradicionales comidas mensuales en las que analizan los problemas del sector. En esta ocasi¨®n, al margen de la despedida a Termes, los problemas para desbloquear el convenio colectivo de banca ocuparon la mayor parte del tiempo de los presidentes de los grandes bancos.

A la cita para despedir a Termes acudieron Emilio Ybarra, presidente del Bilbao Vizcaya, Alfonso Esc¨¢mez, del Central, Mario Conde, de Banesto, Claudio Boada, Hispano Americano, y los hermanos Luis y Javier Valls, co presidentes del Popular. No estuvieron ni Emilio Bot¨ªn, presidente del Santander, ni Francisco Luz¨®n, del Exterior de Espa?a, aunque en esta ocasi¨®n ambos presidentes excusaron su no asistencia mediante una carta a Alfonso Esc¨¢mez, que es quien convoca formalmente estos almuerzos, por encontrarse ambos de viaje.Al t¨¦rmino de la comida, Alfonso Esc¨¢mez, en nombre de los presidentes de los grandes bancos, hizo entrega a Rafael Termes de una placa dorada conmemorativa de la creaci¨®n del aula Rafael Termes que tendr¨¢ el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) en la nueva sede que se est¨¢ construyendo en los alrededores de Madrid, y en la que el ex presidente de la patronal seguir¨¢ impartiendo clases como ha venido haciendo en los ¨²ltimos a?os.

Los grandes bancos han decidido financiar la creaci¨®n de dicha aula, que tendr¨¢ un coste de 100 millones de pesetas, seg¨²n se?alaron fuentes del sector, mediante aportaciones de cada uno de los grandes bancos en funci¨®n del volumen de cada entidad.

Lo tradicional en estas despedidas era que el propio Termes, como presidente de la AEB, adquiriera una bandeja de plata en la que posteriormente se grababan los nombres de todos los presidentes. T¨¦rmes hab¨ªa logrado, seg¨²n algunos de los presidentes, que el precio final de la bandeja permaneciera inalterado ya que la ca¨ªda del precio del metal compensaba el aumento del coste de la mano de obra. En esta ocasi¨®n el precio del recuerdo decidido por los presidentes de los grandes bancos ha sido bastante m¨¢s alto.