Caperucita Gonz¨¢lez
?rase una vez un lugar donde la gente pod¨ªa comprar una vivienda y donde alquilar una casa pod¨ªa suplir la necesidad de un hogar. Un d¨ªa, por votaci¨®n, todos los miembros de la familia designaron a Caperucita Gonz¨¢lez para hacerse cargo de la abuelita, y para tal empresa cada miembro aport¨® parte de su dinero con el fin de que Caperucita partiera de un capital.Iba Caperucita cogiendo florecillas por el camino cuando de repente apareci¨® un enriquecido banquero disfrazado de lobo. ?ste se acerc¨® a la ni?a para averiguar sus intenciones. Cuando Caperucita le cont¨® su historia, el lobo le aconsej¨®: "No tomes la senda de la izquierda, pues apenas sacar¨¢s partido de tu dinero; en cambio, si eliges el sendero de la derecha encontrar¨¢s buenas ofertas para invertir tu capital
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Caperucita Gonz¨¢lez
Viene de la p¨¢gina anteriorcon los mejores intereses". De ese modo, Caperucita Gonz¨¢lez, que no roja, sigui¨® las indicaciones del lobo, y muy pronto desfilaron ante sus ojos multitud de bancos, cajas de ahorro, etc¨¦tera.
Pero Caperucita tuvo una idea mejor. Compr¨® algunos pisos y los alquil¨® a un precio m¨¢s o menos asequible, pero en el contrato dej¨® bien claro qui¨¦n llevaba las riendas. En poco tiempo, Caperucita hab¨ªa ganado una fortuna, con la que compraba m¨¢s pisos para alquilar. Muchos tomaron el ejemplo de la ni?a y compraron otra casa, adem¨¢s de la que utilizaban como vivienda. Ante esta demanda, los precios de las casas se dispararon sin cesar.
La abuelita apenas pod¨ªa vivir, pues Caperucita hab¨ªa olvidado por completo sus compromisos. La anciana tambi¨¦n fue afectada por la situaci¨®n, pues en una a?o la hab¨ªa echado de su casa. Una mujer de su edad ya no estaba para esas lides n¨®madas de cambiar de casa cada poco tiempo. Quiso entonces comprar una vivienda; sin embargo, eran todas tan caras que no tuvo otra elecci¨®n que pedir un cr¨¦dito al banco. Pero en su vida ya no quedaban a?os para poder pagar los intereses que se ir¨ªan sumando. De este modo, el lobo se trag¨® a la abuela.
Todos conocemos el final del cuento, en el que tambi¨¦n Caperucita es devorada, pero pocos creen ya para este cuento en un final feliz.- Carmen Mart¨ªn de Le¨®n.-
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