Fritz Lang, por partida doble
Se inicia el ciclo de la etapa americana del director alem¨¢n
El ciclo dedicado a la etapa americana del director alem¨¢n Fritz Lang se emitir¨¢ a partir de hoy, la noche de los martes, en TVE, en sustituci¨®n del de Hitchcock, que finaliz¨® la pasada semana. Este nuevo ciclo se centra en las pel¨ªculas realizadas por Lang en Estados Unidos -a partir del filme Furia, rodado en 1936- y complementa el que, tambi¨¦n los martes -o, en puridad, la madrugada de los mi¨¦rcoles-, est¨¢ dedicado a su periodo alem¨¢n.
Frente a los cineastas de la evidencia y lo transparente (Hawks, Rolimer ... ), los cineastas de la arquitectura, la forma expresionista: los constructores (Hitchcock, Eisenstein, Lubitsch ... ). Opuestos que; no se anulan entre s¨ª; bien al contrario: enriquecen a partes iguales el f¨¦rtil imaginario del arte por excelencia de nuestro siglo. Tras Hitchcock, los pr¨®ximos martes -16 concretaniente, hasta septiembre- van a dar cuenta de uno de los realizadores m¨¢s importantes del cine americano de todos los tiempos, perteneciente al segurido bloque: Fritz Lang. S¨ª, hernos dicho del cine americano, ya que las pel¨ªculas que veremos pertenecen a la etapa de producci¨®n del director en Estados Unidos.?Dos Lang? Un solo Lang. Un Lang obligado por las circunstancias y el devenir hist¨®rico a transir en dos industrias nada adyacentes, amold¨¢ndose a ellas, asumiendo sus rasgos. En Alemania, contribuyendo decisivamente a la creaci¨®n urgente del movimiento expresionista; en Hollywood, sin abandonar su ra¨ªz est¨¦tica germ¨¢nica, apunt¨¢ndose al carro del cine narrativo m¨¢s tradicional, pero sin ceder a la convenci¨®n, sin pulsar moralismo alguno, sencillamente utilizando su dramaturgia, sus t¨¦cnicos y sus actores (todos pasan por el filtrco Lang: Edward G. Robinson, Spencer Tracy, Sylvia Sidney, Glenn Ford, Henry Fonda, George Raft, Gene Tierney, Randolph Scott, Joan Bennett, Ray Milland, Gary Cooper, Marlene Dietrich, Tyrone Power, Anne Baxter, Barbara Stanwyck, Dana Andrews, Gloria Grahame, Joan Fontaine ... ) para apoyar su expresi¨®n personal.
Expresi¨®n que dibuja una de las m¨¢s hirientes y desesperada,s panor¨¢micas de la sociedad americana y, en particular, de la condici¨®n humana m¨¢s all¨¢ de toda frontera geogr¨¢fica. Su universo aparece poblado de gentes cuyo destino est¨¢ sellado por la tragedia y la fatalidad, y que intentan huir de ¨¦l aun cayendo en los garfios de la amoralidad y el pecado. En el fondo del pozo, un grito de desesperaci¨®n clamando redenci¨®n, exteriorizando miedo, refrendando angustias. Sus personajes podr¨¢n entrar en los senderos de la perversidad y hasta en los de la mezquindad m¨¢s ruin, mas un halo de humanidad les envuelve, una voz comprensiva les arropa.
Alegato antinazi
Lang hizo en Am¨¦rica pel¨ªculas de encargo -resueltas, sin embargo, con entusiasmo, con lo mejor de s¨ª mismo-, plasm¨® necesidad del alegato antinazi en cuatro estupendas obras (Ma hunt, Hangmen also die, The ministry offear y Cloak and dagger, naturalmente no vistas en Espa?a en su d¨ªa), particip¨® en g¨¦neros allende su idiosincrasia con inusitada autoridad (notables westems son La venganza de Frank James y Esp¨ªritu de conquista; genial westem es Encubridora) y edific¨® dramas de inquietantes vericuetos, negros como el carb¨®n y como el propio g¨¦nero en que se inscrib¨ªan, y les otorg¨® una densidad enorme, la ambig¨¹edad del bien y el mal confundi¨¦ndose ante el mismo espejo, proyectando incertidumbres, sentimientos de culpa; hablamos de obras maestras de la talla de S¨®lo se vive una vez, Deseos humanos, Los sobornados, Scarlet Street o M¨¢s all¨¢ de la duda.
Pese al artilugio -el cine de Lang, ya lo hemos apuntado, era intr¨ªnseamente expresionista-, sus pel¨ªculas americanas arrojan un potencial sobrecogedor de realismo.
Fue un cineasta meticuloso y detallista, y una manzana, despu¨¦s de ser tratada por la m¨¢quina, s¨®lo pod¨ªa tener la textura de una manzana. Con esa consideraci¨®n, toda bajeza humana habr¨ªa de tener mayor patetismo.
Bienvenido sea, pues, este ciclo del Lang americano. Con su paralelo ciclo alem¨¢n, podr¨¢ el espectador establecer sus porpios criterios. En todo caso, ya pasaron los tiempos de fervor combatiente en el grupo cr¨ªtico (la cr¨ªtica afin al contenido versus la cr¨ªtica formalista), ya no se llevan las paradojas ni ha de ser necesariamente mejor el Lang primero sencillamente por ser norteamericano el segundo.
Lang fue grande tanto a un lado del charco como al otro. Y antes que de ruptura, hay que hablar de continuidad. Continuidad en el pensamiento, en el discurso y hasta en las formas, m¨¢s pulidas y depuradas en Hollywood, m¨¢s intensas las brumas de complejidad moral que conformaron una de las carreras m¨¢s valiosas de toda la historia del cine.
Con Furia (Fury, 1936), interpretada por Spencer Tracy y Sylvia Sidney, comienza esta etapa americana de Fritz Lang. Sobre este filme escribi¨® Graham Greene: "Sorprendente. La ¨²nica pel¨ªcula que conozco a la cual puedo asociar el ep¨ªteto de grande".
Era dif¨ªcil, pero se ha llevado a cabo: Alfred Hitchcock ha encontrado un relevo a su altura.
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