El CDS, de la bisagra al bocadillo
El partido de Adolfo Su¨¢rez atraviesa uno de sus momentos m¨¢s dif¨ªciles
Durante un tiempo quiso jugar a bisagra y condicionar el desarrollo de la pol¨ªtica espa?ola, pero el tiempo y el desplazamiento hacia el bipartidismo han jugado en su contra. La invasi¨®n del centro por los grandes partidos y algunas formaciones nacionalistas, errores estrat¨¦gicos de bulto e intermitentes ausencias de su l¨ªder patrimonial Adolfo S¨²arez, han situado al CDS en la inconfortable postura del jam¨®n en un bocadillo: tiene que hacerse notar entre las dos rebanadas de pan. Para colmo, se ha iniciado un goteo de deserciones de las filas centristas.
El equipo de S¨²arez reconoce que el partido pasa por uno de sus momentos m¨¢s cr¨ªticos desde aquella m¨ªtica traves¨ªa del desierto que emprendi¨® tras al producirse la descomposici¨®n de su primera criatura, la Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico. "Estamos en una situaci¨®n en la que o bien podemos ser aplastados entre el PSOE y el PP, o bien nos puede servir para ampliar nuestra franja electoral. Todo va a depender de si conseguimos vender la marca del centro", se?ala Rafael Mart¨ªnez Campillo, secretario de organizaci¨®n.Tras los severos avisos recibidos el a?o pasado -malos resultados en las elecciones europeas y gallegas, y p¨¦rdida de doscientos cuarenta mil votos y 5 esca?os en las generales-, el CDS trata de capear el temporal y recomponer con urgencia el tipo. Pero la situaci¨®n no acompa?a. El desenlace de las pr¨®ximas elecciones en Andaluc¨ªa -sigue pesando el recuerdo de la definici¨®n de la UCD en el refer¨¦ndum auton¨®micoy en el Pa¨ªs Vasco no va a contribuir precisamente a levantar los ¨¢nimos centristas.
Por otro lado, los dirigentes del CDS son conscientes de que la apuesta hecha al pactar con el PSOE entra?a graves riesgos de imagen y de que, en el mejor de los casos, se tardar¨¢ en recoger los resultados. La desproporci¨®n entre el elevado coste pagado por los acuerdos con Partido Popular y los beneficios obtenidos -apenas la Alcald¨ªa de Madrid para Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n- pesa en el recuerdo.
Son muchos los militantes que a?oran el momento dulce de 1986, cuando el CDS se alz¨® como tercera fuerza, con una marca de 1.862.856 votos, mediante una pol¨ªtica de gestos avanzados, que en ocasiones desbordaban al PSOE por su flanco izquierdo. Algunos han optado abiertamente por el abandono.
A, las deserciones, tras el congreso de Torremolinos de cuatro diputados auton¨®micos de Madrid y del diputado nacional Fernando, Castedo sigui¨® la pasada semana las de los miembros del comit¨¦ provincial de Barcelona y de media docena de militantes de Burgos. Todos justificaron su salida por la pol¨ªtica "entreguista" respecto al PSOE y la supuesta dejaci¨®n de banderas progresistas. La direcci¨®n del CDS trata de minimizar la marcha de algunas docenas de sus militantes, mientras que su secretario general, Jos¨¦ Ram¨®n Caso, asegura que la mayor parte de los abandonos se han producido antes por enfrentamientos de ¨¢mbito local y regional y "ambiciones personales de poder" que por discrepancias con el proyecto pol¨ªtico.
Rumbo adverso
Jos¨¦ Ram¨®n Caso, se esfuerza en disolver cualquier impresi¨®n de que ha habido volantazos en el camino. "Nuestra trayectoria", explica, "siempre se ha caracterizado por la disponibilidad a llegar a acuerdos que permitan desarrollar aspectos de nuestro programa pol¨ªtico.Lo que pasa es que en la anterior legislatura la actitud del PSOE no lo permit¨ªa mientras que en la actual su disposici¨®n es mucho m¨¢s abierta".
Los dirigentes centristas recuerdan c¨®mo el PSOE vendi¨® la presunta 'derechizaci¨®n" de su partido tras los acuerdos en Madrid con el PP, en tanto que, a partir del caso Guerra y del di¨¢logo con el Gobierno socialista, los seguidores de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tratan de presentar al CDS como un sat¨¦lite del PSOE.
El CDS f¨ªa buena parte de sus expectativas de futuro en una carta: Su capacidad para convencer al electorado de que las reformas "en clave progresista" del sistema fiscal, del servicio militar y de las otras materias que est¨¢ negociando con el PSOE han sido posibles gracias al partido de Adolfo Su¨¢rez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.