Ros Marb¨¢, int¨¦rprete de Bruckner
La conjunci¨®n Schubert-Bruckner, practicada en su ¨²ltimo concierto con la RTVE por Antoni Ros Marb¨¢, es, m¨¢s que razonable, ideal. En el primer compositor est¨¢n las ra¨ªces, buena parte del esp¨ªritu y algunos de los procedimientos que desarrollar¨¢ el segundo. Si, adem¨¢s, las obras conectadas son la Sinfon¨ªa en si menor (m¨¢s vale no aceptar, sin m¨¢s, el remoquete de Inacabada) y la N¨²mero Siete en mi menor, el programa adquiere un grado superior de cohesi¨®n y l¨®gica.Claro que se trata de un programa de grandes m¨²sicos para grandes m¨²sicos. Abst¨¦ngase el que no lo sea. Antoni Ros Marb¨¢ es m¨²sico en grado superlativo, disfruta hondamente con la verdadera m¨²sica y se cuestiona todos y cada uno de los problemas de las partituras que interpreta.
Orquesta Sinf¨®nica de RTVE
Director: A. Ros Marb¨¢. Obras de Schubert y Bruckner. Madrid, Auditorio Nacional, 31 de mayo.
La dificultad estriba, en una obra como la S¨¦ptima de Bruckner, en que una vez clarificada la obra en su totalidad y en sus detalles, en la calidad de su sonar y en la cantabilidad del fraseo, en la obtenci¨®n de una arquitectura s¨®lida y una sucesi¨®n natural, queda la ¨ªmproba tarea de realizarla a trav¨¦s de los ensayos.
Sinfon¨ªa g¨®tica
Bruckner ten¨ªa, a fin de cuentas, bastante de goticismo y en sus inmensas sinfon¨ªas, desde luego en la ahora escuchada, practica una arquitectura reflejo de la catedral g¨®tica: alta torre, como m¨¢ximo punto culminante (final del segundo tiempo) y de ella parecen descender el resto de los formantes de la obra.
Ros Marb¨¢ ha ensayado con los sinf¨®nicos radiotelevisivos y ¨¦stos con Ros Marb¨¢ casi al estilo de los viejos tiempos, cuando eran una cosa sola, un proceso casi biol¨®gico de identificaciones, Arb¨®s y la Sinf¨®nica, P¨¦rez Casas y la Filarm¨®nica, Toldr¨¢ y la Municipal. Pero esto acab¨® y acaso el ¨²ltimo gran ejemplo desapareci¨® con la muerte de Karajan.
Lo cierto es que la labor de la RTVE fue extraordinaria; desde ella demostr¨® la orquesta que podr¨ªa ser y que tantas veces no es. Y es que a los profesores hay que ilusionarlos, invitarlos a un que hacer sugestivo, subrayarles una verdad: su protagonismo en las versiones.
La actitud de Ros Marb¨¢ es la de un m¨²sico de c¨¢mara, por una parte, y la de un fervoroso entusiasta, por otra. El saber toma as¨ª matices muy espec¨ªficos. Son¨® la cuerda de la RTVE con tan bella distinci¨®n como pocas veces ha sonado; aparecieron ante nosotros con exacta medida los procesos crecientes, el control de las din¨¢micas, el sosiego de la ag¨®gica, la mesura de una expresi¨®n que a la vez es intensa. Brava, brav¨ªsima versi¨®n la que hizo Ros Marb¨¢ de la sinfon¨ªa de Bruckner, mejor explicada desde la tenue intimidad schubertiana que la preced¨ªa en programa.
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