Una crisis largamente esperada

Si faltan caladeros, sobran barcos es el diagn¨®stico urgente y elemental de la crisis que padece actualmente la flota congeladora de Galicia. Cuarenta barcos atracados en el puerto de Vigo desde hace dos meses reflejan una crisis de origen impreciso y en cuyo estallido ha actuado de espoleta el cierre de los caladeros de Namibia. Se trata tambi¨¦n de una crisis anunciada con la anticipaci¨®n suficiente para que los armadores m¨¢s afectados hubieran podido adoptar a tiempo medidas defensivas, como han hecho flotas. Los barcos congeladores de Polonia, la URSS, Taiwan, Cuba o Corea siguen faenando por esos mares sin que su expulsi¨®n temporal de las aguas de Namibia les haya supuesto un grave quebranto.

Si se sab¨ªa desde hace meses el d¨ªa exacto en que iba a producirse la crisis -31 de marzo, fecha en que el primer Gobierno independiente de Namibia expuls¨® de sus caladeros a las flotas pesqueras extranjeras-, se conoce ahora tambi¨¦n el momento en que la crisis va a agravarse. Se producir¨¢ el agravamiento a finales de julio, cuando los barcos expulsados" por Namibia y que ahora faenan en torno a las Malvinas se vean obligados a regresar a puerto por fin de la temporada de pesca en esas latitudes. Alfonso Paz Andrade, director gerente de Pescanova, se siente al margen de la crisis, ya que hace cuatro a?os, cuando empezaba a preverse lo que luego ha ido sucediendo -restricciones de licencias, expulsiones de caladeros, disminuci¨®n de cuotas de extracci¨®n...-, su empresa opt¨® por la estrategia de crear sociedades conjuntas para disponer de garant¨ªas de explotaci¨®n suficientes tanto en espacios como en cuotas.

Cr¨ªticas al ministro

La mayor¨ªa del sector, sin embargo, escogi¨® la imprevisi¨®n, favorecida por el viejo h¨¢bito de confiar en un protecci¨®nismo excesivo del Estado. Tal vez por ello deriva ahora la crisis, en su aspecto pla?idero, hacia unas cr¨ªticas frontales de los armadores al ministro de Agricultura y Pesca, a quien hacen responsable de todas las tribulaciones del sector.Aunque la crisis tenga responsables, carece en cambio de justificaciones reales, seg¨²n el an¨¢lisis de un armador sosegado y racionalista. Justificaciones reales configuraron, por ejemplo, la crisis de 1975, cuando la Conferencia del Mar celebrada en Nueva York extendi¨® la, zona econ¨®mica exclusiva (ZEE) hasta las 200 millas, mientras el precio del combustible se disparaba (en a?o y medio subi¨® un 223%) y la CAT (Comisar¨ªa de Abastecimientos y Transportes) fijaba, a¨²n en vida de Franco, un precio pol¨ªtico a la merluza. Ahora el combustible es relativamente barato, los precios de venta son fibres y la pesca ni empieza ni termina en los caladeros de Namibia.

Pero la flota congeladora de Galicia se hab¨ªa acostumbrado a faenar casi exclusivamente en Namibia y en las Malvinas, insiste en que el combustible supone el 40% de los costes de explotaci¨®n de un barco y asegura que las importaciones masivas de cefal¨®podos han tirado los precios de las capturas espa?olas. De ah¨ª que exijan al Gobierno un freno a las importaciones y la reapertura inmediata de los caladeros restringidos.

El asunto es complejo, ya que la CE est¨¢ encargada desde que se cre¨® la Europa azul de negociar con terceros pa¨ªses en nombre de s¨ª misma y de cada uno de sus miembros. Con Namibia iniciar¨¢ negociaciones cuando el nuevo Gobierno de Sam Nujorna haya recibido un informe holand¨¦s sobre el estado de su caladero maltrecho, en el que las flotas pesqueras de varios pa¨ªses han actuado ¨²ltimamente con desverg¨¹enza.

De ello da fe el simple hecho de que si hace 10 a?os la captura del tronquito (alev¨ªn de merluza) era el 5% o el 6% de la extracci¨®n total, poco antes del pasado 31 de marzo supon¨ªa el 80%. No debe extra?ar, pues, que Namibia conceda en su momento a Espa?a licencias para menos del 10% de los barcos que faenaban hasta hace poco all¨ª. De 110 barcos se pasar¨ªa, seg¨²n estimaciones optimistas, a 7 u 8.

Responsabilidades difusas

Si a los armadores les corresponde la parte proporcional de responsabilidad que todo empresario debe aceptar en una crisis de su propio sector prevista y no suavizada, al Ministerio de Agricultura y Pesca se le culpa en los medios pesqueros de una acci¨®n tutelar insuficiente. Al ministro Carlos Romero se le acusa de no presionar en Bruselas para que Espa?a, la primera potencia pesquera de los Doce, imponga sus criterios. La CE, a pesar de ser desde la adhesi¨®n de Espa?a y Portugal el primer mercado pesquero del mundo, con un consumo anual de 11,5 millones de toneladas, s¨®lo pesca en sus aguas jurisdiccionales tres millones. Europa tiene que importar una gran cantidad de pescado, porque no hay inter¨¦s en Bruselas por proteger la industria pesquera comunitaria.