Problema eterno
Aunque tarde, la sentencia del Tribunal Supremo sustituyendo la pena impuesta a un enfermo de droga por el sometimiento a tratamiento terap¨¦utico durante el periodo de condena me obliga, como padre afectado, a las siguientes consideraciones:
1. Los padres cuyos ¨²nicos ingresos sean los procedentes del trabajo personal ?de d¨®nde van a sacar las 1.500 pesetas diarias, hasta 8.000 que cuesta el internamiento en cualquiera de las comunidades terap¨¦uticas privadas, para que sus hijos no sean ingresados en prisi¨®n?
2. ?C¨®mo es posible que en la Comunidad de Madrid exista solamente una comunidad terap¨¦utica p¨²blica con 23 plazas para atender a una demanda de 15.000 a 20.000 enfermos, entre heroin¨®manos y cocain¨®manos, existentes.
3. ?Cu¨¢ndo va a construir el Estado comunidades terap¨¦uticas estatales para que los efectos de la citada sentencia alcancen a las capas m¨¢s desfavorecidas de la sociedad?, ya que el drogadicto cuyos padres no tengan una posici¨®n econ¨®mica elevada est¨¢ condenado a su destrucci¨®n f¨ªsica y ps¨ªquica a su paso por la prisi¨®n, con lo que aseguran su prematura muerte.
4. El Gobierno ha fracasado hasta el momento, puesto que Espa?a est¨¢ abastecida de droga por los cuatro puntos cardinales, a pesar de los esfuerzos encaminados a perseguir este tr¨¢fico criminal, ya que la droga aprehendida supone el 30% de la que entra en nuestro pa¨ªs, existiendo indicios racionales de que el abastecimiento de droga est¨¢ asegurado durante bastante tiempo, por existir droga ocultada y laboratorios clandestinos en pisos, chal¨¦s y enterrada en fincas, lo que dificulta enormemente su localizaci¨®n.
5. ?Ignora el Gobierno que el 90% de los enfermos atendidos en las CAD y centros de d¨ªa son penalizados al recaer durante el tratamiento con interrupci¨®n del mismo, vi¨¦ndose obligados a delinquir e ingresar en prisi¨®n, lo que supone una denegaci¨®n de auxilio a estos enfermos?
6. ?C¨®mo se rehabilita y reinserta un drogadicto en este pa¨ªs con varias causas pendientes, en su mayor¨ªa robos con intimidaci¨®n, con sentencias m¨ªnimas de la pena llamada vulgarmente yeye (cuatro a?os, dos meses y un d¨ªa), quedando reducidas por acumulaci¨®n seg¨²n ley al triple de la pena mayor impuesta, con lo que se le condena a una muerte encubierta?
7. ?Cu¨¢ntas personas deben su puesto de trabajo a la conducta delictiva de estos enfermos? Lo que me induce a pensar que existen muchos intereses creados para que la droga contin¨²e su acci¨®n destructora de la sociedad.
8. ?Est¨¢ usted seguro de que la droga no destruir¨¢ su hogar en el futuro?
9. ?A qui¨¦n odia usted, al drogadicto o al camello (no drogadicto) o al traficante que escapa a la acci¨®n de la justicia, por la dificultad de obtener pruebas suficientes para su procesamiento?
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