Entre el 'thriller' psicol¨®gico y la s¨¢tira social
Brit¨¢nica por m¨¢s de un concepto, entre ellos la inacabada trilog¨ªa de Patrick Hamilton (1904-1962) en la que se inspira, la serie El seductor llega a la pantalla de TVE -comienza ma?ana, a las once, en la segunda cadena- avalada por uno de esos equipos que han prestigiado merecidamente la televisi¨®n del Reino Unido. La cr¨ªtica explicit¨® alguna reserva, pero 13 millones de telespectadores siguieron esta ambiciosa producci¨®n que Phillip Hinchcliffe, su productor, describe como "un inquietante, incatalogable trabajo, mezcla de thriller, melodrama, estudio psicol¨®gico y s¨¢tira social".
Su protagonista es Ralph-Gorse, un vividor con gran magnetismo sexual que conquista y despu¨¦s enga?a y estafa a las mujeres que caen en sus redes. ?poca: la Inglaterra de finales de los treinta y principios de los cuarenta.Patrick Hamilton no tuvo ocasi¨®n de terminar la trilog¨ªa dedicada a la cr¨®nica de su personaje Ralph Gorse -The west pier, Mr. Stimpson and Mr. Gorse y The unknown assailant-, pero dej¨® notas que el autor de la adaptaci¨®n, Allan Prior, ha utilizado para completar la historia. En realidad, s¨®lo las dos primeras partes de El seductor se basan en la obra de Hamilton; las cuatro restantes (son seis episodios) han salido de la imaginaci¨®n de Prior, no s¨®lo novelista ¨¦l mismo, sino veterano guionista de televisi¨®n. Prior parte, desde luego, de los mismos personajes, y aprovecha el talento reconocido de Hamilton para captar la atm¨®sfera y el acento de las barriadas del East End londinen-se, que tanto definen al protagonista, as¨ª como los ingredientes del thriller psicol¨®gico, g¨¦nero en el que el escritor, natural de Sussex, fue el maestro indiscutible.
El seductor tiene un leve aire de comedia al comienzo que progresivamente va adquiriendo tintes sombr¨ªos. La transici¨®n no es f¨¢cil, y ¨¦ste es el mayor reto de Prior y del veterano director Alan Gibson. Responsabilidad tambi¨¦n del actor Nigel Havers, al que vimos en Carros de fuego, Pasaje a la India y Arriba y abajo. Ralph Gorse, su personaje, tiene que combinar vulnerabilidad y ternura con amenaza; pasar por el chantaje, el fraude, el enga?o y hasta el crimen sin que su sonrisa nos deje de convencer de que es capaz de llevar a sus v¨ªctimas, inocentes de una vulnerab¨ªlidad aterradora, a la trampa.
Cinco libras tiene Ralph Gorse por todo capital cuando llega a Londres en 1937. Pero el joven, ya en su treintena, es atractivo y sabe convencer a solitarias mujeres de que son deseadas y amadas. Su magnetismo sexual funciona como un mecanismo de relojer¨ªa. El fallo de c¨¢lculo de Gorse, y su perd¨ªci¨®n, es su incapacidad para saber que todo el dispositivo de seducci¨®n provoca, con la misma intensidad, un rechazo instintivo en los hombres. Uno de ellos, Donald Stimpson (Bernard Hepton), despechado, le jurar¨¢, venganza y seguir¨¢ sus pasos hasta conducirlo a los tr¨ªbunales.
El reparto de El seductor no tiene el relumbr¨®n de los habituales en las grandes miniseries internacionales, pero su eficacia tiene la inapelabilidad de los buenos actores secundarios brit¨¢nicos. Sus nombres son los de Rosernary Leach (Una habitaci¨®n con vistas, La joya de la Corona), Judy Parfitt (La joya de la Corona y Maurice), George Baker (fue Tiberio en Yo, Claudio) y el excelente Bernard Hepton, que ha intervenido en las pel¨ªculas Barry Lyndon y Gandhi. Nigel Havers, tambi¨¦n actor teatral, es el interrogante en este notable reparto. Su papel es ciertamente dif¨ªcil, y no todos los cr¨ªticos han coincidido en su adecuaci¨®n al personaje.
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