Al borde de un ataque de nervios
El autor considera exagerados los ataques de la CEOE contra el control sindical de los contratos y propone un an¨¢lisis sereno y desapasionado. Sin embargo, advierte que el excesivo celo por parte de las centrales en la lucha contra el fraude puede acabar convirtiendo a ¨¦stas en moles burocr¨¢ticas y a los sindicalistas en funcionarios diligentes, dado que el control afecta a cinco millones de contratos.
La verdad es que ser¨ªa saludable un an¨¢lisis sereno y desapasionado de los acuerdos Gobierno-sindicatos sobre contrataci¨®n laboral, que han alcanzado su m¨¢xima expresi¨®n en el proyecto de ley sobre derechos de informaci¨®n de los representantes de los trabajadores en materia de contrataci¨®n, que fue acordado el pasado 22 de mayo.Pero uno tiene la impresi¨®n que en el presente caso es mucho m¨¢s interesante el ruido que la nuez, y que por tanto lo que debe ser serena y desapasionadamente analizado es la contestaci¨®n de la patronal a estos acuerdos.
El meollo de la cuesti¨®n es el siguiente: "El empresario entregar¨¢ a la representaci¨®n legal de los trabajadores una copia b¨¢sica de todos los contratos que deban celebrarse por escrito, a excepci¨®n de los contratos de relaci¨®n laboral especial de alta direcci¨®n...".
Y para respetar el derecho a la intimidad -en un pa¨ªs que te piden el carnet de identidad hasta para ir a bailar-, esta "copia b¨¢sica no contendr¨¢ los datos del DNI, del estado civil y del domicilio...".
No exagerar
?ste es el contenido exacto de lo acordado. Y no otro. Por lo que conviene no exagerar. Sacar a relucir ahora a los "cornisarios cibreros" porque el "inspector de Trabajo comunicar¨¢ a los representantes de los trabajadores su presencia en el centro de trabajo" me parece hasta demasiado.
Pero es que los inspectores de Trabajo van por los centros de trabajo de inc¨®gnito? ?Por Dios!
Y por todo esto ha llamado la patronal borracho a Manolo Chaves, mentiroso a Solchaga y ha vaticinado para un futuro, quiz¨¢ no muy lejano, la sovietizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola.
Pero vamos a ver, la obligaci¨®n de entregar la copia b¨¢sica, ?reduce la capacidad de ganancia?, ?debilita la estructura organizativa, t¨¦cnica o productiva de la empresa?, ?afecta a la competitividad?, ?incrementa los costes de producci¨®n?, ?disminuye el tiempo de trabajo efectivo?... ?S¨ª o no?
Sin embargo, yo de esto no oigo hablar. No oigo hablar, en definitiva, de por qu¨¦ estos acuerdos impiden a los empresarios conseguir los objetivos que leg¨ªtimamente persiguen.
La cr¨ªtica es eminentemente formal y legalista, y esto en nuestro pa¨ªs ya empieza a ser una enfermedad... Que si a m¨ª me han dicho que en el derecho comparado tal, que si el estatuto, que si el desarrollo legislativo, etc¨¦tera.
Da la impresi¨®n de que la c¨²pula patronal extrav¨ªa su destino empresarial -definido por Agnelli como "m¨¢xima ocupaci¨®n compatible con m¨¢xima competitividad"- y se consuela con una extra?a adici¨®n jur¨ªdica, acad¨¦mica, burocr¨¢tica, formal...
Ya est¨¢ bien, hombre, con esto del derecho comparado, que, por definici¨®n, en el ¨¢mbito que nos ocupa, es casi incomparable; parece que con tal de no informar sobre los contratos escritos se aceptar¨ªa el derecho comunitarlo en bloque.
Como, por ejemplo, la instituci¨®n italiana ""liquidazione fine rapporto", que fija una indemnizaci¨®n de un mes por a?o de servicio cuando se rescinde el contrato, "cualquiera que sea su causa", despido procedente o improcedente, baja voluntaria, jubilaci¨®n, etc¨¦tera... O el art¨ªculo 99 de la ley alemana del Consejo de Empresa, que establece la codecisi¨®n para los nuevos contratos en las empresas de m¨¢s de 20 trabajadores. Codecisi¨®n he dicho, que no informaci¨®n, ?esto es lo que se acepta en bloque?
Limit¨¢ndonos a los argumentos jur¨ªdicos, y para acabar ya con esto, yo creo que tiene raz¨®n el profesor De la Villa cuando afirma que la novedad de estos acuerdos tampoco es que sea para tanto, pues m¨¢s amplitud ten¨ªa el propio art¨ªculo 15 del Estatuto de los Trabajadores cuando dec¨ªa que "los empresarios habr¨¢n de notificar a la representaci¨®n legal de los trabajadores ... los contratos realizados...".
Y como todo jurista sabe, a?ade De la Villa, notificar, en derecho, significa "dar copia ¨ªntegra, que no b¨¢sica, del texto". Y claro que esto es as¨ª, lo que sucede, o suced¨ªa, con esta obligaci¨®n es que ten¨ªa tantas virtudes como el asno hablador, es decir, todas, salvo la existencia.
Irritaci¨®n
Pues no fueron suficientes 10 a?os de vida del estatuto para conseguir su alumbramiento. Y ahora, sin embargo, con los acuerdos que nos ocupan, el verbo se ha hecho definitivamente carne.
Yo, sinceramente, no comprendo tanta irritaci¨®n. Comprendo el malestar por no haber estado presentes, pero ah¨ª me quedo. Nada de lo restante soy capaz de entender, ?por qu¨¦ un ataque tan furibundo? ?Por qu¨¦? S¨®lo caben juicios de intenciones, y cuantos menos hagamos, mejor, pues no suelen llevar a ning¨²n sitio bueno. Imaginarse que lo que de verdad quiere la patronal es torpedear la segunda fase de la concertaci¨®n, "si me he puesto as¨ª por esto, ya ver¨¢n ustedes cuando me toquen los fondos de inversi¨®n", o pensar que la informaci¨®n sobre los contratos importa un pito y que lo que de verdad se quiere es cercenar desde el comienzo toda posibilidad de acercamiento, o de acuerdos bilaterales, entre los sindicatos y el Gobierno, es tarea de escasa rentabilidad.
Lo que importa, y sorprende, es que para nuestra patronal esta informaci¨®n supone sovietizar la econom¨ªa espa?ola. Lo que nos queda es la desproporci¨®n existente entre la cr¨ªtica y la realidad de los propios acuerdos. Y yo, de verdad, tengo mis dudas de que esta oposici¨®n tan desaforada sea compartida por toda la patronal.
Por ejemplo, las poderos¨ªsimas empresas p¨²blicas, que son contribuyentes de lujo en la CEOE, ?es que no tienen nada que decir?, ?comparten las cr¨ªticas?, ?es que est¨¢n perfectamente representadas? No s¨¦, pero lo dudo.
Acabemos ya, y quiz¨¢ lo m¨¢s ¨²til sea destacar lo m¨¢s positivo, que no lo negativo, de los acuerdos.
Es un bien de utilidad social, dificilmente contestable, la recuperaci¨®n del clima de di¨¢logo entre Gobierno y sindicatos. Y seamos serios, por favor, hasta hace muy pocos meses esto es lo queexig¨ªa todo el mundo.
Tampoco es malo, ni mucho menos, robustecer los derechos sindicales de informaci¨®n; pues miren, es obvio que s¨®lo se puede solicitar responsabilidad a quien conoce, y es evidente que s¨®lo se puede negociar de verdad con quien est¨¢ informado.
Resultar¨ªa sorprendente que se quisiera concertar con los sindicatos un pacto de progreso o de competitividad, que parece que va a ser la mundial, y que a la par se les negase la informaci¨®n sobre los nuevos trabajadores que se incorporan al mercado de trabajo; que ingresan, en definitiva, por primera vez en su ¨¢rea de representaci¨®n.
Y es estupendo, y hay que decirlo as¨ª, que estos acuerdos contribuyan al fortalecimiento sindical.
Siguiendo con Agnelli -para no levantar sospechas-, me viene a la cabeza su respuesta a una pregunta de Arrigo Levi incluida en el libro Intervista sul capitalismo moderno.- "?C¨®mo deben ser los sindicatos en el capitalismo moderno?". "En mi opini¨®n, ante todo, deben ser fuertes. S¨ª, es ciertamente ¨²til que sean fuertes". Pues por aqu¨ª me parece haber o¨ªdo recientemente que lo que hacen los sindicatos es enga?ar a los trabajadores. Pues vamos bien.
Fraude
Por ¨²ltimo, lo acordado -y recogido ya definitivamente en el proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros del 1 de jiunio- persigue evitar el fraude, y esto est¨¢ muy bien, pero s¨®lo un matiz: al a?o, los contratos que nos interesan son m¨¢s de cinco millones, ?cuidado!, no sea que el celo antidefraudador termine convirtiendo a los sindicatos en moles burocr¨¢ticas, y a los sindicalistas, en funcionarios diligentes. Se lo dice un funcionario, se?ores, ser¨ªa peor el remedio que la enfermedad.
es en la actualidad inspector de Trabajo.
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