Fuera del tiesto

Entiendo que han regado ustedes fuera del tiesto uni¨¦ndose de forma inmediata al archiconocido coro de los que a prop¨®sito del caso Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa se han apresurado a defender su sagrado derecho a la libertad de expresi¨®n. Es un estribillo similar al de la "libertad de ense?anza", tantas veces entonado por quienes todo el mundo sabe.Siempre me llam¨® la atenci¨®n que los periodistas defendiesen sus excesos ampar¨¢ndose en el derecho del pueblo a recibir informaci¨®n, seg¨²n se?ala el art¨ªculo 20 de nuestra Constituci¨®n. Pero lo que no pod¨ªa imaginar es que, en un alarde circense, se pretenda ahora tener bula para el insulto personal y p¨²blico (los tribunales as¨ª lo han probado), bajo el c¨ªnico disfraz del "estilo personal e intransferible".

Mientras tanto leemos con frecuencia en EL PA?S que el corporativismo es un mal que combatir en m¨¦dicos, maestros, controladores a¨¦reos, polic¨ªas, inspectores de Hacienda, etc¨¦tera; pero, eso s¨ª, los profesionales de la pluma y de la alcachofa, digan lo que digan, s¨®lo ejercitan su sagrado derecho de expresi¨®n, y, por tanto, ni los mismos tribunales deber¨ªan atentar contra ellos. Es aquello de: "?A callar, que estamos practicando la democracia!".

Quiz¨¢ por eso EL PA?S suele despachar sus errores (un eufemismo m¨¢s) en l¨ªnea y media diaria y en media p¨¢gina semanal bajo el comercial y equ¨ªvoco t¨ªtulo de El ombudsman.-