Hostias, al Se?or
Esto es, a quien corresponde; no vaya ust¨¦ a creerse que, cuando en la ¨²ltima de estas andanadas, por ejemplo, le pon¨ªamos al descubierto la muerte de la canci¨®n bajo la empresa del estr¨¦pito que sume a los muchachos en t¨¦trico silencio de cantares y le sac¨¢bamos para ello muestras de la idiotez deslumbrante de eso que emiten los divillos y grupetes de m¨¢s renombre y venta (eso que usted oye a todo volumen, pero hace como si no lo oyera), no vaya a equivocarse y a creer que era un ataque personal que lanz¨¢bamos a esos sinverg¨¹encillas que se aprovechan de la estupidez reinante para promocionarse en ella, como si nos interesaran un pito sus nombres y sus caras o pretendi¨¦ramos corregirlos e avergonzarlos con nuestra cr¨ªtica.Pero no, hombre: ?c¨®mo ¨ªbamos a dirigirles a ellos nuestras humildes hostias, cuando ellos mismos son las hostias, esto es, las v¨ªctimas sacrificiales que se consagran al Se?or?: al Se?or de los Ej¨¦rcitos, s¨ª, al Se?or del S¨¢bado, s¨®lo que -ya ust¨¦ lo va entendiendo- en sus formas actuales y vigentes, que son las ¨²nicas que nos importan, o sea eso que de ordinario llamamos Capital y Estado, aunque a veces tambi¨¦n, por abreviar, le demos su nombre m¨¢s arcaico, Dios, el primero que us¨® de la May¨²scula Honor¨ªfica, que aqu¨ª concedemos equitativamente a todos sus representantes actuales.
O del mismo modo, cuando en otras nos lanz¨¢bamos a hacerle ver, como si usted mismo no lo viera, la imposici¨®n del medio de transporte m¨¢s in¨²til, el Autom¨®vil, con la represi¨®n y estropicio del m¨¢s potente, el ferrocarril, con los cierres de l¨ªneas y asesinato de pueblos por Falta de Rentabilidad para gastarse billones en el Alta Velocidad, que ni a Dios le sirve para nada (bueno, a Dios s¨ª), ?se cree ust¨¦ que es que atacamos personalmente a los Ejecutivos de Dios en su Ministerio de Transportes o en su Empresa RENFE, que lo que queremos es que ellos nos oigan (como si pudieran, los pobrecillos) y que gracias a nuestra cr¨ªtica, constructiva, corrijan de una vez su pol¨ªtica de transportes? Pero, hombre, ?c¨®mo vamos a ocuparnos aqu¨ª de esos se?ores, serviles sacristanes del Poder?: bastante castigo tienen ellos con hacer lo que hacen sin saber lo que hacer, ?no?
Sangrienta imbecilidad
O tambi¨¦n, cuando otras veces declaramos la imbecilidad sangrienta de los que han estropeado el bendido invento de las m¨¢quinas, que hab¨ªan nacido para contradecir la orden del Se?or y que no hubiera ya que trabajar, cuando maldecimos de los que las han inutilizado, promoviendo m¨¢s y m¨¢s chismes de producci¨®n de inutilidades y creaci¨®n de necesidades, para que la gente trabaje m¨¢s y peor que nunca, ?qu¨¦?: ?piensa usted que nos referimos con eso a personajones y mandamases con sus Nombres Propios, como si crey¨¦ramos que son ellos de veras los autores responsables del estropicio y el desastre? Que no, hombre, no; que no es por ah¨ª tampoco.
O lo mismo, cuando le explic¨¢bamos c¨®mo la automatizaci¨®n y la venta acelerada de aut¨®matas destinados a solucionar la vida en el Futuro de Sus Ideales lo que est¨¢ haciendo de hecho es embargando la vida y estropeando los mecanismos autom¨¢ticos que en nuestros cuerpecitos serranos tra¨ªamos incorporados para resolver los problemas triviales de trato y mantenimiento, ?se cre¨ªa usted que est¨¢bamos atacando a los infames Presidentes de Multinacionales que viven, muertos, de la producci¨®n de tales porquer¨ªas autom¨¢ticas y a los Ejecutivos de Dios que se ganan el pan, futuro, coloc¨¢ndoselas a la gente? Pues no, ya ve: todos ellos juntos nos importan menos que un racimo de boquerones fritos, y no eran ellos, no, los destinatarios de nuestras humildes hostias.
Y asimismo, cuando, a prop¨®sito del negocio del Arte, le anim¨¢bamos a pensar que "si le parece a ust¨¦ una mierda pinch¨¢ en un palo, es que es una mierda pinch¨¢ en un palo", ?era por meterme con los pobres artistas que se promueven a millonarios merced a la explotaci¨®n de sus camelos? ?Qu¨¦ va, hombre, qu¨¦ va! Con su pan de mentira se lo coman, que bastante desgracia tienen.
O cuando, en otra andanada, volvamos a hablarle de la poes¨ªa fina, ¨¦sa que, por su propia inutilidad para la gente, promocionan las Cajas de Ahorro y premian los Institutos Culturales, ¨¦sa que constituye el justo complemento de las letras de murga para Masas, que, lo mismo que esas letras, tampoco puede nadie recordarla ni usarla para su consuelo y descubrimiento, sino que s¨®lo sirve para hacer Cultura, para que a su vez los cr¨ªticos de este ben¨¦volo Rotativo, por ejemplo, le suelten paginazos de literatura sobre literatura y ust¨¦ se las trague y se integre en la Masa de los Cultos, ?acaso se creer¨ªa usted que me acuerdo siquiera de los nombres de los poetas coronados por la Banca y la Academia, cada una su mitad de laurel de pl¨¢stico a cada sien, ni de los literatos m¨¢s o menos vendidos o vendiditos, seg¨²n la cuant¨ªa de las cifras y renombres, ni de los desventurados cr¨ªticos condenados a no hablar m¨¢s que de lo que est¨¢ hablado, a fin de que no se haga nunca m¨¢s que lo que est¨¢ hecho?
Colaboraci¨®n con el caos
Pues mire: igual de poco me acuerdo de esos se?ores, igual de poco nos importan por ac¨¢ abajo, que me acuerdo ni nos importan esos otros Ejecutivos de Dios que, en Empresas Telef¨®nicas o Radiof¨®nicas o de servicios que deb¨ªan ser para la gente, a lo que se dedican es a cambiar cada dos por tres los horarios, los n¨²meros, los c¨¢lculos de rentabilidad y los programas de ordenadores (que para eso estamos, ?hostias!: a ver c¨®mo conservo yo mi puesto ni me promociono si no contribuyo con alg¨²n cambiecito a la ley de la Empresa y el Ministerio, que es cambiar para seguir lo mismo), y que as¨ª colaboran con el Poder en la organizaci¨®n del caos y el ajetreo de la gente en tr¨¢mites in¨²tiles, no se le vaya a ocurrir pensar ni vivir tampoco. Es cierto que son ejecutores de una labor funesta, pero ?no est¨¢n bastante castigados con servir a quien sirven, venderse a quien se venden y tener que creer, los primeros, en la suma idiotez del Futuro y el Ideal que, para esa operaci¨®n funesta, les exige la fe de su Se?or? No, no son ellos tampoco lo que nos interesa.
Ni nos interesan los nombres ni las caras de los Presidentes de Estados ni de Bancas, esos que la Televisi¨®n le mete a ust¨¦ por los ojos a todo color cada dos horas, necesariamente m¨¢s idiotas cuanto m¨¢s arriba, que tienen que hacer como si fueran a vivir siempre (no hay servicio al Se?or sin fe en la Inmortalidad del Alma) al mismo tiempo que justamente se dedican a administrar la muerte, que es la funci¨®n de Estado y Capital. Muy poderosos, s¨ª, se los presentan a usted, para su enga?o, los Medios de Formaci¨®n de Masas; pero ?no ve ust¨¦ que, cuanto m¨¢s representantes del Poder, menos pueden hacer nada que no sea lo que les mandan, que cuanto m¨¢s vendidos a la Mentira, m¨¢s tienen que creer en ella, y que, por tanto, no son tampoco esos se?ores lo que aqu¨ª nos importa y contra lo que hablamos desde abajo?
Darse cuenta
Pues ?contra qu¨¦? ?Para qu¨¦ entonces -me pregunta usted acaso, un tanto l¨®gicamente exasperado-, para qu¨¦ hablamos de tales asuntos cotidianos en estas sucesivas andanadas que, por alg¨²n descuido milagroso, se cuelan de tarde en tarde en este Rotativo? ?Para qu¨¦ le pedimos una y otra vez que nos d¨¦ se?as de algunos otros que no est¨¦n tampoco muy bien hechos del todo y que puedan, por ello, hablar unos con otros en com¨²n y como pueblo? ?Contra qui¨¦n entonces van estas cargas y noticias?
Pues sencillo y claro: es para ayudarle a que se d¨¦ cuenta de c¨®mo es este mundo en el que muere, c¨®mo es esto que le venden como Realidad.
es catedr¨¢tico de Lat¨ªn de la Universidad Complutense.
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