La bestia
Resulta muy tranquilizador pensar que el enemigo viene de fuera, como esos mineros enloquecidos que cabalgaban a lomos de oscuros camiones en busca de los test¨ªculos de los intelectuales rumanos. Pero no es cierto, el enemigo est¨¢ dentro de nosotros. El fascismo es una bestia que duerme en el interior de nuestros corazones a la espera de que se den las condiciones necesarias para ejercer su brutalidad. La garrapata, ese animal que vive de la sangre de los otros, puede esperar 50 a?os enquistada en la rama de un ¨¢rbol hasta que pasa un perro por abajo y se deja caer. La brutalidad humana, bajo una u otra etiqueta pol¨ªtica o religiosa, se aletarga temporalmente hasta que se dan las condiciones paramostrar su rostro y repartir el p¨¢nico. Arthur Koestler, en su autobiografia, al referirse a la Alemania prenazi, afirma que fue el socialismo, con su pol¨ªtica de objetivos meramente econ¨®micos, la que abon¨® el terreno para que los alemanes aclamaran a Hitler. Alguien cre¨® las cond¨ªciones para que la bestia despertara; alguien, en fin, hizo pasar al perro por debajo del ¨¢rbol en el que permanec¨ªa aletargada la garrapata.Si usted se disfrazara de l¨¢mpara y se plantara en medio de algunos de los restaurantes a los que suele acudir la mesocracia socialista, comprobar¨ªa que la bestia ha comenzado a despertar en el interior de algunos. Los t¨¦rminos contrato, indemnizaci¨®n, comisi¨®n, dinero resbalan por su boca como una baba negra que est¨¢ empezando a oscurecer nuestro paisaje. ?Qu¨¦ les pasa? Perciben que la estructura se mueve y temen que ellos puedan ser removidos. De s¨²bito, han advertido que tienen algo que perder y les da p¨¢nico perderlo. Por eso la bestia abre los Ojos. Tenemos el caballo de Troya dentro de la fortaleza, pero lo hemos construido nosotros y somos nosotros los que habitamos su interior a la espera de que nuestra parte noble duerma para salir y devorarnos. El caballo de Troya es nuestro coraz¨®n.
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