Camer¨²n no habla de derrota, sino de triunfo
Milla y sus compa?eros hicieron olvidar por unos d¨ªas los graves problemas del pa¨ªs
SALIF LONGOU Nunca un partido de f¨²tbol cre¨® tantas expectativas en Camer¨²n como el de su selecci¨®n con la inglesa. Las ventas de televisores y radios se dispararon d¨ªas antes y todos los cameruneses, hombres, mujeres y ni?os, se hab¨ªan asegurado un lugar desde el que poder seguir de cerca la lucha de los leones indomables por llegar a las semifinales. La derrota, superados los primeros momentos, no se consider¨® como tal, sino todo lo contrario. A Milla y sus compa?eros se les considera unos h¨¦roes.
En las peque?as aldeas, los habitantes se congregaron alrededor del televisor, en muchos casos estrenado para la ocasi¨®n, del jefe de la tribu, mientras que en las grandes ciudades recurrieron a la solidaridad de sus amigos m¨¢s privilegiados para poder seguir el encuentro.Desde varios d¨ªas antes, el principal tema de conversaci¨®n de todo Camer¨²n eran las posibilidades de su equipo de llegar a convertirse en uno de los cuatro semifinalistas. Todo era posible despu¨¦s de los ¨¦xitos obtenidos en los anteriores encuentros.
La fiebre del f¨²tbol y del ¨¦xito lleg¨® a todos los rincones y el pa¨ªs se apresur¨® a elevar a Milla a la categor¨ªa de h¨¦roe nacional y a bautizar con su nombre plazoletas y calles.
Los chavales renovaron estos d¨ªas su amor al f¨²tbol y sue?an con convertirse en grandes goleadores, a imagen y semejanza de las figuras que han elevado al f¨²tbol camerun¨¦s a la categor¨ªa de campe¨®n.
A la hora del partido, Camer¨²n se convirti¨® en un pa¨ªs fantasma, enmudecido y paralizado, con la excepci¨®n de algunos bares populares al aire libre, en los que sus propietarios hab¨ªan instalado aparatos de televisi¨®n y donde se palpaba la emoci¨®n de todo un pueblo.
El primer gol del equipo ingl¨¦s sembr¨® la inquietud entre los cameruneses, quienes confiaban, sin embargo, en la fortaleza f¨ªsica de sus hombres y en su capacidad de reacci¨®n para anular esa ventaja. La inquietud se transform¨® en optimismo cuando Camer¨²n logr¨® el empate y en una explosi¨®n de alegr¨ªa cuando un magn¨ªfico pase de Milla permiti¨® a Ekeke conseguir el 2-1. El buen juego del equipo camerun¨¦s hizo so?ar a todo el pa¨ªs con la victoria. La silenciosa quietud desapareci¨® de golpe para transformarse en aut¨¦ntico griter¨ªo, a los sones del himno nacional. Pero la ilusi¨®n refren¨® cuando Lineker transform¨® un penalti y empat¨®.
Consumada la derrota y tras los primeros minutos de decepci¨®n, los cameruneses se lanzaron orgullosos a la calle a festejar el gran juego de sus hombres. La poblaci¨®n enarbol¨® la ense?a nacional y en todos los rincones se aplaud¨ªa y elogiaba la actuaci¨®n de los leones.
Ya no se habla de derrota sino de triunfo, el de una selecci¨®n casi desconocida que ha sido la gran revelaci¨®n y con un juego superior, en muchos casos, al de los maestros.
Los cameruneses s¨®lo esperan ya el regreso al pa¨ªs de su equipo para ofrecerle la mejor de las bienvenidas y agradecerle el ¨¦xito. "Gracias, leones", es el sentimiento general de un pueblo al que su selecci¨®n de f¨²tbol le hizo olvidar durante unos d¨ªas los graves problemas que padece.
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