El goteo de agentes con las manos sucias

La presunta colaboraci¨®n de agentes de las fuerzas de seguridad con narcotraficantes ha saltado en repetidas ocasiones a la Prensa en los ¨²ltimos a?os y es una. obviedad que es admitida sin ambages por los responsables de la Polic¨ªa y la Guardia Civil. El poderoso influjo del dinero que mueven los narcotraficantes ha hecho mella en funcionarios que frente a una paga que apenas supera en la mayor¨ªa de los casos las 100.000 pesetas han optado por mirar a otro lado y tolerar la introducci¨®n de droga, cuando no por complicidades mayores.Frente a ese salario, un kilo de droga, seg¨²n fuentes policiales, produce un mill¨®n de pesetas si se trata de hach¨ªs y 40 en el caso de la coca¨ªna o de la hero¨ªna. La avaricia en muchos casos ha roto el saco. Algunos, lejos de ocultarlo, han ostentado un nivel de vida dif¨ªcilmente mantenible con la paga del Estado.

Los ejemplos (le corrupci¨®n por la droga han menudeado en los cuerpos policiales. En agosto de 1982, era detenido un subcomisario en Algeciras por supuesta colaboraci¨®n con traficantes de droga. En diciembre de 1985, un inspector de C¨¢diz era detenido por Igual motivo. En marzo de 1985, un polic¨ªa es detenido con un kilo de coca¨ªna en Almer¨ªa.

En octubre de 1985, Interior abri¨® una Investigaci¨®n sobre polic¨ªas presuntamente colaboradores de narcotraficantes en Ceuta. Ese mes era detenido un polic¨ªa en Algeciras por intentar introducir droga. En Julio de 1986, se descubr¨ªa la implicaci¨®n de diversos polic¨ªas y de un capit¨¢n de la Guardia Civil en una red de narcotr¨¢fico en la costa del Sol.

Detenci¨®n de agentes

En marzo de 1987 ingresaba en prisi¨®n por presunto narcotr¨¢fico un polic¨ªa de Sevilla. En abril otro agente era detenido. Ese mismo mes tres guardias civiles de C¨¢diz ingresaban en prisi¨®n por narcotr¨¢fico. En octubre de ese a?o, un polic¨ªa nacional es detenido en una operaci¨®n antidroga en Fuengirola (M¨¢laga).

En febrero de 1989, dos polic¨ªas eran detenidos en C¨¢diz por presunto tr¨¢fico de hach¨ªs. En mayo del a?o pasado, un inspector de polic¨ªa era detenido en M¨¢laga por presunto narcotr¨¢fico. En febrero de 1990, un guardia civil era condenado a dos a?os por apropiarse de drogas.

La sombra de la sospecha sobre los agentes ha vuelto a aflorar con ocasi¨®n de la reciente y espectacular redada llevada a cabo en Galicia contra narcotraficantes. En el anterior golpe asestado por la Guardia Civil al presunto narcotraficante Laureano Oubina se especul¨® que ¨¦ste fue avisado de antemano y tuvo tiempo para disipar pruebas comprometedoras.