200 detenidos en Buenos Aires mientras festejaban el triunfo de Argentina
La celebraci¨®n en Buenos Aires del triunfo de la selecci¨®n argentina degener¨® en desmanes, saqueos y enfrentamientos entre gamberros y polic¨ªas durante casi tres horas, con un resultado de unos 200 detenidos. Un grito recorri¨® la ciudad desde los arrabales y villas miseria hasta el elegante barrio Norte, cuando el vasco Goycoechea ataj¨® el penal que supon¨ªa el paso a la final. En la Casa Rosada el presidente Carlos Menem sigui¨® el partido por televisi¨®n, pero no acudir¨¢ a Roma para la final.
En el sal¨®n donde est¨¢ instalada la pantalla gigante de televisi¨®n en la Casa Rosada, el presidente Carlos Menem presenci¨® el encuentro ayudado por las supersticiones: llevaba exactamente la misma ropa que los d¨ªas en que Argentina gan¨® a Brasil y elimin¨® a Yugoslavia. Se sent¨® de nuevo al lado del escayolado Nery Pumpido y faltaba esta vez Tata Brown, por enfermedad.Cuando Donadoni iba a lanzar el cuarto penalti de Italia, Menem dijo en voz alta: "?T¨ªrate a la izquierda, Goyito!". Como si le hubiese escuchado, Goycochea se lanz¨® a la izquierda y par¨® el penalti. Sudoroso y despeinado, Menem declar¨® despu¨¦s a la televisi¨®n estatal: "Estoy muy contento y muy feliz. Hemos triunfado, pese a todas las adversidades. Era l¨®gico, el italiano ten¨ªa que estar con su equipo. No obstante ello, tuvimos nuestra peque?a cantidad de gente, que alent¨® permanentemente".
El sufrimiento de los penaltis
"El ¨¢rbitro, un desastre", a?adi¨® Menem. "Yo escuch¨¦ esta ma?ana, un tanto sorprendido, a periodistas mexicanos decir que Italia iba a ganar, que era m¨¢s equipo, que hab¨ªa problemas en el equipo argentino. Hasta hicieron referencia a un supuesto enfrentamiento entre Bilardo y yo, cosa totalmente descabellada; pero hemos ganado. Hemos ganado jugando. No merec¨ªamos este sufrimiento de los penaltis, porque tendr¨ªamos que haber ganado sobre el final del segundo tiempo, pero, en fin, hay gigantes, hay 11 gigantes".Las calles se atiborraron de gentes, que corearon:"?Ar-gen-tina, Ar-gen-tina!". Alg¨²n exaltado grit¨®: "Les dimos a los tanos [italianos] lo que se merecen por lo mal que nos trataron". Un joven vocifer¨® ante la televisi¨®n: "Los argentinos no ganamos porque juguemos mejor que todos. Ganamos porque tenemos huevos, icarajo!". Algunos cantaron: "El que no salte es un ingl¨¦s".
La muchedumbre se concentr¨® en torno al obelisco, en la avenida Nueve de Julio. En poco m¨¢s de una hora, la fiesta degener¨® en trifulca. Se atribuyen los desmanes a de grupos de personas, que llegaron desde los barrios perif¨¦ricos al centro de la capital. Los incidentes comenzaron cuando un grupo de una media docena de j¨®venes invadi¨® una joyer¨ªa. Los empleados echaron el cierre con los asaltantes dentro. Siguieron los enfrentamientos con la polic¨ªa, y durante casi tres horas hubo saqueos, palizas, chorros de agua y lanzamiento de gases.
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