Los sovi¨¦ticos est¨¢n cansados de leer entre l¨ªneas
Los delegados en el congreso del PCUS no esconden su aburrimiento y desorientaci¨®n
Tras las s¨®lidas murallas rojas del Kremlin, casi 5.000 comunistas llegados de toda la geograf¨ªa de la URSS debaten sobre el pasado, el presente y el futuro de su partido, en su mayor¨ªa aparentemente ajenos a una realidad que les es hostil y que fluye al margen de las decisiones que tome la fuerza pol¨ªtica que ha sido la columna vertebral del sistema sovi¨¦tico. ?sta es la impresi¨®n que tienen muchos sovi¨¦ticos, para quienes el 28? Congreso del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS) es un acontecimiento que nada tiene que ver con ellos, algo de lo que nada esperan o esperan cosas absurdas.
Un halo de tristeza flota sobre el Kremlin. Est¨¢ en las voces quebradas y mon¨®tonas con las que leen sus discursos muchos de los l¨ªderes de] partido, como Gueorgui Razumovski o Vitali Vorotnikov. Est¨¢ en las risas burlonas con las que les acogen muchos de los delegados, inconscientes ellos mismos de ser coautores y actores en un espect¨¢culo que a veces llega a ser casi pat¨¦tico.El informe de Gorbachov, que en proporciones cuidadosamente ponderadas conten¨ªa claves lanzadas a los buenos entendedores de la izquierda y de la derecha, dej¨® descontentos a quienes esperaban que el presidente sovi¨¦tico puiera por fin sus cartas sobre la mesa y dijera con qui¨¦n est¨¢. "Un hombre que se justifica no puede ser un buen l¨ªder pol¨ªtico", dec¨ªa un delegado reformis ta de la regi¨®n de SverdIovsk, en los Urales, mientras comentaba un breve encuentro con Gorbachov en un descanso del 28' Congreso. "Le dijimos que no nos hab¨ªa satisfecho su informe y Gorbachov se asombr¨® de que no lo entendi¨¦ramos y nos aconsej¨® leerlo cuidadosamente, y leerlo entre l¨ªneas", se?alaba el delegado. "La gente est¨¢ cansada de leer entre l¨ªneas. La gente necesita que le digan ad¨®nde ir", dec¨ªa.
En las calles de Mosc¨², el peri¨®dico Moskovskaia Pravda preguntaba a los transe¨²ntes qu¨¦ esperaban del 282 Congreso. Las respuestas eran variopintas. Un estudiante esperaba que subieran la cuant¨ªa de las becas, un vagabundo quer¨ªa que "se acaben las colas del vodka y que aparezcan los cigarrillos" y un auxiliar de laboratorio se quejaba de la mafia y opinaba que se necesita "un control severo y no un congreso".
Ayer, mientras en el Kremlin se discut¨ªan los importantes documentos internos del PCUS, Bor¨ªs Yeltsin, el presidente del Parlamento ruso, dirig¨ªa una sesi¨®n del S¨®viet Supremo de Rusia a pocos kil¨®metros de all¨ª, en un edificio cuyas inmensas salas apenas usadas en el pasado evocan las estepas siberianas. "Esto es la realidad. Lo del Kremlin es mitolog¨ªa", afirmaba un diputado ruso aprest¨¢ndose a entrar en la sesi¨®n.
Divorcio con la realidad
El divorcio entre el 28? Congreso y la realidad se reflejaba en los datos que expusieron Nikol¨¢i Kriuchina, jefe del Departamento de Gesti¨®n del Comit¨¦ Central, y Ala Nizovzeva, vicepresidente de la Comisi¨®n Revisora del PCUS. No dijeron cu¨¢ntos militantes han dejado el PCUS en lo que va de a?o, pero dibujaron la crisis. El PCUS no est¨¢ en disposici¨®n de hacer que sus mi~ litantes paguen las cuotas. En el cuarto trimestre de 1985, en v¨ªs~ peras del 272 Congreso del PCUS, hab¨ªa 31.000 morosos. En el ¨²ltimo trimestre de 1989 eran ya 279.000 y en abril de 1990 llegaban a 670.000. A esto hay que sumarle los 663.000 comunistas que, en 1989, "defraudaron al fisco" interno del Partido al pagar cuotas inferiores a lo que les corresponde por su sueldo.Las cuotas (m¨¢s de 1.500 millones de rublos) son la partida m¨¢s importante del presupuesto del PCUS, que en 1989 fue de 2.695 millones de rublos y "este a?o es un poco inferior (2. 100 millones de rublos). La directiva comunista no quiere ni o¨ªr hablar de compartir o ceder sus propiedades que suponen 4.900 millones de rublos e incluyen desde instituciones de educaci¨®n pol¨ªtica a una f¨¢brica de planchas de offset y 114 editoriales que imprimen 406 periodicos, con una tirada conjunta de 107 millones de ejemplares, y 286 revistas, con 125.900.000 ejemplares. Sin pararse a discutir, Stepan Sulakshin, diputado del Congreso de la URS S, ha interpuesto ya una demanda para que el peri¨®dico Krasnoe Znamia, que se edita en su ciudad siberiana de Toinsk, sea transferido desde el partido al soviet local. Sulakshin aboga por una campa?a de demandas judiciales sobre la propiedad del PCUS a todos los niveles y en todo el pa¨ªs.
Junto a los muros del Kremlin, en la ma?ana del 2 de julio la polic¨ªa dispers¨® a los ciudadanos reunidos en apoyo de sus reivindicaciones. Eran fugitivos de conflictos ¨¦tnicos y gente que quer¨ªa viviendas o simplemente decirle a Gorbachov que estuviera con el pueblo. La polic¨ªa afirmaba, seg¨²n el diario Moskovskaia Pravda, que el Ayurtamiento de Mosc¨² dio orden de dispersar.
Mientras los delegados deliberan en el Kremlin, Mosc¨² reconoce nuevos h¨¦roes. Uno de ellos es el ex general del Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB), Oleg Kalugu¨ªn, que intervino el martes en un mitin en el parque Gorki. Bajo la lluvia, protegidas por paraguas, varios miles de personas pidieron democratizaci¨®n e imprecaron al general Makashov, que sigue en su puesto, pese a haberse convertido hoy en el antih¨¦roe popular. Catorce diputados de la URSS han hecho una interpelaci¨®n parlamentaria sobre la desposesi¨®n de Kaluguin de sus medallas por un decreto presidencial y sin haber aclarado qui¨¦n tiene raz¨®n.
En el interior del Kremlin, un grupo de delegados de la regi¨®n de Mordovia, junto al Volga, protestaban formalmente contra el delegado Yuri Boldarev, que en vez de escuchar las discusiones del Congreso, se dedica a leer "literatura ajena" al evento sentado en un sitio que no es el suyo. En el interior del Kremlin, el diputado Yuri Chernichenko, en el pasado furibundo atacante de Yegor Ligachov, dormita incluso cuando. este dirigente habla del agro sovi¨¦tico, la especialidad de Chernichenko.
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