Los otros goles de Maradona
Diego Armando Maradona ha jugado su mejor partido fuera de los terrenos. El genio argentino domina todas las artes del f¨²tbol con un rigor fascinante. Durante a?os, el mundo crey¨® que llegar¨ªa a la treintena como un Jubilado gordo, incapaz de traspasar el baldos¨ªn para mover la pelota. Ahora, en el umbral de esta frontera, Maradona est¨¢, en efecto, m¨¢s grueso que en M¨¦xico 86, con peor juego, menos dotado para las proezas atl¨¦ticas. Pero el astro napolitano estar¨¢ en la final de Roma. En gran medida, por su capacidad diab¨®lica para utilizar cualquier arma en su beneficio, incluida la alianza interesada con los periodistas, gente por la que no siente ning¨²n aprecio.El gran Maradona decidi¨® vencer a los italianos mucho antes de comenzar el partido de N¨¢poles. Cogi¨® a un pu?ado de reporteros y les dispar¨® a bocajarro: "N¨¢poles est¨¢ segregada. N¨¢poles no es Italia. Estar¨¢ conmigo". Su intervenci¨®n fue un ejercicio supremo de precisi¨®n pol¨ªtica, un tiro al coraz¨®n de la selecci¨®n italiana, que hab¨ªa llegado a ese momento entre almohadones. Maradona traspas¨® el discurso del encuentro de la cancha a la grada y de all¨ª a toda Italia.
Los compatriotas de Maquiavelo actuaron esta vez con una inocencia supina. Cayeron colgados del anzuelo que les tendi¨® el as. En lugar de entregar sus pensamientos al partido se los concedieron a la pol¨¦mica y la competici¨®n patri¨®tica. Adem¨¢s, dudaron. Maradona hab¨ªa ganado medio partido antes de que se iniciara.
Instinto y sabidur¨ªa
La intervenci¨®n de Maradona revela un aspecto decisivo de su car¨¢cter como futbolista. Adem¨¢s de ser un prestidigitador con la pelota, su conocimiento del f¨²tbol es enciclop¨¦dico. Maradona llega a los 30 a?os con una madurez incomparable en cualquier otro jugador. ?Una muestra? Media escuadra argentina no podr¨¢ ser utilizada por su t¨¦cnico, Carlos Bilardo, en la final, pues est¨¢ pulverizada por las sanciones. Maradona jugar¨¢ el gran encuentro a pesar de haber sido amonestado en la primera fase del torneo. Este ejercicio de equilibrio muestra su instinto y sabudur¨ªa.
Nadie guarda tantos conejos en la chistera como este mago. Los esc¨¦pticos sobre su rendimiento sacan cifras y le descabalgan. Su actuaci¨®n es una rebaja de la que ofreci¨® en 1986. Cierto. Entonces era un futbolista portentoso metido en un cuerpo portentoso. Ahora es un genio en precario.
Pero, bajo sus limitaciones, su aportaci¨®n ha sido grandiosa. Detuvo a la Uni¨®n Sovi¨¦tica con su mano invisible, obr¨® el milagro del Mundial frente a Brasil y dej¨® para la historia un curso de precisi¨®n pol¨ªtica frente a Italia. El Divino arm¨® una bomba y esper¨® a que estallara en las manos de sus desconcertados rivales. Todos estos atributos s¨®lo est¨¢n al alcance de un verdadero genio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.