Los sindicatos italianos desconvocan la huelga general tras un encuentro de tres horas con el Gobierno
La huelga general que hab¨ªa sido convocada para el mi¨¦rcoles por los tres grandes sindicatos nacionales, el comunista-socialista CGIL, el democristiano CISL y el socialista-republicano UIL, que en total capitalizan m¨¢s de ocho millones de afiliados, ha sido desconvocada tras un encuentro de tres horas entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos. La desconvocatoria de la huelga es un triunfo indiscutible para el Gobierno de Giulio Andreotti, que acaba de estrenar el semestre de presidencia italiana de la Comunidad Europea (CE), ya que una huelga general en estos momentos -muy agitados pol¨ªticamente- pod¨ªa haber llevado a una crisis de su Gabinete.
La huelga ten¨ªa que haberse celebrado hace 15 d¨ªas, cuando la empresa privada, la Confindustria, anunci¨® una revocaci¨®n unilateral de la escala m¨®vil, el complejo y, antiguo mecanismo que controla autom¨¢ticamente una parte del sueldo de los trabajadores, seg¨²n el aumento de precios de una cesta de productos.La huelga fue aplazada para despu¨¦s del Mundial de f¨²tbol, porque en aquel momento nadie ten¨ªa ganas de salir a la calle con otras banderas que no fueran las del equipo nacional. S¨®lo el gremio del metal, enfadado por el aplazamiento, organiz¨® por su cuenta la huelga en N¨¢poles y en Mil¨¢n, y result¨® un ¨¦xito. En aquella ocasi¨®n -tras muchos a?os sin huelgas entre los metal¨²rgicos- se pidi¨® a voces que se secundara el paro general.
Tal acuerdo ha sido posible porque el Gobierno ha concedido mucho a los sindicatos y a la patronal, al mismo tiempo que ¨¦sta ha aceptado que contin¨²e la escala m¨®vil hasta diciembre de 1991, fecha en la que deber¨¢ ser revisado a fondo todo el mecanismo de los sueldos para pasar la p¨¢gina en tan delicado problema.
Gobierno y sindicatos se han comprometido a que en este periodo, hasta diciembre de 1991, se elabore una propuesta alternativa a la famosa, gloriosa y discutida escala m¨®vil; para unos defensa, durante estos 20 a?os, del sobre a fin de mes de los trabajadores, y para otros s¨®lo una fuente de inflaci¨®n. Al mismo tiempo., el Gobierno se ha comprometido a desembolsar de las arcas del Estado 300.000 millones de pesetas para descargar a los patronos de los enormes impuestos que ahora recaen sobre la industria privada. Seg¨²n la patronal, Italia es el pa¨ªs que por cada 1.000 liras de sueldo a un trabajador debe dar otras tantas al Estado, lo que no sucede en ning¨²n otro pa¨ªs de la CE.
Una cara promesa
El Gobierno no ha dicho de d¨®nde sacar¨¢ este dinero, ya que las arcas del Estado no s¨®lo est¨¢n vac¨ªas sino que Italia goza del triste privilegio de contar con una abultada deuda p¨²blica, causa de la mayor parte de los desequilibrios econ¨®micos del pa¨ªs y fruto de una pol¨ªtica de favores a las ¨¢reas deprimidas del sur del pa¨ªs a cambio de votos.
Sin embargo, la patronal ha preferido creer en la promesa del Gobierno. Lo mismo han hecho los sindicatos, que se mostraron ayer satisfechos porque, seg¨²n ellos, la Confindustria ha tenido que dar marcha atr¨¢s, dejando por ahora en pie la escala m¨®vil y sobre todo tras firmar un acuerdo con el que se compromete a desbloquear los grandes convenios del sector qu¨ªmico y metal¨²rgico, que hab¨ªa paralizado hasta tanto no se hubiese. anulado la escala m¨®vil.
En realidad se ha tratado de un compromiso en el que Gobierno, patronal y sindicatos han renunciado a algo y han obtenido tambi¨¦n beneficios: la patronal obtiene que el Gobierno la descargue de grav¨¢menes y que desaparezca la escala m¨®vil, que era el gran demonio de la empresa privada. De hecho, Cesare Romiti, administrador delegado de Fiat y brazo derecho de Gianni Agnelli, ha declarado enseguida que se trata de "un buen acuerdo". Los sindicatos consiguen que se desbloqueen los convenios que afectan a millones de trabajadores sin esperar a que se acabe con la escala m¨®vil, y el Gobierno Andreotti se quita de encima una huelga general que hubiese sido en este momento como la puntilla a su Gabinete.
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