EE UU y Jap¨®n, reacios a ayudar a Gorbachov
La pol¨ªtica de ayuda a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y a los pa¨ªses del Este de Europa ha provocado ya una ligera divisi¨®n entre los presidentes de los pa¨ªses m¨¢s poderosos de la tierra, antes de que comience formalmente la cumbre de los Siete Grandes (G-7). El primer ministro japon¨¦s, Toshiki Kaifu, que lleg¨® a Houston (Tejas, EE UU) el viernes, y el presidente George Bush aprovecharon para lanzar el primer mensaje a sus socios europeos y, en general, a todo el mundo. "Que cada palo aguante su vela", parece ser el lema de Jap¨®n y Estados Unidos antes de que empiecen las sesiones de la cumbre.
Ambos pretenden que las ayudas a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo o en v¨ªas de profunda transformaci¨®n sean realizadas con criterios geogr¨¢ficos. Es decir, que la Comunidad Europea ayude a Europa del Este, Estados Unidos mantenga sus ayudas a los pa¨ªses latinoamericanos y Jap¨®n plantee posibles ayudas a China. El problema es que la URSS podr¨ªa quedar fuera de los tres bloques citados. De cualquier forma la cumbre no ha dado comienzo todav¨ªa y estas primeras declaraciones pueden ser globos sonda para ver c¨®mo responde el resto de los participantes.Durante todo el fin de semana empezaron a llegar a la calurosa ciudad del petr¨®leo los primeros invitados a esta 16? cumbre del Grupo de los Siete. El primero en hacerlo fue el primer ministro japon¨¦s, Toshiki Kaifu, recibido por George Bush en la tarde del viernes. Posteriormente, ya el s¨¢bado, llegaban los m¨¢ximos representantes de Canad¨¢, Brian Mulroney, y Gran Breta?a, Margaret Thatcher. A lo largo de ayer domingo hac¨ªan lo propio el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, y el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl. Los ¨²ltimos en viajar a Houston (su llegada estaba prevista para la madrugada de hoy) fueron los presidentes de Italia, Giulio Andreotti, y Francia, Fran?ois Mitterrand.
La ceremonia inaugural est¨¢ prevista para hoy por la tarde en medio de fort¨ªsimas medidas de seguridad alrededor de la Universidad de Rice, en donde se celebran los encuentros. Anoche, Bush y sus hom¨®logos, los que ya hab¨ªan llegado a Houston, todos ellos acompa?ados de sus parejas, asistieron a una t¨ªpica fiesta tejana con barbacoa y rodeo incluidos.
En principio, el orden del d¨ªa de las reuniones, que se prolongar¨¢n hasta el mi¨¦rcoles en que est¨¢ prevista la lectura del comunicado final, est¨¢ dominada por los acontecimientos del Este de Europa y las posibles ayudas econ¨®micas a la URSS. Adem¨¢s, los siete l¨ªderes del mundo occidental volver¨¢n a hablar de la deuda externa de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, del comercio internacional, de la estabilidad monetaria, de los subsidios a la agricultura europea y del medio ambiente.
En el fondo, se trata de fijar las nuevas bases para la econom¨ªa mundial de los a?os noventa, despu¨¦s de los acontecimientos acaecidos en el Este europeo durante los ¨²ltimos meses.
A este respecto, desde ya hace d¨ªas, se han comenzado a definir los diversos pa¨ªses en uno u otro sentido. El presidente norteamericano fue el primero en se?alar que no deber¨ªan entregarse ayudas econ¨®micas a la URSS mientras el Gobierno de Gorbachov no ofreciera garant¨ªas de que el camino iniciado les llevar¨¢ hacia una econom¨ªa de mercado. Bush coment¨® adem¨¢s, respecto a ayudas a los pa¨ªses del ¨¢rea latinoamericana, que primero habr¨ªa que crear una zona de libre comercio que ayude al desarrollo de sus econom¨ªas mediante la inversi¨®n extranjera que podr¨ªa llegar por esa v¨ªa.
Por su parte, el bloque centroeuropeo representado por Francia, Alemania, Italia y la propia Comisi¨®n defiende una pol¨ªtica activa de apoyo a los pa¨ªses europeos que han elegido la v¨ªa democr¨¢tica y a la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
El joven l¨ªder japon¨¦s ha dejado claro desde el primer momento que su pa¨ªs no est¨¢ dispuesto a prestar ninguna ayuda econ¨®mica a la URSS mientras Mosc¨² no cambie de actitud respecto al archipi¨¦lago de las Kuriles, que est¨¢ en litigio entre ambos pa¨ªses desde hace m¨¢s de 45 a?os. Por contra, Kaifu dej¨® entrever a su llegada a Houston la posibilidad de levantar las sanciones econ¨®micas impuestas a China e iniciar una pol¨ªtica de apoyo a este pa¨ªs.
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