Contratos temporales

LA RECUPERACI?N econ¨®mica y la introducci¨®n de medidas m¨¢s flexibles de contrataci¨®n contribuyeron de forma decisiva a una recuperaci¨®n del empleo en Espa?a, como ha quedado patente con la creaci¨®n de casi 1.800.000 puestos de trabajo desde 1985.Sin embargo, este extraordinario incremento del n¨²mero de personas empleadas no ha tenido una correspondencia paralela en la calidad. La precariedad en el empleo -entendida como predominio de los contratos temporales y a tiempo parcial en relaci¨®n a los fijos- se ha agudizado. Los ¨²ltimos datos disponibles revelan que el 95% de los nuevos contratos registrados en el Instituto Nacional de Empleo (Inem) son temporales. Ello ha supuesto que la proporci¨®n de trabajadores eventuales en las empresas ha subido del 17% al 30% en los ¨²ltimos a?os.

Si se ha llegado a esta situaci¨®n es porque con frecuencia se ha hurtado el esp¨ªritu de la ley y se ha aplicado incorrectamente la normativa favorecedora del empleo, tal como han denunciado en numerosas ocasiones los sindicatos y como empieza a reconocer el propio ministro de Trabajo, Luis Mart¨ªnez Noval. Algo parecido ocurri¨® anteriormente con la abusiva utilizaci¨®n de las subvenciones para la creaci¨®n de empleo.

Con este panorama resulta bastante l¨®gico que la modificaci¨®n de la contrataci¨®n at¨ªpica -y su mayor control- fuera una de las cuestiones b¨¢sicas desde el punto de vista de los sindicatos en el momento de iniciar la concertaci¨®n. Tras un fuerte pulso con el Gobierno, las centrales consiguieron un acuerdo por el que se les reconoc¨ªa el derecho al acceso a la informaci¨®n sobre la proliferaci¨®n de estos contratos.

Este acuerdo levant¨® una contundente reacci¨®n de la patronal. Una reacci¨®n bastante justificada por cuanto s¨®lo fue invitada a participar en las discusiones cuando el acuerdo estaba ya cerrado.

Los sindicatos consideran que se utilizan los contratos temporales para formalizar empleos que en realidad son fijos. Y argumentan que apenas se cumplen los tres a?os m¨¢ximos de eventualidad, ya que antes de agotarse este periodo -que dar¨ªa lugar a un puesto fijo- se sustituye el contrato vigente por otro con algunas modificaciones, aunque se sigan desempe?ando b¨¢sicamente las mismas tareas.

Seguramente, los sindicatos no son las entidades m¨¢s adecuadas para vigilar el cumplimiento de las leyes laborales. Pero la ineficiencia de los servicios del Estado constituye un punto de apoyo para sus pretensiones. Por otra parte, no hay que olvidar que varios convenios recogen ya el derecho sindical a tener una informaci¨®n puntual de los contratos.

Los sindicatos y el Gobierno se proponen ahora profundizar en este campo a trav¨¦s de una nueva mesa con el objetivo de reducir las 14 modalidades de contrataci¨®n temporal existentes. Se trata de eliminar las innecesarias. En esta ocasi¨®n el Gobierno ha invitado, por fin, a la CEOE a participar en estas negociaciones, admitiendo al cabo que deben ser tripartitas. No se pod¨ªa repetir el error de la primera fase.