El honor de los Bush
El hijo del presidente corre peligro de convertirse en chivo expiatorio del mayor esc¨¢ndalo de la historia financiera norteamericana
"Tengo una gran confianza en la integridad y el honor de mi hijo. Despu¨¦s de todo, ?qu¨¦ padre no expresar¨ªa una cierta confianza en el honor de su hijo?". Las palabras proceden de George Bush, presidente de EE UU, y fueron pronunciadas el mi¨¦rcoles en la conferencia de prensa que cerr¨® la cumbre de Houston al ser preguntado sobre las actividades de su hijo Neil, hasta 1988 consejero de una entidad financiera hoy en quiebra.
Nell Bush, de 35 a?os, se enfrenta a una acusaci¨®n administrativa de conflicto de intereses por su actuaci¨®n como directivo de la caja de ahorros Silverado de la localidad de Denver, una de las miles de instituciones de cr¨¦dito afectadas por el mayor agujero negro de la historia financiera norteamericana.Los investigadores federales, que ya han acusado al hijo del presidente de no tener la preparaci¨®n adecuada para figurar en el consejo de administraci¨®n de una entidad de cr¨¦dito, est¨¢n considerando la posibildiad de sentarlo en el banquillo en un juicio por negligencia.
Neil Bush se ha defendido con u?as y dientes y el mi¨¦rcoles, a la misma hora en que su padre contestaba a las preguntas de la Prensa en Houston, alegaba que se estaba intentando construir contra ¨¦l "un caso pol¨ªtico." "Se pretende que yo me convierta en el chivo expiatorio del esc¨¢ndalo de las Savings and Loans (las cajas de ahorro)," dijo Neil.
Y es muy posible que as¨ª sea. Pero lo va a pasar mal. La Prensa y los pol¨ªticos de la oposici¨®n dem¨®crata han encontrado un nombre y y apellido en los que personificar la estupefacci¨®n y frustraci¨®n de la opini¨®n p¨²blica en el caso de las Savings and Loans, un esc¨¢ndalo que le puede costar al contribuyente la exorbitante suma de 500.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 50 billones de pesetas).
El caso de las Savings and Loans es una catastr¨®fica herencia de la era Reagan, en la que el art¨ªculo m¨¢ximo de f¨¦ de la Administraci¨®n republicaba se condensaba en un solo verbo: desregular. Durante la presidencia de Ronald Reagan se desregul¨® casi todo. Hab¨ªa que dejar que el mercado de cr¨¦ditos se autoregulase sin intervenci¨®n federal de ninguna clase. Y la desregulaci¨®n afect¨® tambi¨¦n a las cajas de ahorro, hasta entonces unas respetables instituciones dedicadas pr¨¢cticamente a la concesi¨®n de pr¨¦stamos hipotecarios para viviendas.
Al retirarle el cors¨¦ regulatorio, las Savings and Loans se dedicaron, en competencia con la banda comercial, a la captaci¨®n de pasivo y a la realizaci¨®n de toda clase de oepraciones financieras, incluida la compra de los famosos bonos basura o junk bonds (alta rentabilidad a cambio de alto riesgo).
Connivencias pol¨ªticas
La pelota comenz¨® a hincharse durante ocho a?os consecutivos ante la connivencia de los legisladores de los dos partidos del Congreso, muchos de ellos beneficiarios de las generosas donaciones de las cajas de ahorro locales. El resultado, un agujero billonario, y un esc¨¢ndalo que cada d¨ªa adquiere mayores proporciones y que ser¨¢ uno de los grandes caballos de batalla de las elecciones legislativas de noviembre. En este contorno, y ante una opini¨®n p¨²blica at¨®nita antes la magnitud del esc¨¢ndalo, Neil Bush aparece como un magn¨ªfico blanco.Neil fue consejero de la Silverado Savings and Loans desde 1985 a 1988, al mismo tiempo que socio de dos sociedades beneficiadas con cr¨¦ditos generosos procedentes de la misma caja de ahorros. La quiebra de Silverado le va a costar al contriuyente 1.000 millones de d¨®lares. Lo que est¨¢ por decidir por parte del Gobierno es si acusar¨¢ formalmente de negligencia a Neil Bush y al resto del consejo de adminsitraci¨®n de la entidad.
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