Los l¨ªderes europeos no consiguieron 'arrancar' a Bush compromisos concretos sobre medio ambiente
Los l¨ªderes de la Comunidad Europea no consiguieron arrancar del presidente de EE UU, George Bush, una pol¨ªtica m¨¢s comprometida en la lucha contra la degradaci¨®n del medio ambiente. El comunicado de la cumbre econ¨®mica del Grupo de los Siete dedic¨® 13 de los 84 puntos a definir los acuerdos adoptados, pero no fij¨® ni programas ni calendarios para lograr esos objetivos. Todo queda pendiente para 1992. Ello ha provocado la irritaci¨®n de las organizaciones ecologistas que se hab¨ªan desplazado hasta Houston para presionar a los l¨ªderes occidentales.
La cumbre de Houston comenz¨® con buenas perspectivas para la defensa del medio ambiente. M¨¢s de un centenar de organizaciones ecologistas se hab¨ªan adelantado a los ocho l¨ªderes asistentes, organizando todo tipo de actos p¨²blicos para llamar la atenci¨®n sobre la degradaci¨®n del entorno. Adem¨¢s, un d¨ªa antes de la apertura oficial de la reuni¨®n, el presidente Bush y su colega canadiense, Brian Mulroney, firmaban un protocolo por el que anunciaban el inicio de negociaciones bilaterales para desarrollar una pol¨ªtica conjunta de defensa de la naturaleza. La reducci¨®n de emisiones t¨®xicas que provocan la lluvia ¨¢cida en norteamerica estaba asegurada.Pero las buenas noticias iniciales fueron cambiando de tono a medida que comenzaban las reuniones formales de los l¨ªderes occidentales. El prime ministro alem¨¢n, Helmut Kohl apoyado por varios de sus colegas europeos y por el propio presidente de la comisi¨®n, Jacques Delors, tra¨ªa a Houston unas propuestas concretas en cada uno de los aspectos delicados del medio ambiente. Sobre todo, en lo que se refiere la reducci¨®n de emisiones de di¨®xido de carbono y a otras medidas que eviten el calentamiento de la Tierra. Las propuestas no desembocaron, sin embargo, en compromisos concretos.
Calificaciones
Bush y Mulroney se ocuparon de ir descafeinando cada una de las medidas concretas, con la excusa de que "hace falta investigar m¨¢s las causas y las consecuencias de cada problema concreto".Esta afirmaci¨®n norteamericana ser¨ªa refutada el ¨²ltimo d¨ªa, con la cumbre ya cerrada, por la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, que en una conferencia de prensa antes de volver a su pa¨ªs afirmaba: "Las necesidades de una mayor investigaci¨®n no deb¨ªan de haber evitado medidas inmediatas para luchar contra los graves problemas medioambientales".
Los grupos ecologistas llegaron a difundir un estudio en el que se evaluaba la situaci¨®n medioambiental de cada uno de los siete pa¨ªses asistentes a la cumbre econ¨®mica: cambios clim¨¢ticos, protecci¨®n de la diversidad biol¨®gica, contaminaci¨®n marina, poblaci¨®n y otros aspectos que afectan a la degradaci¨®n del entorno. Y la clasificaci¨®n difundida situaba a Alemania Occidental en un buen lugar; a Francia, en un segundo puesto, con una calificaci¨®n de suficiente, y a los cinco restantes, bajo el calificativo de deficiente, encabezados por el Reino Unido, Canad¨¢, Estados Unidos, Jap¨®n y, en ¨²ltimo lugar, Italia.
La presi¨®n externa y los intentos de Helmut Kohl, Fran?ois Mitterrand, Margaret Thatcher y Jacques Delors, no consiguieron minar las defensas norteamericanas. Bush Mulroney y sus ministros de finanzas se mostraban de acuerdo en hacer grandes declaracio nes de principios, pero se nega ban a bajar al detalle.
Belleza y econom¨ªa
El propio presidente de Esta dos Unidos lleg¨® a decir en la rueda de prensa posterior a la clausura de la cumbre que "el trabajo de muchos ciudadanos norteamericanos depende de ciertas medidas ecologistas, y aunque todos estemos de acuerdo en defender el medio ambiente, no se pueden plan tear medidas que supongan un crecimiento cero econ¨®mico".Con estas posturas encontradas, el acuerdo sobre pol¨ªtica medioambiental fue el ¨²ltimo en llegar, y la mayor¨ªa, de sus puntos recogen declaraciones de principios. "Una de nuestras m¨¢s importantes responsabilidades", comienza el texto, "es pasar a las futuras; generaciones un entorno cuya, salud, belleza y potencial econ¨®mico no est¨¦n amenazados. Los retos medioamebientales, como los cambios clim¨¢ticos, la destrucci¨®n de la capa de ozono, la deforestaci¨®n, la poluci¨®n marina y la p¨¦rdida de la diversidad biol¨®gica requieren una cooperaci¨®n internacional m¨¢s activa y unas medidas concretas. Nosotros, como pa¨ªses; industrializados tenemos la obligaci¨®n de ser l¨ªderes en la soluci¨®n de estos problemas".
Respecto al cambio clim¨¢tico, el G-7 se remite a los trabajos que realizan diversos grupos de trabajo de las Naciones Unidas y cuyas conclusiones no estar¨¢n elaboradas hasta 1992.
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