Farrucos
Obs¨¦rvese al c¨ªclope chupando el caramelo de menta de UCD, sin az¨²car, bajo la pauta acal¨®rica de don Adolfo, y a Izquierda Unida rehaci¨¦ndose a s¨ª misma, en s¨ª misma, por s¨ª misma, mientras los del bloque constitucional de la fracci¨®n perif¨¦rica empiezan a escribir la carta a los Reyes Magos. He aqu¨ª un pa¨ªs sin conflictos pol¨ªticos inmediatos, de vacaciones veraniegas, reducido al per¨ªmetro de sus costas y conservando Madrid abierto, pero bajo m¨ªnimos. Y en ¨¦stas que se pone Solchaga farruco, como sabiamente ha adjetivado Carmen Garc¨ªa Bloise, y se va a por la tr¨ªada capitolina del PSOE y les dice cuatro cosas.En su largo exilio, do?a Carmen ha conservado palabras hoy poco usadas, como farruco, que originariamente quer¨ªa decir gallego o asturiano reci¨¦n salido de su tierra, de creer al etim¨®logo mayor del reino. Por extensi¨®n, farruco se aplic¨® a todo joven inmigrante, ingenuo, audaz, imp¨¢vido, que se enfrentaba a todo y a todos con la inocencia de un cubo. Luego farruco se ha utilizado tambi¨¦n como sin¨®nimo de chulo, pero, con toda seguridad, a do?a Carmen Carlos Solchaga le pareci¨® un navarro reci¨¦n salido de su tierra que se las canta al lucero del alba. De la noche al d¨ªa, Carlos Solchaga, de ser un pol¨ªtico odiado como motor de la esquilmaci¨®n fiscal, ha pasado a ser el kamikaze del antiaparato socialista y le han echado capotes sorprendentes para que los pise, como las morenas en los cupl¨¦s de los tiempos del c¨®lera. Le han puesto bajo titulares que parecen palios y le sonr¨ªen hasta los hu¨¦rfanos de los ca¨ªdos por la inspecci¨®n fiscal.
Y es que, ante lo dif¨ªcil que es conservar la discrepancia extramuros del r¨¦gimen, era necesario que el propio PSOE animara el cotarro y abandonara el agotado Hermes bifronte Gonz¨¢lez-Guerra, sustituido ahora por un duelo de farrucos, Txiki-Solchaga, bajo los gaseosos cielos del verano. El botijo lleno de Knockando 10 a?os y agua fresquita de Lozoya.
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