El destino de IU

Parece que con el varapalo electoral propinado a Izquierda Unida, muy sabiamente, por el pueblo andaluz -aunque Anguita nos rega?e por ello-, los dirigentes de la coalici¨®n han descubierto de pronto la existencia de algo que se llama autocr¨ªtica y pretenden aferrarse a ella (?para qu¨¦?) como si de una tabla de salvaci¨®n se tratara. Pero la cuesti¨®n fundamental, como es la propia naturaleza pol¨ªtica de IU, va a quedar inmutable. Es decir: el viaje iniciado por esta organizaci¨®n electoral desde sus or¨ªgenes es, y seguir¨¢ si¨¦ndo, hacia ninguna parte. ?Por qu¨¦? Porque ha nacido con el objetivo absurdo de destronar al PSOE, de ser alternativa de gobierno, Estado , sociedad, etc¨¦tera, por la izquierda; y eso es la mayor majader¨ªa hist¨®rica que jam¨¢s se haya concebido. Tampoco vale, por parte de los oportunistas m¨¢s recalcitrantes y ciertos medios de comunicaci¨®n que han apoyado sospechosamente a IU y sus tesis, echarle la culpa del descalabro electoral al PCE o a la abstenci¨®n. Al fin y al cabo, el PCE es un cad¨¢ver desde hace unos a?os y ya s¨®lo falta borrar sus siglas del encerado de la historia para cumplir bien el encargo. Pero el asunto es otro: la propia estructura pol¨ªtica de IU, su din¨¢mica interna, ha hecho imposible el desarrollo de estrategias inteligentes dirigidas a conseguir la unidad de la izquierda. Desgraciadamente -y ya hay precedentes- ser¨¢ la autodestrucci¨®n paulatina el ¨²nico argumento para aprender de los propios errores pol¨ªticos. Una l¨¢stima.