Scotland Yard investiga una red de pederastas brit¨¢nicos sospechosa de asesinar a ni?os ante las c¨¢maras
Scotland Yard cree estar a punto de desmontar una red de pederastas brit¨¢nicos implicada en la realizaci¨®n de pel¨ªculas pornogr¨¢ficas de menores que conclu¨ªan con el asesinato de los chavales ante las c¨¢maras. Una brigada especial lleva un a?o largo trabajando en el caso, que incluye el posible asesinato de entre seis y 20 menores. En el Reino Unido hay 3.000 personas fichadas por actividades relacionadas con abusos sexuales a menores.La polic¨ªa est¨¢ indagando en la desaparici¨®n y posible muerte de una veintena de chavales "en relaci¨®n con la filmaci¨®n de pel¨ªculas en Londres a partir de 1984", seg¨²n declar¨® ayer un partavoz de Scotland Yard. Hasta ahora han trascendido dos nombres propios de muchachos asesinados por pederastas.Barry Lewis, ten¨ªa seis a?os cuando en 1985 desapareci¨® de su casa en Londres. Su cuerpo apareci¨® a los dos meses enterrado en una granja, y Scotland Yard va a presentar el lunes al asesino -"un hombre ya encarcelado" por otro delito- ante el juez. El pasado a?o tambi¨¦n fueron condenados a penas de entre 13 y 19 a?os de c¨¢rcel cuatro pederastas que intervinieron en el asesinato por asfixia, durante una org¨ªa, de Jason Swift, un chaval de 14 a?os huido de casa. Michael Hames, jefe de la brigada antipornograf¨ªa infantil de Scofiand Yard, dice que hubo rumores de que la muerte de Swift fue filmada, pero no ha encontrado pruebas.
Chicos y chicas j¨®venes que han abandonado sus casas y viven a salto de mata en las gran des ciudades con hambre, con fr¨ªo y sin tener d¨®nde dormir son la principal materia prima para este tipo de pel¨ªculas, conocidas como snuff movies (snuff puede traducirse como "estirar la pata"). El juez que fall¨® la causa de Jason lo defini¨® como un muchacho que "viv¨ªa de alquilar su cuerpo a hombres que lo usaban para su satisfacci¨®n sexual".
Gordon Thomas, un experto en el comercio pornogr¨¢fico mundial, declaraba ayer que el hecho de que muchas de las v¨ªctimas hayan huido de casa y que su desaparici¨®n no haya sido denunciada hace muy dif¨ªcil las pesquisas policiales, mientras que los rumores sobre las snuff movies son tan horripilantes que la gente no se los puede creer. "La banda se hace primero con el chaval o chavala, mediante el secuestro o el enga?o de que va a ser estrella de una pel¨ªcula. El asesino es alguien de la banda, que lo mata, normalmente con un cuchillo, despu¨¦s de haberlo violado", dice Thomas.
La capital tailandesa y Amsterdam son los principales centros de reproduci¨®n y distribuci¨®n de estas cintas, cuyo precio de compra puede rondar el mill¨®n de pesetas. El inspector jefe Hames reconoce que estas pel¨ªculas son muy dif¨ªciles de localizar. "El FBI infiltr¨®, con la idea de comprar una pel¨ªcula, a un grupo de gente que hab¨ªa sido invitada a ver una snuff movie, y s¨®lo por verla pidieron 10.000 d¨®lares" (alrededor del mill¨®n de pesetas al cambio actual), dice el agente, quien advierte sobre el riesgo de que la atrocidad de este fen¨®meno desv¨ªe la atenci¨®n sobre "la descomunal cantidad de abusos sexuales de menores dentro y fuera de la familia".
En el Reino Unido hay 3.000 personas implicadas oficialmente en este tipo de delito que no siempre son tratadas con el rigor que podr¨ªa esperarse.
Una m¨¦dica forense experta en abusos a menores ha denunciado la presencia de viejos verdes en vistas judiciales de delitos sexuales en las que las v¨ªctimas tienen que dar detalles de su odisea y ha pedido que los jueces restrinjan el acceso a la sala de personas sospechosas de tendencias ped¨®filas.
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