Apto para consumidores de "videoclips"
Reyenge (Venganza)
Director: Tony Scott. Guionistas: Jim Harrison y Jeffrey Fiskin. Int¨¦rpretes: Kevin Costner, Madeleine Stowe, Anthony Quinn. Fotograria: Jeffrey Kiniball. M¨²sica: Jack Nitzsche. Estadounidense, 1990. Estreno en Madrid, cines Bilbao, Callao, Multicines Ideal y Vel¨¢zquez.
J. Cochran (Kevin Costner, protagonista y productor ejecutivo de la pel¨ªcula) llega a Puerto Vallarta para pasar unos d¨ªas de descanso en casa de Tibey (A. Quinn), un millonario mexicano al que ¨¦l, varios a?os antes, salv¨® la vida. En qu¨¦ se basa la amistad entre ambos personajes es un misterio que el filme no aclara puesto que Quinn no s¨®lo es grosero y exhibicionista, sino adem¨¢s un aut¨¦ntico corruptor y asesino, mientras Costner-Cochran es un ex piloto pacifista, reservado y sensible, corno lo prueba que recite a Garc¨ªa Lorca en castellano, una proeza que no nos permite apreciar la versi¨®n doblada. En cualquier caso la amistad no es el tema de la pel¨ªcula, pues de lo que se trata es de asistir al drama que estalla cuando Cochran se enamora de Myryea (M. Stowe) y ella de ¨¦l Tibey es un mexicano aut¨¦ntico y tan rico y cruel como t¨®pico. Al descubrir que la esposa y el amigo le enga?an monta en c¨®lera y deja a Cochran con un brazo en cabestrillo, la cara repleta de cicatrices, un ojo a la funerala, varias costillas rotas y una mano sin un solo hueso entero. A Myryea tambi¨¦n la se?ala el rostro y la encierra en un burdel donde es violada y drogada tantas veces como el gui¨®n y el drama lo requieran.El por qu¨¦ una historia de venganza, de celos y odio desatados, con final redentor con convento inclu¨ªdo -algo que no ve¨ªa en la pantalla desde la ¨¦poca dorada de aquellos memorables folletines con Sara Montiel- atrae a un actor joven como Costner y requiere un cineasta tan poco dotado para transmitir sentimientos como Tony Scott, es el aut¨¦ntico misterio de Revenge. Scott lo rueda todo con teleobjetivo, llena el cuadro de efectos de luz gratuitos -uso y abuso de monitores y velas encendidas, por ejemplo-, no se preocupa nunca por la credibilidad de una frase o situaci¨®n sino por resolver t¨¦cnicamente la parte mec¨¢nica de la cuesti¨®n. As¨ª, lo que le gusta es poder explicar que es perfectamente posible para un hombre conducir su jeep mientras una se?ora, sentada sobre los genitales del caballero, procede a iniciar, con gran entusiasmo, los gestos de la culininaci¨®n del amor. Cochran puede ver la carretera y mantener el volante, y ella adem¨¢s no es materia que importe a Scott. Eso s¨ª, todas las piscinas aparecen radiantes, los contraluces son magn¨ªficos y los interiores tienen la sensualidad publicitaria de una definici¨®n que se desvanece entre humos y filtros. Adem¨¢s, incluso esos retos de gimnasia er¨®tica tampoco son tales dada la predilecci¨®n de Scott por focales d¨ªstorsionadoras del espacio real.
Revenge es una pel¨ªcula pensada por y para Kevin Costner. El n¨²mero de su apaleamiento y posterior curaci¨®n milagrosa desvela una vertiente de narcis¨ªsmo masoquista en el actor que es mucho m¨¢s interesante y atractiva que la explicaci¨®n que da el personaje sobre c¨®mo la muerte de un elefante le hizo descubrir los horrores de la guerra. Despu¨¦s de pasar por las manos -y pies- de los sicarios de Tibey, el pobre Cochran merece formularse la misma pregunta que acuciaba a Carmen Maura en la visi¨®n neorrealista que Almod¨®var nos propuso de Madrid. En EE UU un problema as¨ª -lo dice la prop¨ªa pel¨ªcula- se soluciona con terapia de grupo y un divorcio bien regado con d¨®lares, pero en M¨¦xico, cuando la ad¨²ltera es la esposa de un tibur¨®n de las finanzas, se acaba en la morgue o en manos de una curandera. En definitiva, Revenge es una actualizaci¨®n formal -v¨ªa spot- de un tema y una historia tan vieja como el mundo. El resultado es un producto muy superficial, que puede gustar si se contempla la pel¨ªcula con el mismo esp¨ªritu con el que se consumen los v¨ªdeoclips, es decir una predisposici¨®n favorable a la arbitrariedad narrativa acompa?ada de exigencia de novedad visual. En Revenge esto lleva incluso a rodar determinados fen¨®menos atmosf¨¦ricos ¨²nicamente porque son sorprendentes y bellos.
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