El futuro de Argel
DESDE SU triunfo en las elecciones municipales del 12 de junio, el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) despliega una intensa actividad para implantar una serie de prohibiciones y someter as¨ª a los argelinos a una forma de vida acorde con el Cor¨¢n, seg¨²n la interpretaci¨®n que de ¨¦ste hacen los fundamentalistas. En muchos ayuntamientos se han dictado normas obligando a las mujeres a llevar la cara tapada o prohibiendo el uso de pantalones cortos. En Constantina, municipio donde ha obtenido mayor¨ªa, el FIS pretende suprimir las escuelas mixtas. Por su parte, Abasi Madani, presidente del FI S, adopta cada vez m¨¢s una actitud preponderante: habla como si fuese el jefe del pa¨ªs. En su ¨²ltima conferencia de prensa acus¨® a una serie de periodistas de ser "enemigos del pueblo argelino". Convencido de que interpreta la "voluntad isl¨¢mica" de todo un pueblo, Madani se considera con derecho a decidir lo que la prensa puede o no puede decir. Estos datos permiten tener una idea de lo que ser¨ªa el futuro de Argelia en el caso de que el FIS lograse triunfar en las futuras elecciones legislativas. Ante esta ofensiva fundamentalista, el Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN), el partido oficial derrotado en las elecciones, se divide a ojos vista. El Gobierno de Hamruche se distancia del FLN; intenta resolver los problemas econ¨®micos angustiosos, pero carece de perspectiva. El presidente Chadli permanece callado, pero es obvio que toda la situaci¨®n pol¨ªtica est¨¢ bloqueada y que la disoluci¨®n de la Asamblea Nacional -reclamada por el FIS- es insoslayable en un plazo que no podr¨¢ prolongarse mucho tiempo. En esta situaci¨®n, nuevas personalidades se disponen a entrar en la batalla pol¨ªtica, deseosas de estar presentes en el momento decisivo.El caso m¨¢s significativo en este orden es el anuncio de que Ahmed Ben Bella, el padre de la independencia, expulsado del poder por el general Bumedi¨¢n hace casi un cuarto de siglo y exiliado desde hace nueve a?os, ha decidido retornar a Argel a comienzos de septiembre. Su plan es colocarse "por encima de los partidos" y desempe?ar un papel de unificador. Ha propuesto la creaci¨®n de un "comit¨¦ de sabios" compuesto de personalidades de prestigio intachable, presidido por ¨¦l, que podr¨ªa preparar las elecciones en un clima de plenas garant¨ªas para todos. Pero estos proyectos, dise?ados en la emigraci¨®n, pueden tener escasa efectividad en la Argelia de hoy. ?Hasta qu¨¦ punto se conserva el prestigio de Ben Bella, por enorme que fuese en los a?os sesenta? La mitad de la poblaci¨®n tiene menos de 15 a?os e ignora su nombre, borrado de los libros de historia. Por otra parte, no est¨¢ claro qu¨¦ actitud adoptar¨¢ en relaci¨®n con el FIS. Ben Bella, partidario de un islam moderado y tolerante, ha condenado el fanatismo en t¨¦rminos generales. Pero su actitud concreta ante el FIS est¨¢ te?ida, por el momento, de ambig¨¹edad.
Por otra parte, las fuerzas democr¨¢ticas m¨¢s resueltas a oponerse a la oleada fundamentalista realizan diversos esfuerzos de reagrupamiento a la luz de la experiencia negativa de las elecciones municipales, en las cuales qued¨® patente la escasa operatividad de los partidos. Ait Ahmed, jefe del Frente de las Fuerzas Socialistas, se dedica b¨¢sicamente a crear un foro amplio que ayude al renacimiento de un esp¨ªritu y de unas soluciones modernas capaces de movilizar a sectores hasta ahora pasivos en las luchas pol¨ªticas y electorales. Los pr¨®ximos meses de la pol¨ªtica argelina revisten, pues, un inter¨¦s especial. No s¨®lo por la suerte que pueda correr este importante pa¨ªs de ?frica del Norte. Tambi¨¦n porque Argelia es un laboratorio privilegiado para analizar hasta qu¨¦ punto los m¨¦todos de una democracia moderna, surgidos de la vida urbana y basados en argumentos y programas, son capaces de contener a un fundamentalismo que se apoya sobre todo en creencias religiosas y en costumbres ancestrales, y cuyas ramificaciones org¨¢nicas, mezcladas con las del clero musulm¨¢n, llegan hasta los pueblos m¨¢s lejanos.
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