Crimen evitable
SI SE demuestra que el conocido ultraderechista Ricardo S¨¢enz de Ynestrillas est¨¢ implicado en el asesinato del diputado electo de Herri Batasuna (HB) Josu Muguruza, ¨¦ste es un crimen que deber¨ªa haber sido evitado. Con m¨¢s raz¨®n resulta inexplicable que la polic¨ªa haya tardado nada menos que ocho meses en detenerle y en verificar la hip¨®tesis m¨¢s obvia, que apuntaba a c¨ªrculos de la ultraderecha como autores del atentado, tanto por la forma como por el tipo de armas y munici¨®n empleadas. Esta situaci¨®n absurda s¨®lo puede obedecer a una causa: la falta de medidas de vigilancia y de prevenci¨®n que se ha hecho notar en estos a?os en relaci¨®n con las actividades de la extrema derecha y, sobre todo, de algunos de sus elementos m¨¢s recalcitrantes, suficientemente conocidos por la polic¨ªa.En cualquier caso, es de esperar que el tiempo de ocho meses transcurrido desde la comisi¨®n del atentado haya sido suficiente para que la polic¨ªa ate bien todos los cabos del caso y aporte las pruebas necesarias para conducir ante la justicia a sus presuntos autores. El asesinato de Josu Muguruza, cometido cuando los parlamentarios de la coalici¨®n abertzale se aprestaban a concurrir al Parlamento de Madrid, tuvo unas connotaciones muy especiales, tanto por la significaci¨®n de la v¨ªctima como por el momento elegido para su comisi¨®n. El Gobierno ha asumido desde entonces una gran responsabilidad en la resoluci¨®n de este asunto. Y es l¨®gico que seg¨²n pasaba el tiempo sin lograr su esclarecimiento aumentase la preocupaci¨®n entre quienes consideran que su impunidad hubiera sido un signo de debilidad de las instituciones democr¨¢ticas. Sobre todo cuando era patente que el atentado que cost¨® la vida al diputado Muguruza, y en el que fue gravemente herido el tambi¨¦n diputado I?aki Esnaola, llevaba el signo inconfundible de la desestabilizaci¨®n del sistema democr¨¢tico.
Tras el caso Brouard, repleto durante tanto tiempo de sospechas fundadas sobre sus autores como menguado de consecuencias judiciales, y las resistencias oficiales a la investigaci¨®n de los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL) y sus tramas, el esclarecimiento del asesinato de Muguruza supone un bal¨®n de ox¨ªgeno en este clima enrarecido que pon¨ªa en cuesti¨®n la credibilidad y eficacia de los servicios de seguridad del Estado y, sobre todo, la firmeza del sistema democr¨¢tico para defenderse de los ataques de sus enemigos.
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