'Aurrera' y Oteiza, 'aurrera'
Una gran estratega a quien no importa perder mil batallas. Sabe que la guerra la ganar¨¢. La tiene ya ganada...Tuve la suerte de volver a conocer a Jorge Oteiza en el edificio de la Alh¨®ndiga de Bilbao en 1987. All¨ª compartimos sue?os e ilusiones. Jorge, su proyecto de laboratorio de investigaciones est¨¦ticas aplicadas, centro internacional de la cultura. Yo, por mi par¨ªe, el compromiso con los bilba¨ªnos y bilba¨ªnas de hacer un gran centro cultural en el viejo almac¨¦n de vinos.
En estos tres a?os ha aumentado mi admiraci¨®n por ¨¦l. Estar con Jorge es siempre disfrutar, aprender. Jorge es un predicador y un provocador. Provoca el desaf¨ªo permanente de uno consigo mismo. Es la oportunidad perdida de memorizar todo lo que dice, c¨®mo lo dice y adivinar cu¨¢les son sus verdaderas intenciones, que siempre son, por otra parte, ilusionantes, progresistas.
Corr¨ªa el a?o 1976. Un restaurante bilba¨ªno en donde compart¨ªamos mesa Kepa Sodupe, Eduardo Estrade, Juanjo Pujana y yo mismo. En la mesa de al lado, Jorge Oteiza comiendo con Itziar. De pronto, sin mediar presentaciones, Jorge nos pasa un papel, una fotocopia, un manifiesto, el Manifiesto de Jorge Oteiza al pueblo vasco. Su propuesta de colaboraci¨®n con el cambio, de lucha por la cultura vasca. Jorge seguramente no lo recordar¨¢. A m¨ª me impact¨® aquel hecho. ?Una simple fotocopia para transmitir su opini¨®n al mundo! Y para que nosotros lo pas¨¢ramos de mesa en mesa. ?Qu¨¦ aparente ingenuidad! ?Qu¨¦ maestr¨ªa de comunicador!
Y hoy, 14 a?os m¨¢s tarde, defiende sus ideas haciendo fotocopias de sus opiniones. No quiere grandes medios de comunicaci¨®n de masas, no quiere entrevistas. Quiere, aparentemente, poco.
Quiere que se conozca, con puntos y comas, su exacta versi¨®n de los hechos. Y como al parecer hoy tampoco puede decir justo lo que piensa, se dedica a fotocopiar su opini¨®n y envi¨¢rsela a sus amigos. A la opini¨®n p¨²blica.
En 1976 necesitaba la fotocopia. Hoy, tambi¨¦n. Oteiza es para m¨ª el perfil de un investigador radical, de una persona que ha creado escuela, ilusi¨®n y admiraci¨®n a su alrededor. Oteiza no hace concesiones al halago ni al poder. Oteiza cree en su propio proyecto.
No conozco de Oteiza m¨¢s que su presente y su futuro. Dentro de otros 80 a?os seguir¨¢, fiel a sus principios, queriendo colaborar con el Gobierno vasco en apoyo de nuestra cultura.
Entonces s¨ª tendr¨¢s la oportunidad de hacerlo, ya lo ver¨¢s, Jorge. Vete prepar¨¢ndote. Aurrera, Jorge, aurrera.
Babelia
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