Novillos teledirigidos
Si cualquier aspirante a figura de la noviller¨ªa tuviera un dulce sue?o y se viera dando innumerables pases a un novillo noble y pastue?o, seguramente la apariencia estar¨ªa por debajo de la realidad de los novillos de Jandilla lidiados el s¨¢bado en el coso onubense. Tampoco un practicante con el carret¨®n disfrutar¨ªa de una embestida m¨¢s fija, continuada y noble que un jandilla por muy amigo que fuera el conductor del veh¨ªculo. A estas buenas cualidades psicosom¨¢ticas, los novillos de Jandilla ten¨ªan la pujanza justa para mantenerse en pie y embestir incansablemente. Se pod¨ªan haber lidiado, perfectamente, en un festejo sin picadores, y no hubieran acusado la menor bronquedad en la muleta. Respecto al trap¨ªo y las defensas, ten¨ªan lo justo para que los ben¨¦volos veterinarios de Huelva los admitieran, al tiempo que los novilleros anduvieran confortablemente. Para eso son novilleros punteros. Con tan favorable g¨¦nero, Finito de C¨®rdoba, que est¨¢ muy puesto, tuvo una muy destacada actuaci¨®n. Siempre se ha dicho que los toros buenos descubren a los toreros malos. No ha sido ¨¦ste el caso de Finito, que los ha aprovechado, hasta exprimirles la ¨²ltima embestida. El primero fue especialmente terciado, y apenas le rompi¨® la piel el picador. ?C¨®mo una figura de la noviller¨ªa acepta matar un gato as¨ª? Lo tore¨® divinamente en el centro, con naturales cargando la suerte, el comp¨¢s abierto y otra serie a pies juntos, un poco m¨¢s acelerada. Lo que pasa es que la gran estatura de Finito en contraste con la envergadura de su enemigo restaba emoci¨®n a su labor.Les faltaba respeto
Jandilla / Finito, Chamaco
Novillos de Jandilla, terciados, pobres de cabeza, bravos y nobles. Finito de C¨®rdoba: media y rueda de peones (oreja); estocada, rueda de peones y descabello (dos orejas); estocada y rueda de peones (dos orejas y clamorosa petici¨®n del rabo); sali¨® a hombros. Chamaco: bajonazo, rueda de peones y cinco descabellos (ovaci¨®n y saludos); tres pinchazos, estocada -aviso- y dos descabellos (vuelta); pinchazo y estocada (oreja). Plaza de la Merced, 4 de agosto. Cuarta corrida de feria. Dos tercios de entrada.
El tercero y el quinto tuvieron algo m¨¢s de presencia, aunque les faltaba respeto por delante. A ambos los tore¨® en el platillo de la plaza. Tuvo m¨¢s empaque la faena al tercero, por tener un poco m¨¢s de pujanza el novillo. Tore¨® al natural, con larga trayectoria; los redondos fueron menos dominadores. Preciosos los ayudados por bajo con una rodilla en tierra con que termin¨® la faena.
El quinto ten¨ªa menos fuerza y se acost¨® dos veces durante la lidia. Lleg¨® m¨¢s al p¨²blico, pues tras el toreo fundamental vinieron circulares citando de espaldas, el p¨¦ndulo, y toda esa gama de muletazos del ramo de la prestidigitaci¨®n.
Maestro en este ramo es Chamaco. Chamaco no es s¨®lo es prestidigitador, tambi¨¦n cuando quiere sabe torear. Lo hizo a la ver¨®nica, maravillosamente, en dos de sus novillos, saliendo de las tablas, ganando terreno en cada lance, y rematando en la boca de riego. Tambi¨¦n tore¨® con la mano derecha en ocasiones con arreglo al canon cl¨¢sico. Tiene una incre¨ªble serenidad que no se altera nunca por el riesgo f¨ªsico. Parece que s¨®lo la pierde por contratiempos profesionales: por ejemplo cuando pincha en hueso. Con esa serenidad ha dado numeros¨ªsimos muletazos, tambi¨¦n del ramo de la prestidigitaci¨®n: pases con la derecha, con la izquierda, por arriba, por abajo, de frente, de espaldas, de hinojos, enhiesto. Se ha emborrachado de dar pases y los novillos segu¨ªan embistiendo. ?Tendr¨ªan cuerda como los juguetes amigos, o estar¨ªan teledirigidos, que es mucho m¨¢s moderno? Y con todo esto, ?d¨®nde se nos queda la corrida ¨ªntegra, con sus tres tercios y toda su grandiosa emoci¨®n?
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