Ballesteros, eliminado de un torneo por quinta vez en la temporada
Severiano Ballesteros no pudo superar el corte de la segunda vuelta en el torneo de Memphis (Tennessee, Estados Unidos), lo que supuso su quinta eliminaci¨®n en la temporada, algo ins¨®lito en su carrera. El golfista espa?ol, que la pr¨®xima semana intervendr¨¢ en la cuarta competici¨®n del Grand Slam, el Campeonato de la PGA norteamericana, en Shoal Creek (Alabama), acumul¨® 149 golpes, 16 m¨¢s que el l¨ªder, el estadounidense Larry Silveira. Esta nueva contrariedad evidencia su crisis.El a?o del nacimiento de su primer hijo, previsto para finales de septiembre o principios de octubre, no est¨¢ siendo precisamente brillante para Ballesteros en el aspecto deportivo. Hasta el momento ha participado en nueve pruebas del circuito europeo y en siete del norteamericano y ha sido eliminado en cinco de ellas, lo que supone un 31,25% de fracasos absolutos, algo muy alarmante para quien no est¨¢ acostumbrado a ellos. Su rev¨¦s de Meriphis se ha producido adem¨¢s en su reaparici¨®n luego del de 15 d¨ªas atr¨¢s en el Open Brit¨¢nico en su regreso a Saint Andrews (Escocia), donde ¨¦l lo gan¨® en 1984. Los otros fueron, por orden cronol¨®gico, en Orlando (Florida), Madrid y Potomac (Maryland).
La irregularidad de Ballesteros en 1990 es notoria. En Europa ha sido el tercero en el Open de Dubai (Emiratos ?rabes Unidos), el 142 en el del Mediterr¨¢neo (Marbella, M¨¢laga), el primero -su ¨²nico triunfo- en el de Baleares (Son Vida), eliminado en el de Madrid, el sexto en el de Espa?a (Madrid), el 412 en el Internacional de Saint Mellion, el quinto en el de Italia (Monza), el s¨¦ptimo en el de Montecarlo y eliminado en el Brit¨¢nico -no le sucedi¨® m¨¢s que en su deb¨², en 1975- En Norteam¨¦rica, eliminado en el de Orlando, el tercero en el de The Woodlands (Texas), el s¨¦ptimo en el Masters de Augusta (Georgia), eliminado en el de Potomac, el 602 en el de Oak Brook (Blinois), el 332 en el de Estados Unidos y eliminado en el de Memphis.
Los problemas que tiene con su swing y sus putts incluso le hicieron recurrir a su hermano Vicente como caddie en Saint Andrews y no al ingl¨¦s lan Wright, su ayudante habitual desde 1988. Ballesteros confiaba en que el entendido consejo familiar le ayudase a solucionarlos.
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