?Otra crisis?
Aunque la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) carece hoy d¨ªa de la capacidad de presi¨®n que ten¨ªa en 1973 y 1979, cuando cuadruplic¨® primero y dobl¨® despu¨¦s los precios del crudo, produciendo en el resto del mundo la mayor recesi¨®n econ¨®mica desde la gran depresi¨®n, la reciente invasi¨®n de Kuwait por el Ej¨¦rcito iraqu¨ª, de consecuencias imprevisibles, constituye una brutal llamada de atenci¨®n a la complacencia con la que el mundo occidental viene tratando los temas energ¨¦ticos en los ¨²ltimos seis o siete a?os.Con una deuda de unos 80.000 millones de d¨®lares, derivada de sus ocho a?os de sangrienta guerra con Ir¨¢n, que le cuesta anualmente en intereses unos 7.000 millones de d¨®lares, y un gigantesco ej¨¦rcito pr¨¢cticamente en pie de guerra de un mill¨®n de hombres, que supone otros 15.000 millones de d¨®lares anuales, la econom¨ªa iraqu¨ª se encuentra pr¨¢cticamente en bancarrota, y para hacer frente a esta carga, el ¨²nico medio realmente significativo con que cuenta este pa¨ªs son las exportaciones de petr¨®leo (Irak es el segundo productor de la OPEP), cuyo precio hab¨ªa ca¨ªdo desde 22 d¨®lares por barril a principios de a?o hasta 15 d¨®lares por barril hace s¨®lo dos semanas, ello sin contar, adem¨¢s, con que el d¨®lar se hab¨ªa depreciado tambi¨¦n entre un 14% y un 18% frente a las principales monedas mundiales, en las cuales se encuentra m¨¢s de la mitad de la deuda iraqu¨ª.No es, pues, algo sorprendente que Sadam Husein, que no es precisamente un pol¨ªtico moderado, amenazara seriamente a Kuwait y a los Emiratos, pa¨ªses que hab¨ªan incumplido reiteradamente la disciplina de producci¨®n de la OPEP, llegando incluso a afirmar que era "preferible cortar cabezas que dejar seguir cayendo los precios". El mensaje fue r¨¢pidamente comprendido por los kuwait¨ªes, ya que saben mejor que nadie que el presidente iraqu¨ª es perfectamente capaz de cumplir sus amenazas, m¨¢xime cuando se ha convertido en la mayor potencia militar de la regi¨®n, si se excluye a Israel.El efecto fue fulminante, ya que Irak consigui¨® elevar por primera vez desde 1986 el precio de referencia del crudo, y pr¨¢cticamente sin discusi¨®n, situ¨¢ndolo en 21 d¨®lares por barril frente a los 18 d¨®lares precedentes. Sin embargo, a la luz de lo ocurrido, esto era claramente insuficiente para los deseos (y necesidades) iraqu¨ªes, y la demanda de las grandes ¨¢reas consumidoras (Europa, EEUU y Jap¨®n) estaba estabilizada, excepto para gasolinas, con lo que el precio del mercado se hab¨ªa quedado por debajo del deseado (unos 19 d¨®lares por barril), y no era probable, si nada m¨¢s hubiera ocurrido, que el nivel de 21 d¨®lares se hubiera alcanzado antes del invierno.
Adicionalmente, Irak hab¨ªa presentado una lista de reclamaciones tan elevada que m¨¢s pareciera las cuentas del Gran Capit¨¢n. En primer lugar, hab¨ªa reclamado a Kuwait una indemnizaci¨®n de 2.400 millones de d¨®lares para el petr¨®leo que, seg¨²n Bagdad , los kuwait¨ªes les han robado del gran yacimiento de Rumaila, el cual se extiende a lo largo de unos cuatro kil¨®metros de frontera a un lado y otro de ambos pa¨ªses. En segundo lugar, exig¨ªa el pago por Kuwait y los Emiratos de otros 14.000 millones de d¨®lares en concepto del da?o que han producido a la econom¨ªa iraqu¨ª con su pol¨ªtica de sobreproducci¨®n de petr¨®leo. Finalmente, ped¨ªan que tanto Kuwait como otros pa¨ªses ¨¢rabes, incluida Arabia Saud¨ª, condonaran la deuda de 30.000 millones de d¨®lares que Irak contrajo durante su guerra con Ir¨¢n (s¨®lo Kuwait prest¨® a Irak 10.000 millones de d¨®lares).
Aparentemente, la delegaci¨®n iraqu¨ª, presidida por el vicepresidente del Consejo Revolucionario, Izzal Ibrahim, reunida el martes en Yedda, no dio apenas a los kuwait¨ªes la oportunidad de pens¨¢rselo dos veces. Presentaron abruptamente sus demandas sobre la base de todo o nada, y en poco m¨¢s de una hora se levantaron y se fueron. Horas m¨¢s tarde, el Ej¨¦rcito iraqu¨ª ocupar¨ªa Kuwait, a pesar de que s¨®lo hace una semana Sadam Husein hab¨ªa prometido al presidente egipcio, Hosni Mubarak, que no atacar¨ªa a Kuwait y Mubarak afirmase que el conflicto era una "mera nube pasajera".
?Qu¨¦ va a pasar ahora? De momento, el precio del petr¨®leo y productos petrol¨ªferos se ha disparado; en unas horas, el crudo ha pasado de 19 a 23,5 d¨®lares, y los productos han subido notablemente. Es una reacci¨®n l¨®gica ante la incertidumbre de la situaci¨®n. Irak no es probable que se retire de Kuwait con las manos vac¨ªas, el apoyo internacional de varios pa¨ªses ¨¢rabes fue evidente en las ¨²ltimas semanas, y ha debido pesar en la decisi¨®n del presidente iraqu¨ª de invadir Kuwait, y adem¨¢s esta ocurnaci¨®n. reesuelve de golpe todos los problemas econ¨®micos de irak.Un nuevo Irak sin problemas econ¨®micos se convertir¨ªa en la potencia l¨ªder de Oriente Medio. Para Israel pasar¨ªa a ser una amenaza grav¨ªsima, y el resto de los ¨¢rabes mode¨ªados, como Arabia Saud¨ª, no podr¨¢n evitar el someterse a muchas de sus pretensiones, por ejemplo aceptar y seguir los niveles de precios del petr¨®leo que Irak deseara imponer a la OPEP.
Lo que parece seguro es que los precios de crudo van a subir m¨¢s, lo cual traer¨¢ como consecuencia inmediata una ralentizaci¨®n del crecimiento mundial y una aceleraci¨®n de la inflaci¨®n. En el caso de Espa?a, mucho m¨¢s dependiente de las importaciones de petr¨®leo que la mayor¨ªa, un incremento de los precios del crudo en un 30% a?adir¨ªa alrededor de un punto a la inflaci¨®n, sumando los efectos directos e indirectos. Una elevaci¨®n de tres d¨®lares por barril supondr¨ªa un coste adicional de unos 1.000 millones de d¨®lares al a?o a nuestra econom¨ªa.La situaci¨®n creada por la invasi¨®n iraqu¨ª viene a poner de manifiesto una vez m¨¢s dos hechos tan obvios y conocidos que resulta sorprendente la poca atenci¨®n que se les presta: el primero, que Oriente Pr¨®ximo es una zona profundamente inestable, a la cual no afecta lo m¨¢s m¨ªnimo la distensi¨®n que se est¨¢ produciendo en otras ¨¢reas del mundo; el segundo, que con los dos tercios de las reservas mundiales de crudo, tal inestabilidad es una amenaza permanente para la seguridad del mundo occidental y para nuestro nivel de vida.
Adem¨¢s, el problema se va agudizando, ya que las reservas fuera de la OPEP, incluidas las de la URSS, descienden r¨¢pidamente, consumidores y Gobiernos han olvidado la necesidad de ahorrar energ¨ªa e incrementar la eficacia de su utilizaci¨®n, algo que tanto contribuy¨® en el pasado a contrarrestar la crisis, y lo que es m¨¢s preocupante, el incentivo a desarrollar energ¨ªas alternativas se ha desvanecido, y las que son competitivas, como la nuclear, est¨¢n paralizadas por razones a veces muy discutibles. Por ello, aun sin la crisis actual, el tiempo juega a lavor de la OPEP.
En cinco o seis a?os el grado de dependencia del petr¨®leo ¨¢rabe ser¨¢ similar al de 1974, y nada autoriza a pensar que los productores vayan a ser moderados en sus exigencias. Si los consumidores hemos olvidado tan r¨¢pidamente las consecuencias de las dos sucesivas crisis, ?por qu¨¦ los productores no van a olvidar las consecuencias que tuvo para ellos el multiplicar salvajemente los precios?
Hoy d¨ªa las importaciones de petr¨®leo vienen a representar entre el 1 % y el 2% del producto interior bruto (PIB) en los principales pa¨ªses consumidores. Para llegar al 5% del PIB que alcanzaron en 1980, los precios tendr¨ªan que subir a m¨¢s de 60 d¨®lares por barril, algo que no parece posible hoy, incluso con la crisis actual, pero si Occidente no reacciona vamos camino de ello, y antes o despu¨¦s, durante la presente d¨¦cada, es probable que acabe sucediendo, porque un grupo de no m¨¢s de seis pa¨ªses tendr¨¢ el control efectivo de cantidades y precios antes del fin de esta d¨¦cada, y pueden no ser precisamente pol¨ªticos sensatos y moderados quienes los controlen.
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