Sin noticias de Gurb
D¨ªa 1308.00. Soy conducido a presencia del se?or comisario. El se?or comisario me notifica que mis compa?eros de farra han prestado declaraci¨®n mientras yo dorm¨ªa la mona y que todos han coincidido en se?alarme a m¨ª como ¨²nico elemento perturbador. Demostrada de este modo su inocencia, han sido puestos en libertad. A estas horas ya deben de estar nuevamente en la tasca, olvidados de m¨ª Experimento una sensaci¨®n de desamparo tan grande que sin que intervenga en ello el deseo ni la voluntad me transformo en Paquirr¨ªn. El se?or comisario me amonesta y luego ordena que me pongan en la calle. ?Qu¨¦ verg¨¹enza y qu¨¦ dolor de cabeza!
08.45. De regreso en la nave. No hay ning¨²n recado en el contestador. Recarga energ¨¦tica, pijama.
13.00. Acabo de despertarme, muy aliviado. Desayuno frugal. Hoy no como. Leo de un tir¨®n Tontolina de vacaciones, Tontolina en el internado y La puesta de largo de Tontolina.
15.00. Apag¨®n. Algo falla en los generadores de la nave. Me doy una vuelta por la sala de m¨¢quinas para ver si localizo la aver¨ªa. Aprieto botones y muevo palancas por si acierto a componer la cosa por pura casualidad, porque yo de mec¨¢nica no entiendo nada. Gurb era el que se encargaba de hacer funcionar y, en su caso, de reparar estas mierdas. En el recorrido descubro varias goteras, que consigno en pliego aparte.
16.00. He debido de tocar algo que no hab¨ªa que tocar, porque se extiende por la nave un hedor insoportable. Salgo al exterior y advierto que por error he invertido el funcionamiento de una de las turbinas. Ahora, en lugar de expulsar la energ¨ªa resultante de la desintegraci¨®n del cadmio y el plutonio, la turbina est¨¢ succionando el alcantarillado del pueblo.
16.01. Adopto la apariencia (y virtudes) del almirante Yamamoto e intento achicar la nave con un cubo.
16.15. Renuncio.
16.17. Abandono la nave. Por si a Gurb se le ocurre volver durante mi ausencia, dejo esta nota enganchada en la puerta: Gurb, he tenido que abandonar la nave (con honor); si vienes, deja dicho d¨®nde se te puede localizar en el bar del pueblo (se?or Joaqu¨ªn o se?ora Mercedes).
16.40. Me persono en el bar del pueblo U digo a la se?ora Mercedes (el se?or Joaqu¨ªn se est¨¢ echando una siesta) que s viene un ser de la apariencia que sea, o incluso un ser sin apariencia alguna, preguntando por m¨ª, que tome el recado Yo ir¨¦ viniendo. M¨¢s no puedo hacer.
17.23. Me traslado a la ciudad en un transporte p¨²blico denominado Ferrocarril de la Generalitat. A diferencia de otros seres vivos (por ejemplo, el escarabajo de la col), que siempre se desplazan del mismo modo, los seres humanos utilizan gran variedad de medios de locomoci¨®n, todos los cuales rivalizan entre s¨ª en lentitud, incomodidad y peste, aunque en este ¨²ltimo apartado suelen resultar vencedores los pies y algunos taxis. El mal llamado Metro es el medio que m¨¢s utilizan los fumadores; el autob¨²s, aquellas personas, por lo general de avanzada edad, que gustan de dar volteretas. Para distancias m¨¢s largas existen los llamados aviones, una especie de autobuses que se propelen expulsando el aire de los neum¨¢ticos. De esta forma alcanzan las capas bajas de la atm¨®sfera, donde se sostienen por la mediaci¨®n del santo cuyo nombre figura en el fuselaje (Santa Teresa de ?vila, San Ignacio de Loyola, etc¨¦tera). En los viajes prolongados, los pasajeros del avi¨®n se entretienen mostr¨¢ndose los calcetines.
18.30. Debo buscar un sitio para pasar la noche, porque nada me garantiza que no vayan a caer chubascos tormentosos como el de ayer. O pedrisco. Por otra parte, aunque el cielo se mantenga despejado, mi experiencia de las calles de la ciudad me indica ser de todo punto desaconsejable permanecer en ellas m¨¢s tiempo del estrictamente necesario.
19.30. Llevo una hora recorriendo hoteles. No hay una habitaci¨®n libre en toda la ciudad, porque, seg¨²n me informan, se est¨¢ celebrando un Simposio sobre Nuevas Formas de Rellenar los Pimientos del Piquillo y han acudido expertos de todos los pa¨ªses.
20.30. Otra hora de b¨²squeda y cierta pr¨¢ctica en el arte de dar propinas me proporcionan habitaci¨®n con ba?o y vistas a una obra p¨²blica de cierta envergadura. Con ayuda de un meg¨¢fono, el recepcionista me asegura que por la noche se interrumpir¨¢n los trabajos de perforaci¨®n y derribo.
21.30. En un local cercano al hotel pido e ingiero una hamburguesa. Es un conglomerado de fragmentos procedentes de varios animales. Un an¨¢lisis somero me permite reconocer el buey, el asno, el dromedario, el elefante (asi¨¢tico y africano), el mandril, el ?u y el megaterio. Tambi¨¦n encuentro, en un porcentaje m¨ªnimo, moscardones y lib¨¦lulas, media raqueta de badminton, dos tuercas, corcho y algo de grava. Acompa?o la cena con una botella grande de Zumifot.
22.20. Regreso al hotel dando un paseo. La noche es tibia y perfumada. Temperatura, 21 grados cent¨ªgrados; humedad relativa, 63 por ciento; brisa suave; estado de la mar, llana. Me meto en el bar del hotel en busca de compa?¨ªa. En el bar s¨®lo est¨¢ el barman haciendo buches en la coctelera. Pido la llave y me recojo.
22.30. Me pongo el pijama. Veo un rato la televisi¨®n auton¨®mica.
22.50. Me meto en la cama. Leo las memorias de don Soponcio Velludo, Cuarenta a?os en el catastro de Albacete.
24.00. Cesan los trabajos en la v¨ªa p¨²blica. Rezo mis oraciones y apago la luz. Todav¨ªa sin noticias de Gurb.
02.27. Sin causa aparente revienta el minibar. Dedico media hora a recoger botellines.
03.01. De resultas de los trabajos efectuados en la v¨ªa p¨²blica se ha producido un escape de gas. Los clientes del hotel somos evacuados por la escalera de incendios.
04.00. Reparada la aver¨ªa, los clientes del hotel regresamos a nuestras habitaciones respectivas.
04.53. Se produce un incendio en las cocinas del hotel. Los clientes del hotel somos evacuados por la escalera principal, pues la escalera de incendios est¨¢ envuelta en llamas.
05.19. Hace su aparici¨®n el cuerpo de bomberos. En un santiam¨¦n sofocan el incendio. Los clientes del hotel regresamos a nuestras habitaciones respectivas.
06.00. Las m¨¢quinas excavadoras entran en funcionamiento.
06.05. Liquido la cuenta del hotel y dejo libre la habitaci¨®n. La ocupa al punto un viajante de productos alimenticios que ha pasado la noche al raso. Me cuenta que la empresa a la que ¨¦l representa ha conseguido criar pollos sin hueso, lo que los hace muy apreciados en la mesa, pero algo desgarbados cuando a¨²n est¨¢n vivos.
Cap¨ªtulo anterior | Cap¨ªtulo siguiente
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.