Esperar sentado
Manuel Espinar soporta 35 meses de incontinencia intestinal a la espera de una intervenci¨®n
La irritaci¨®n del colon -el fragmento de intestino grueso que une el ciego con el recto- tiene consecuencias imprevisibles. La sensibilidad de esta parte del aparato digestivo le ha acarreado a Manuel Espinar, de 40 a?os y miembro de CC OO, una diarrea cr¨®nica y una herida en el recto que convierte sus continuas deposiciones en un calvario. Desde hace a?o y medio, despu¨¦s de un v¨ªa crucis de pruebas para averiguar la causa de la incontinencia, este ex concejal de Legan¨¦s aguarda para operarse en el hospital Severo Ochoa y someterse a una intervenci¨®n rutinaria.
"Lo m¨ªo no es un mal de morir, pero comprender¨¢ usted que no es muy c¨®modo pasarse medio d¨ªa en el inodoro desde hace casi tres a?os". Manuel Espinar est¨¢ indignado. Desde abril de 1989 vive pendiente de una fecha que todav¨ªa no ha podido redondear en rojo en su calendario particular: el d¨ªa en que le dejen tenderse en una camilla de una sala de operaciones del hospital de Legan¨¦s y dejar atr¨¢s lo que califica como una pesadilla ininterrumpida.Sus males comenzaron en el oto?o de 1987. "Empec¨¦ con fuertes dolores de vientre y diarrea, e inmediatamente fui al m¨¦dico, pensando que con un tratamiento de pastillas se solucionar¨ªa el asunto. No sospechaba que el problema no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar", recuerda el sindicalista.
En ese a?o, el antiguo concejal comenz¨® a recorrer "con un intervalo de m¨¢s de dos meses entre consulta y consulta" todo el repertorio de pruebas m¨¦dicas de la especialidad de aparato digestivo -endoscopias, an¨¢lisis de heces, radiograf¨ªas, rectoscopias- hasta que "un a?o y medio despu¨¦s de sentir las primeras molestias", dice Espinar, los especialistas llegaron a la conclusi¨®n de que el paciente sufr¨ªa de "colon irritable".
Esta lesi¨®n hab¨ªa sido provocada por el estr¨¦s de su triple vida entre el Ayuntamiento, la f¨¢brica donde trabaja como metal¨²rgico y su actividad al frente de un cargo de responsabilidad del sindicato Comisiones Obreras y el Ateneo Libertario de Legan¨¦s.
"A pesar de que, con el diagn¨®stico en la mano y la prescripci¨®n de una intervenci¨®n de fisura de recto, se supon¨ªa que yo ya estaba visto para sentencia", bromea Espinar, "todav¨ªa espero, y no precisamente fumando, a que me llamen para operarme; parece que lo m¨ªo puede esperar indefinidamente mientras los responsables del Severo Ochoa se vanaglorian de que su hospital es uno de los que mejor funcionan del pa¨ªs".
Mientras tanto, el ex edil de Legan¨¦s califica como "muy condicionada por la incontinencia" su calidad de vida. "Los dolores continuos y el agotamiento de soportar este problema fueron una de las causas decisivas para mi abandono del puesto de concejal en Legan¨¦s, aunque tambi¨¦n influy¨® la recomendaci¨®n de los m¨¦dicos de que relajara mi ritmo de trabajo si quer¨ªa aplacar la irritabilidad de mi colon".
Entrar por urgencias
El antiguo representante municipal asegura que su historia de desencuentro con el quir¨®fano se podr¨ªa haber evitado "si hubiera echado mano de los amigos que tengo en el hospitalcualquier noche ingreso por urgencias y no salgo del Severo Ochoa hasta que me hayan dado el ¨²ltimo punto de sutura en salva sea la parte", dice Espinar. "Sin embargo, me parece una inmoralidad tener que recurrir al enchufe o al amiguismo para que te operen en un plazo de tiempo razonable en la red de la Seguridad Social", a?ade.
El sindicalista cree que el sur, al menos el de la provincia de Madrid, no es ninguna meca para los m¨¦dicos de la sanidad p¨²blica. "Cada vez que tengo que ir al especialista de aparato digestivo me encuentro con un nuevo doctor en la consulta", concluye Espinar.
Mal de muchos
L.S.-M., Alrededor de 15.000 madrile?os est¨¢n a la espera de un aviso de su hospital de referencia para poder entrar en un quir¨®fano, como parte o fin de su tratamiento. Otros muchos, conocedores de la lentitud del aparato sanitario p¨²blico, tienen menos paciencia y se precipitan a los departamentos de urgencias de los hospitales al menor s¨ªntoma sospechoso. Seg¨²n un estudio del Insalud, tan s¨®lo el 11 % de las personas que acuden a urgencias precisan un ingreso inmediato en el centro, y otro 69% de estos pacientes no precisa atenci¨®n m¨¦dica urgente.
Sin embargo, y a pesar de la reciente puesta en marcha del tel¨¦fono de urgencias (el 061), las urgencias de los hospitales siguen masificadas, al no estar dispuestos muchos enfermos a esperar las dos o tres semanas de rigor que, a pesar del programa de cita previa, siguen mediando entre la preceptiva consulta del m¨¦dico de cabecera y su visita al especialista que le prescriba el oportuno y adecuado tratamiento para su afecci¨®n.
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