El nuevo fascismo
Un fantasma recorre el mundo. Con sus mil rostros, adapt¨¢ndose y readapt¨¢ndose a los nuevos tiempos: xenofobia, racismo, antisemitismo, expansionismo, nacionalismo, etc¨¦tera, son distintas caras del mismo fascismo. ?No ha comparado el presidente norteamericano, George Bush, en su intervenci¨®n, a Sadam Husein con el propio Hitler? La historia deshace su camino en muchas ocasiones. ?Hay una segunda oportunidad para el fascismo en nuestros d¨ªas? Bastantes s¨ªntomas indican que as¨ª es. ?No cabe analizar la reciente invasi¨®n de Kuwait, por un r¨¦gimen que contiene en su interior muchos de los g¨¦rmenes del totalitarismo, bajo esta perspectiva?El fascismo es la ¨²nica gran ideolog¨ªa que naci¨® en el siglo XX.Pasa a la p¨¢gina 9
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Sin caer en definiciones muy cerradas -como la que lo calific¨® de "estado de excepci¨®n del capitalismo"-, hay una concepci¨®n gen¨¦rica del fascismo como sistema totalitario, s¨ªntesis del nacionalismo org¨¢nico y del socialismo antimarxista. El fascismo es el rechazo del liberalismo, la democracia y el marxismo; el repudio de la cultura pol¨ªtica heredada del siglo XVIII de la Revoluci¨®n Francesa; el apoyo al darwinismo social; la conquista de una nueva civilizaci¨®n cuyo marco natural es la naci¨®n.
El presidente iraqu¨ª podr¨ªa dar apoyo te¨®rico a sus acciones con aquellas palabras de Maquiavelo en El Pr¨ªncipe: "Cuando se trata de la patria, no debe existir consideraci¨®n alguna ni de lo justo ni de lo injusto, ni de lo loable ni de lo ignominioso". Sadam Husein, un l¨ªder sanguinario e imperialista, ha conseguido estos d¨ªas resucitar su autoleyenda de gran h¨¦roe de la naci¨®n ¨¢rabe. Anexionando Kuwait, ha convertido a Irak en la primera superpotencia del petr¨®leo, capaz de determinar en solitario el suministro y los precios para casi todo el planeta: el nuevo Irak controla el 20% de la oferta mundial de petr¨®leo. Su actividad expansionista intenta dar salida a las dificultades; la econom¨ªa iraqu¨ª est¨¢ en bancarrota: con una gigantesca deuda externa de 70.000 millones de d¨®lares -una de las m¨¢s grandes del mundo-, fruto, en buena parte, de la reciente guerra con Ir¨¢n, la forma m¨¢s r¨¢pida de sacar al pa¨ªs de la miseria era la de exportar masivamente su principal materia prima al mejor precio posible.
Al borrar del mapamundi al peque?o emirato vecino a sus tierras, Husein resolv¨ªa de un golpe sus inc¨®gnitas: aumentaba el precio a consecuencia de las tensiones del conflicto mismo; incrementaba la cantidad y las reservas del crudo, ya que Kuwait es otro gran productor de la zona y el segundo pa¨ªs del planeta en reservas; disminu¨ªa su deuda externa en 10.000 millones de d¨®lares, los que los kuwait¨ªes le hab¨ªan prestado solidariamente para resistir a Jomeini; ganaba una salida al mar, important¨ªsima para un pa¨ªs que perdi¨® toda posibilidad de transporte mar¨ªtimo tras el encenagamiento de Chat el Arab durante la guerra contra Ir¨¢n, y desfogaba las energ¨ªas de su desproporcionado ej¨¦rcito de un mill¨®n de hombres, inactivos desde hace un a?o,cuando termin¨® la guerra con los integristas iranies.
Paralelamente, Sadam Husein daba rienda suelta al panarab¨ªsmo de sus seguidores m¨¢s fan¨¢ticos, dejando en lugar subalterno al resto de los l¨ªderes ¨¢rabes (Gaddafi, Mubarak, Hafez el Asad), que tambi¨¦n pretenden la hegemon¨ªa sobre la zona. Ya lo advirti¨® antes de la ¨²ltima cumbre de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP): "Es preferible cortar cabezas que dejar seguir cayendo los precios". Irak se ha convertido en la mayor potencia militar de la regi¨®n (excepci¨®n hecha de Israel), lo que es especialmente peligroso por el car¨¢cter agresivo y totalitario de su r¨¦gimen, capaz de utilizar sin escr¨²pulos las armas qu¨ªmicas contra la poblaci¨®n civil.S¨®lo as¨ª se explica la r¨¢pida reacci¨®n del mundo entero. Husein'ha conseguido lo que hasta ahora era una utop¨ªa: la unidad en la condena y colaboraci¨®n un¨¢nime entre la OTAN y el Pacto de Varsovia -las fuerzas del mal-, que han hecho un an¨¢lisis conjunto de que la guerra entre Irak y Kuwait no es exclusivamente un conflicto regional, y han aplicado la experiencia del pasado: que los Estados fascistas prefieren satisfacer sus ambiciones por medio de la intimidaci¨®n y de agresiones r¨¢pidas y limitadas, contra una oposici¨®n de poca monta. El fracaso de las democracias, que no contuvieron estas agresiones desde un principio con medios limitados, y su desgana en emplear la fuerza con fines limitados, asegur¨® el cumplimiento de las profec¨ªas en la II Guerra Mundial. La locura de Sadam Husein es de la misma familia que la de Hitler.Pero la ¨²ltima guerra del Golfo no es sino el ejemplo m¨¢s reciente de un nacionalismo agresivo que forma parte de lo cot¨ªdiano. El islam no tiene la exclusiva de un modo nocivo de entender el derecho a la diferencia. En el momento de la ca¨ªda de los sistemas del este europeo, por ejemplo, est¨¢n apareciendo fen¨®menos que se daban por superados. No se trata tan s¨®lo del resurgimiento de partidos de extrema derecha con pujanza electoral, ni de los brotes de antisemitismo que han tenido recientemente en Francia su expresi¨®n m¨¢s b¨¢rbara. Hay tambi¨¦n elementos secesionistas que, de configurarse, dar¨¢n como resultado una Europa parecida a la de antes de la I Guerra Mundial. La xenofobia acompana, en muchos casos, a los nacionalismos de las rep¨²blicas b¨¢lticas y del C¨¢ucaso que amenazan con acabar -tanto como la cat¨¢strofe econ¨®mica- con la perestroika de Gorbachov. Conflictos entre serbios y croatas en Yugoslav¨ªa, albaneses en Kosovo, b¨²lgaros y turcos en Bulgaria, reclamaciones albanesas sobre Kosovo, minor¨ªas h¨²ngaras en Rumania, etc¨¦tera. Y casi todos ellos adobados por un sentimiento antijud¨ªo que parece salido directamente de las cenizas del Re¨ªchstag hitleriano.
Existe un nuevo racismo general que deja en segundo t¨¦rmino al antisemitismo particularista; es el que dev¨ªene en Europa contra los ciudadanos del Tercer Mundo que empujan para instalarse en el te¨®rico reino de la abundancia. El gran problema del futuro de Europa ser¨¢ el enfrentamiento entre europeos y emigrados extraeuropeos. En unas declaraciones a EL PA?S, el antiguo dirigente argelino Ben Bella dec¨ªa: "?Qu¨¦ absurda ser¨ªa una Espa?a que acogiera con los brazos abiertos a los polacos y rechazara a los marroqu¨ªes y argelinos, una Espa?a que intentara controlar la
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inmigraci¨®n desplegando el Ej¨¦rcito en sus fronteras, como hace Italia! No hay polic¨ªa o ej¨¦rcito que. pueda resolver este problema. Aunque Europa se diga: 'vamos a vivir bien dentro de nuestro muro y a ignorar el resto del mundo', el resto del mundo no ignorar¨¢ a Europa. El Sur es un gran arrabal de chabolas que tiene delante un resplandeciente terreno de golf. ?Qu¨¦ puede ocurrir? Una invasi¨®n del terreno. Para impedirlo, s¨®lo hay una f¨®rmula: que ese arrabal viva mejor. Europa debe ayudar a los pa¨ªses del Sur a desarrollarse, siguiendo sus propios caminos".
En Europa hay 13 millones de emigrados oficiales de pa¨ªses no comunitarios, m¨¢s que la poblaci¨®n belga en su integridad. Ello sin contar los espaldas mojadas clandestinos. ?Ser¨¢n todos ellos furtivos a partir de 1992, cuando entre en vigor el Acta ¨²nica con todas sus consecuencias y Europa sea un compacto interior? La Europa del futuro, la del presente, es la Europa del mestizaje, en la que hay ciudadanos de primera y de segunda categor¨ªa. Quienes suscitan la curiosidad y la represi¨®n de la polic¨ªa son casi siempre los mismos: norteafricanos, negros o mestizos; preferentemente j¨®venes.
El racismo es la hostilidad instintiva hacia el otro; el antirracismo no es un mecanismo natural, hay que inculcarlo y ejercerlo. Y todas las pol¨ªticas que se est¨¢n aplicando son restrictivas para esta realidad. No hay una reflexi¨®n conjunta sobre el problema; la clase pol¨ªtica no ha abordado sus consecuencias, se deja llevar por las mismas. ?No fue esta misma clase pol¨ªtica europea la que apoy¨® a Jomeini al comienzo de la revoluci¨®n iran¨ª, la que decidi¨® que Husein era el bueno de la guerra Irak-Ir¨¢n?
En Espa?a se da la gran antinomia de una ley de extranjer¨ªa que se practica para acotar la presencia, entre otros, de ciudadanos latinoamericanos, mientras al mismo tiempo se celebra estrepitosamente el quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica. Y no es ¨¦sta una manifestaci¨®n atribuible exclusivamente a las capas dirigentes: Le Pen ha extendido su voto en muchas barriadas obreras francesas. El fascismo es fen¨®meno de masas, no de ¨¦lites. Un soci¨®logo espa?ol presente en Berl¨ªn cuando el derrumbamiento del muro contaba la cara de satisfacci¨®n de los turcos instalados en la Rep¨²blica Federal al ver aparecer a unos polacos m¨¢s pobres que ellos. Porque el racismo no es s¨®lo un problema cultura?; tambi¨¦n es econ¨®mico. ?C¨®mo va a ayudar Europa al Tercer Mundo si concentra todos sus cr¨¦ditos en los pa¨ªses del este europeo? Recordaba recientemente Mario Benedetti que la ayuda europea de los ¨²ltimos meses a Hungr¨ªa y Polonia era superior a la concedida a Am¨¦rica Latina en los ¨²ltimos cinco a?os.
Es absurdo creer que Espa?a est¨¢ ausente de estos problemas; pa¨ªs receptor, por su proximidad geogr¨¢fica, de los emigrantes africanos, es un laboratorio racista que todav¨ªa ha dado pocas pruebas de su intensidad. Un informe de la Comisi¨®n Europea reprochaba recientemente a Espa?a su trato discriminatorio a los inm¨ªgrados: m¨¢s de la mitad de los 778.334 inmigrantes de otros pa¨ªses que viven en nuestro pa¨ªs est¨¢n discriminados econ¨®micamente y sometidos a art¨ªculos restrictivos de la ley de extranjer¨ªa; un 38% son Ilegales, sin papeles; las estad¨ªsticas oficiales maquillan estos datos para ocultar las deportaciones, as¨ª como "el peligro del llamado ej¨¦rcito de reserva de la delincuencia y una fuente de xenofobia creciente".
Ralf Dahrendorf afirma que el mundo de los noventa va a tener que abordar tres cuestiones globales para las que no se dan respuestas: la ecol¨®gica; los conflictos regionales, y c¨®mo hacer frente a la divisi¨®n ricos-pobres, que llega ya al umbral de nuestra vida diaria. De la ¨²ltima afirma: "Soy pesimista acerca de la capacidad de Europa de aceptar un cambio de su propia naturaleza a causa de la emigraci¨®n. El proceso de integraci¨®n actual est¨¢ construido sobre una base proteccionista para los que ya somos europeos, en lugar de aspirar a crear un nuevo tejido social din¨¢mico". ?No es precisamente ¨¦sta la etiolog¨ªa del nuevo fascismo?
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