Para que no se queme todo

En el mes de julio ¨²ltimo, en la sierra de la Culebra (Zamora), ardieron 4.000 hect¨¢reas de monte, 2.000 de ellas de pinos, tanto de propiedad p¨²blica como privada. Los servicios a ntiincendios no fueron capaces de parar a esa fuerza devoradora de naturaleza que cruz¨®, abrasando cuanto se pon¨ªa a su paso, cortafuegos, arroyos, caminos, v¨ªa f¨¦rrea... y se detuvo donde quiso. A¨²n no nos hemos quitado el humo y la ceniza de los ojos y ya se est¨¢ pensando en repoblar la sierra. Eso es muy loable, pero no queremos pasar otros 20 a?os esperando que las llamas quemen de nuevo nuestras ilusiones y nuestro entorno. Repoblar, s¨ª; pero hay que planificar, hay que prevenir. Con cortafuegos rid¨ªculos que no se limpiaban desde hace 10 a?os y con un ret¨¦n contra incendios que le pas¨® lo que al pastor con lo de ?que viene el lobo!, no es raro que se quemen 4.000 hect¨¢reas, y m¨¢s que se pusieran por delante. Es una l¨¢stima que el gasto que supone la movilizaci¨®n de maquinaria, la utilizaci¨®n de helic¨®pteros e hidroaviones en el intento de extinci¨®n no se haya destinado antes a preparar una infraestructura adecuada. Suena a derroche. Con parcelas m¨¢s peque?as rodeadas de amplios y limpios cortafuegos, con unos servicios antiincendios con m¨¢s medios y mejor preparados y coordinados, a buen seuro que el fuego no se propagar¨ªa tanto y se controlar¨ªa mejor.-