Dev¨®rame otra vez
Y es que no me lo puedo quitar de la cabeza. El ¨¦xito del verano: Dev¨®rame otra vez, Dev¨®rame otra vez... Mientras, en el llamado Oriente Medio, los fabricantes de armas consiguen la guerra que necesitaban, sin un juez Garz¨®n que investigue el nombre de los comisionistas, pero sabiendo todo el mundo que Sadam Husein es un invento de las potencias para frenar la revoluci¨®n de Jomeini y que los se?ores de la guerra conocen todos los caminos subterr¨¢neos que les permiten recuperar su oficio de tinieblas. Dev¨®rame otra vez, Dev¨®rame otra vez.Y el coraje de nuestra pol¨ªtica exterior. Es que no hay palabras. Cuando Estados Unidos invadi¨® Panam¨¢ y nos tuvimos que tragar el cad¨¢ver de un compatriota v¨ªctima de un ejercicio de tiro de marines, a nadie se le ocurri¨®, muy sensatamente, enviar un par de fragatas y a unos cuantos soldaditos cantando Soy el novio de la muerte. Ahora s¨ª. Ahora hay que ir al golfo P¨¦rsico para ser visto en el entierro, no basta con enviar un ramo de flores y la tarjeta de visita. El Imperio del Bien quiere que los vasallos cumplan el besamanos. Dev¨®rame otra vez, Dev¨®rame otra vez.
Aprendiz de brujo o c¨®mplice de traficante de armas, Sadam Husein tiene ante s¨ª a todos los convidados de acero de la tierra. Son sus viejos compinches. Tal vez pensaba que Kuwait no val¨ªa una guerra general, o quiz¨¢ todo lo contrario, que era necesaria una guerra en un mundo en el que el precio del petr¨®leo sigue siendo el sida del crecimiento de al menos dos de los cuatro imperios: el japon¨¦s y el europeo. Evidentemente, Sadam Husein ha sido empujado a iniciar un proceso cuyo final, no estar¨¢ en condiciones de controlar. Mientras tanto comprar y vender armas recuperar¨¢ todo su sentido, y en el futuro sabremos que los muertos fueron v¨ªctimas de las industrias, los comercios, los fondos reservados de sus propios Estados. Dev¨®rame otra vez, Dev¨®rame otra vez.
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